Favor personal

293 58 44
                                    

Pete POV

Los campos de entrenamiento eran probablemente el único sitió en el castillo en el que nunca había estado, era rara la ocasión en que los guardias lo usaban y los soldados que vivían en la frontera o viajaban lentamente al norte, como solía ser el caso de Vegas, no perderían tiempo en venir a entrenar hasta aquí, al estar mayormente desolado, no había una razón para estar ahí.

Al menos hasta esta mañana, cuando el príncipe decidió que quería distraerse y me citó juntos a otra docena de guardias, para dedicarse a entrenar desde antes del desayuno, mi atuendo fue elegido a prisa, mi baño estuvo casi congelado y mi elección de guantes no combinaba con la ropa, lo único positivo de mi mañana hasta ahora era que no tuve el mismo destino que los guardias, uno tras otro eran derribados por Vegas en modo bestia de guerra.

Los hombres caían al piso sin que el príncipe tuviera un atisbo de cansancio, llevaban una hora tratando de derribarlo, les permitió usar unas varas de madera que pretendían ser espadas, incluso lo atacaban en grupo, Vegas permanecía de pie con una sonrisa burlona en el rostro y apenas unas gotas de sudor en la frente.

―Pete, los sirvientes me dijeron que estarían aquí. ―aparté la mirada apenas unos segundos para saludar formalmente al Rey. Kan me sonrió abiertamente antes de tomar asiento a mi lado. ―Creo que nunca lo había visto pelear. ―musitó pensativo dirigiendo la vista a su hijo que tenía un desastre en el campo. ―No es sorpresa que subiera tan rápido de rango en el ejército. ―añadió con una sonrisa orgullosa cuando Vegas tacleo a un hombre del doble de su peso.

―Me parece que está fanfarroneando. ―las palabras se me salieron sin pensarlo y mis mejillas ardieron tan pronto comprendí lo que acababa de decir, aparte la mirada del campo completamente sorprendido por el comentario, al mismo tiempo que Kan soltaba una sonora carcajada que hizo voltear incluso a los guardias en el piso. ―Lo lamento. ―murmuré completamente avergonzado.

―No hay porque disculparse. ―exclamó con pura alegría en su voz. ―Vegas está fanfarroneando, en realidad, está dando todo un espectáculo. Me habría sorprendido si no lo hubieras notado, ya que parece que la escena fue preparada para ti. ―fruncí el ceño levantando la mirada hasta su rostro y me dedicó una fugaz sonrisa. ―Fuiste el único que recibió una invitación formal a su entrenamiento ¿no?

―Lo hizo porque está molesto conmigo, lo obligué a actuar como una príncipe educado toda la semana y ahora me fuerza a ver sus combates de fuerza bruta. ―expliqué restándole importancia.

Vegas llamó a sus contrincantes a que volvieran a prestarle atención y el combate se reanudó, fije mi mirada en los movimientos perfectamente sincronizados en cada ataque del príncipe, estaba exagerando, podía notarlo en cada golpe, sin embargo, dentro de su despilfarró, no podía ocultar la seriedad que le daba al asunto, parecía como si hubiesen ensayado una coreografía durante semanas y sus pasos estuvieran premeditados. Pero solo se trataba de un experto en el arte de la guerra.

― ¿Crees que será un buen Rey? ―miré a Kan brevemente, su voz tenía una nota de angustia. ―Sé que solo lleva una semana aquí, pero si ahora no piensas que lo será, dudo que cambies de opinión en unos meses. ―suspiré pesadamente y miré los movimientos perfectos de la bestia salvaje.

―Lo será, pero tomara tiempo. ―musité sintiendo su cuerpo relajarse de golpe a mi lado. ―Es demasiado testarudo para su propio bien, le cuesta trabajo aceptar un consejo y escucha lo que quiere escuchar, pero en el fondo tiene todo lo necesario para convertirse en un líder.

―Espero que eso signifique que te quedaras con él después de mi retiro. ―podía sentir sus ojos clavados en mí, pero mi mirada estaba atrapada en el grácil ataque de la bestia que solía ser un príncipe.

Call me yoursWhere stories live. Discover now