14

20 2 2
                                    

Tendidos sobre una cama de dos plazas, a merced de la desnudez y la lujuria en su última flama,  los amantes se dedicaban a compartir reposo antes de que el Sol invadiera su cuna de desorden y tacto indebido. Un abdomen era apretado por una mano cálida y exploradora, los dedos de esta iban quemando los centímetros de piel en Nahoya.

En su nuca recibió cosquillas provocadas por una nariz, besos diminutos a lo largo de sus hombros. Su muslo fue acariciado y recogido, forzando a que se diera la vuelta y quedase de frente al hombre de grandes atributos y complexión grande. Sus piernas buscaron por instinto estar encimadas, mimosas entre sí, rozando con urgencia, entre viscosidad y calor atrapado bajo una sábana blanca, empapada de pecado.

—Feliz aniversario, cielo...— su mirada sonreía para él,  siempre portando el optimismo a todas horas, presionando la punta de su nariz contra la de su amado. — Es de las mejores noches que me has dado...

—Smiley— le llamó por su apodo, atrapando los labios juguetones en su boca, llevando también. Los dedos hasta la quijada de él. Lo mantuvo firme, a su disposición durante un beso espontáneo.— No sé que es lo que tienes, pero no puedo detener lo que siento...me haces actuar como una bestia — reconoció, sabía que de tener luz, se sentiría avergonzado de su agresión.

Casi nunca medía su fuerza al tener coito con Nahoya, era un salvaje fantaseando con ser romántico, dejaba completo de tintura morada y rosada la piel de su pareja, le tatuaba la marca de sus dientes entre los muslos, los hombros, y como una débil venganza, recibía trazos en su espalda, delicadas líneas provocadas por las uñas del segundo alfa.

—No me agrada para nada no ser consciente, de verdad, lo siento.

El joven de ojos alegres le restó importancia, pues en verdad, no le afectaba ser el sacrificio y la carne fresca de su prometido, era algo que gozaba de sobremanera. Y a todo eso, era consciente que un alfa durante su etapa de celo era francamente, incontrolable, representando una gran amenaza, misma que era capaz de mitigar y mantener a raya, incluso si su cuerpo quedaba abatido después de secciones arduas, poco amables durante el acto sexual.

A Nahoya le dolían las raíces de su cabello por haber sido tironeado de sus rizos repetidas veces, sentía los glúteos acalambrados, temblando como si la electricidad se hubiese recargado por obra divina justo ahí, todavía estaba sofocado y de vez en cuando obligado a respirar muy profundo, porque las manos que le hacían sentir el cielo, casi lo llevaban hacia allá al no ser dóciles. Pero, había sido petición suya que Yasuhiro lo ahorcara, según Nahoya, para experimentar nuevos horizontes.

Bastó un poco más de presión para estar al borde del desmayo por falta de aire, deteniéndose en su momento para verificar su salud, y posteriormente terminar lo que empezaron.

—Amor...¿Crees que quede embarazado?— Smiley le robó un beso frío a su pareja, esperando por su respuesta.—¿Te imaginas? Me pondré panzón.

—No, no creo que quedes— opinó desde su inquebrantable tranquilidad.—¿Por qué lo piensas?, usamos condón.

—No toda la noche...

Muto acarició su pómulo, parecía estar pensando en la inmortalidad por su nueva expresión, una mezcla entre curiosidad y preocupación.

—No puedes quedar embarazado. Tu hermano me mataría.

—Oye, mi hermanito ya no te guarda rencor—le propinó un leve golpe en la mejilla.—Ya te perdonó hace mucho.

—¿Estás seguro?— no tenía dudas de que todavía su cuñado lo tenía en el puesto número uno de personas por desaparecer.

—Sí, él es un amor de persona.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jun 16 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Viviendo juntos|| Hakkai × AngryWhere stories live. Discover now