Capítulo 9: Amor por el enemigo

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— Óscar, no es lo que piensas —Dijo Sergio cuando sintió la mirada acusatoria de su amigo.

—Haces migas con el enemigo —Señalo el joven.

—¿Enemigo?—Preguntó Kelly sin entender la molestia de su compañero.

— Por favor, hablemos—Ahora fue Max quien hablo, intentando mantener la calma de todos.

—No me hables, ladrón —Dijo Oscar mientras lo observaba detenidamente —Te quieres llevar a Sergio a tu equipo ¿No?

Oscar se acercó a ellos y tomo al pelinegro del brazo, jalandolo hacia él.

—¿Qué haces?—Soltó Sergio confundido y siendo juzgado por su novio, quien miraba como otro hombre le ponía las manos encima.

—Tenemos derecho de antigüedad con Sergio —Recalcó Oscar mientras hacia que su amigo se pusiera detrás de él —Así que si lo quieres, tendrás que pasar sobre mí.

Max, más guiado por sus celos que por la razón, se acercó a Óscar y lo empujó lejos como si de una pluma se tratará.

La fuerza del rubio era notable, y Óscar no supo reaccionar a tiempo cuando se sostuvo de una mesa, golpeándose con esta, y vio como ambos jóvenes salían del local.

Kelly se apresuró a correr hacia él, quería saber si se encontraba bien.

—¿Te lastimaste?—Preguntó Kelly mientras lo auxiliaba.

—No paso nada, estoy bien —Dijo el joven mientras se reincorporaba.

—¿Qué fue todo eso?—Comenzó la chica todavía confundida—¿Por qué hablabas como si estuvieras en una especie de guerra?

—Verstappen es el enemigo —Respondió el joven para después soltar un quejido, y al ver su brazo vio que se había lastimado al caer—Sergio no debería convivir con él.

—Ven, vamos a ponerte algo para aliviar el dolor —Dijo Kelly tomándolo del brazo para guiarlo. Lo mejor era dejar morir el tema de los enemigos.

—Hola, chicos, traje comida —Pato irrumpió en la cafetería, encontrando a Óscar y Kelly muy juntos.

No pudo evitar observar la forma en como estaban agarrados, apoyándose el uno en el otro.

Sentía que estaba interrumpiendo algo que no debía ver, y al mismo tiempo lo lastimaba.

Sergio caminaba intentando seguir el paso a Max, quien lo tomaba de la mano hasta llegar a una calle solitaria.

Si bien la lluvia se había detenido, todavía caían un par de gotas que llenaban el silencio entre los dos.

—¿Derecho de antigüedad?—Reclamó el rubio —¿Y por qué dejas que te toque así? Eres mi novio ¿Y haces eso frente a mí?

Los celos sin sentido de Max se apoderaron de su cuerpo. Pero su expresión le pareció sumamente adorable a su novio, quien no dudo en reducir el espacio entre ambos para unirse a él en un dulce beso.

En ese instante Max puso sus manos en su cintura, pegándose más a él.

—Eres mi novio, me gustas tú —Susurró Sergio cuando se separaron un poco, pero sin romper el abrazo —Estoy enamorado de ti ¿Y aún dudas?

El rubio no hizo uso de palabras para responderle, en su lugar volvió a juntar sus labios.

Sergio sintió como aprisionaba su cuerpo contra la pared y su lengua invadía su boca. Esto lo tomo por sorpresa, pero intentó corresponderlo.

Al principio era algo torpe, hasta que comenzó a seguir su ritmo. Sintiendo como sus respiraciones se agitaban, coloco sus manos en el pecho de su novio y los dedos de este comenzaron a acariciar su abdomen y cintura con delicadeza.

𝕷𝖆 𝖋𝖑𝖊𝖈𝖍𝖆 𝖉𝖊 𝖈𝖚𝖕𝖎𝖉𝖔~ᶜʰᵉˢᵗᵃᵖᵖᵉⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora