Capítulo 24: Afrodita, armoniosa

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Hacía varios días que Charles no pensaba en Carlos.

De hecho, su mente se había centrado en otra persona. Alguien que lo hacía sonreír con facilidad.

Pasar tiempo con Logan se había vuelto su momento favorito del día. El joven era amable, cariñoso y atento con él.

Y si bien sentía que no estaba listo para empezar una nueva relación, definitivamente no descartaba la posibilidad de empezar algo con el rubio.

La tarde del sábado lo había pasado junto a él, habían ido al cine y después se quedaron platicando en el parque cerca de la cafetería.

En su pequeña burbuja con tintes románticos, hubo algo que llamo su atención.

Dos figuras conocidas actuaban de manera sospechosa y corrieron cerca de la cafetería de Don Toño.

Sin embargo, no fue algo que lo alertara demasiado.

Quizá era una simple tontería.

Su tarde termino con tranquilidad, siendo dejado en casa por su muy atento Logan, quien se animó a darle un beso en la mejilla como despedida.

Desconectado de lo ocurrido esa terrible tarde, pensando que su vida marchaba mucho mejor.

Por otro lado, dos jóvenes que no eran ajenos a lo ocurrido refrescaban en su memoria el recuerdo que les daba cierta satisfacción y adrenalina.

—¿Qué haremos con esta basura? —Pregunto el más alto de los dos mientras sacaba el teléfono de su bolsillo.

—Se lo daremos al señor Verstappen —Respondió el otro para después tomarlo.

—¿Y si lo vendemos? Podríamos sacar algo más de dinero —Propusó Daniel mientras intentaba tomar el objeto.

—No, es evidencia —Lando no se dejó quitar el móvil —No nos conviene tenerlo ni ser visto con esto.

El más alto bufo molesto, pero pronto una sonrisa se dibujo en sus labios.

—¿Y si lo chantajeamos? —El castaño hizo una cara de pocos amigos —Es evidencia, a él tampoco le conviene que se sepa.

—No seas idiota —Lando respondió molesto —¿Alguna vez lo has visto molesto? Yo lo he visto moler a Max a golpes por tirar un siete, no juegues con fuego.

—Bien —Daniel se rindió sabiendo que no llegaría a nada con insistir —¿Y qué hago con esto?

El más alto mostró aquel tuvo con el que habían golpeado en repetidas ocasiones a Sergio.

—Tira...—Lando comenzó, pero se detuvo a pensar por un momento —Me lo quedaré.

—¿Para qué? Es chatarra —Daniel observaba el objeto buscando algo especial.

—No, es un premio —Lando continuo mientras se lo quitaba de las manos —Porque cada vez que lo vea, vendrá a mi mente la imagen de ese idiota llorando en el suelo.

—Y a su pobre perro... —Le recordó Daniel, una acción que no le había agradado cuando se dio cuenta.

—Era muy ruidoso —Se excuso el castaño — Puede comprarse otro o conseguir uno de la calle, igual de insignificante que él —Lando se echó a reír —¿Qué será de ese pobre imbécil? Ya no tiene una competencia a la cual asistir.

—Ahora ganar será más fácil ¿No? —Esta frase molesto a Lando —Los Lions tienen asegurada la victoria.

El castaño apretó los dientes con fuerza, intentando controlarse ante el actuar de su amigo.

𝕷𝖆 𝖋𝖑𝖊𝖈𝖍𝖆 𝖉𝖊 𝖈𝖚𝖕𝖎𝖉𝖔~ᶜʰᵉˢᵗᵃᵖᵖᵉⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora