Fantástico

745 101 303
                                    

Izuku avanzó hacia Katsuki con la sumisión de un perro

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Izuku avanzó hacia Katsuki con la sumisión de un perro. Un cinturón negro ceñía su cuello simulando una correa cuyo  extremo era dominado por la mano de su amo. Tenía el cuerpo cubierto de marcas rojas de besos, moretones por un trato salvaje y ligeras marcas de dientes en el cuello, pecho, cadera e ingles. A su amo le encantaba marcar su territorio. 

Cuando dio su primer paso, su espalda se arqueó ligeramente y sus rodillas se arrastraron sobre el suelo duro. Sus rasgos dulces se contraían como si quisiera esconder su vergüenza, mientras el aire fresco, que anunciaba el otoño, ingresó por la ventana y acarició la sensibilidad de su desnudez hasta estremecerlo.

—mgh —Izuku soltó algo inteligible, esa noche tenía prohibido hablar, solo gemir, sollozar y ladrar. 

Se preguntó cómo logró ser convencido por ese juego humillante, pero solo de mirar al frente ese bulto dentro de esos pantalones marrones confirmó el hombre fácil que era. Se comportaba como un degenerado cada vez que Katsuki movía su verga entonces levantaba la cola y abría la boca para recibirlo. 

—Ven aquí, mi lindo perrito... —La voz áspera de Katsuki se oía entretenida, sus tendencias sádicas estaban satisfechas por la dinámica y la vista preciosa de su cachorrito andando con el trasero al aire. 

Izuku caminando en cuatro patas hacía que su sangre hirviera y que su miembro cosquilleara. Era una sensación extraña, no era que le gustaba hacerle daño, la fascinación venía de que Izuku se sometiera y le daba curiosidad de hasta dónde era capaz de  aguantar su mano violenta. Su ira seguía con él solo que había sido enfocada hacia otro lado mucho más apetecible. 

—Kacchan, ya no quiero jugar —Izuku pidió lloroso. 

—¡Eres mi mascota! ¡Las mascotas no hablan! —Katsuki estiró la correa y provocó una pequeña asfixia. —¡Te dije que vinieras a chuparme los pies, perro malcriado! 

La bestia del reformatorio se enfadó porque le estaba arruinando su fantasía aunque le encantaba que le diera un motivo para jalar la correa, dejarle una marca de quemadura en el cuello y desequilibrar sus rodillas. 

—¿Pero por qué tus pies? —dijo sobándose el dolor en el cuello —no podría chupar otra cosa —Izuku se recuperó del jalón e intentó negociar su propio placer pues no quería ese juego, quería chuparsela, ponerlo duro y que lo montara como un perro a una perra. 

—¿De qué te quejas? ¡No es una gran cosa chupar pies! —Katsuki se impacientó porque quería ser complacido —te arrastras a tu amo, lames el empeine, y dejas que te metan los dedos como una verga  en la boca para humillarte y aguantas la sensación de degradación hasta que te guste... Qué lo explique le quita lo excitante. —El rubio frunció el ceño. 

—¿Por qué lo dices como si hubieras sido el perro de alguien? —Izuku sospechó y sus celos emergieron —¿A quien le chupaste los pies, Kacchan? —El rostro del pecoso se volvió sombrío y toda la dinámica del petplay fue arruinada. 

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: 11 hours ago ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

ᴜᴠᴀs ᴀɢʀɪᴀsWhere stories live. Discover now