Futuro

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El sol bañaba el estudio con una luz dorada, filtrándose diagonalmente a través de la puerta abierta que daba al jardín

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El sol bañaba el estudio con una luz dorada, filtrándose diagonalmente a través de la puerta abierta que daba al jardín. Katsuki, con su frente fruncida en concentración y vestido con un traje marrón, trazaba cuidadosamente líneas de rojo bermellón sobre el lienzo. Sus ojos fueron empequeñeciendo mientras su pincel danzaba al ritmo de su respiración contenida siendo muy cuidadoso. 

Izuku en el escritorio del estudio, llevaba minutos sin teclear nada en la máquina de escribir, la hoja estaba en blanco, no obstante su mente estaba llena. Suspiró y su cabeza se apoyó en su mano. Enseguida sus ojos verdes admiraron desde atrás a su "pintor favorito". Su perfil silencioso, su mirada profunda y su amplia frente que le daban cualidades de un intelectual. Todo lo hacía suspirar, sobretodo, la belleza de Katsuki se duplicaba siempre que se quedaba callado. 

—Mi Kacchan —Sonrió y se levantó de la silla avanzando hacía su pintor favorito como un conejito que daba pequeños saltos sin hacer ruido. —¡Te amo, Kacchan! —Al llegar Izuku exclamó tras la espalda y pronto sus brazos cálidos rodearon la cintura de Katsuki. 

—¡Deku! —En el acto, el pincel de Kacchan se desvió, esparciendo gotas de pintura roja más allá de los bordes qué había delineado y la belleza natural se distorsionó en su rostro —¡Acabas de arruinar mi pintura, idiota! ¿Cómo voy a quitar ahora este rojo bermellón? Has cambiado toda la composición... 

La risa característica del chico vestido de verde, camisa blanca y tirantes resonó por la habitación repleta de libros. Estaba disfrutando de abrazar a su hombre y asomó su cabeza para observar el cuadro. 

—Solo fueron un par de gotas, Kacchan —Izuku suavizó su voz y sonó tierno. Entonces se apretó contra su espalda cálida y ocultó su rostro en su espalda, su nariz olió el aroma de su perfume de naranja —Pero no dices que los errores humanos son la mayor improvisación del arte. Que algo defectuoso también puede ser hermoso —dijo con las manos enfrente acariciando el vientre de su novio para luego susurrar —Yo soy defectuoso. 

—¿No estabas escribiendo tu novela? —El rubio gruñó por la interrupción.

—Estoy procrastinando, gatito —alzó el rostro respondiendo con un lindo puchero. —Es que no sé cómo hacer felices a los personajes... Me canse de pensar y tengo ganas de tirarlos a un acantilado... 

—¿Por eso viniste a molestarme? Solo porque estás bloqueado —El rubio sintió el apretón en su cintura y la exigencia de Izuku por atención.

—Solo quería un poco de inspiración al ver cómo mi pintor favorito crea su próxima obra maestra.

Katsuki suspiró y gracias a las caricias sobre su vientre, su enojo se desvaneció, tan rápido como había llegado. Dejó su pincel a un lado y se giró a ver a Izuku; esa mirada de rubíes siempre dejaba sin aliento al chico de ojos de esmeralda.

—El acantilado no suena tan mal, Deku. —Katsuki mostró una pequeña sonrisa y acarició la mejilla de su lindo pecoso. —Pero... ¿dónde está la felicidad allí? ¿Cómo estar apunto de morir hará al amor crecer?

ᴜᴠᴀs ᴀɢʀɪᴀsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora