Capítulo 34: Sostenerte

1.1K 191 87
                                    

Habían pasado días desde que se supo la noticia de la muerte de Jos y por esos motivos el viaje que tenían planeado se aplazó para finales del mes.

Después de un rápido funeral, la vida de Max y Sophie comenzó a tomar forma.

Para su buena suerte, Jos tenía un buen seguro de vida y, como su muerte había sido un accidente, pudieron cobrarlo sin ningún problema.

Esto fue un alivio para Sophie, pues sabía que Max estaba a punto de entrar a la universidad, claro, mientras no fuera llamado para las pruebas preolímpicas.

Y ese tema se había complicado demasiado para el rubio.

Sabía que si en una semana no lo llamaban, significaba que simplemente no había sido considerado.

Pero, si lo llamaban ¿Aceptaría ir?

Ese había sido su dilema desde que su padre falleció.

Realmente disfrutaba el tiro con arco, era su padre quien frustraba demasiado este gusto que tenía por el deporte.

Pero no le daría demasiadas vueltas al tema, pues quizá ni siquiera sería llamado y no necesitaría tomar una decisión así.

Los jóvenes enamorados habían pasado demasiado tiempo juntos los últimos días.

Toño y Sophie habían permitido que Max se quedara a dormir en la casa de los Pérez.

Y ellos finalmente podrían actuar con una pareja enamorada, pues los Eagles y los Lions habían pasado la etapa más difícil de su ya complicada relación.

Después de enterarse del accidente, Logan visitó a Pato en el hospital y se disculpó por el distanciamiento que puso entre ambos.

También le confesó que estaba en una relación con otra persona, y lamentaba no haberle avisado y hablar con claridad.

Cuando a Pato le dieron el alta, su familia lo llevó del hospital hacia la ya conocida cafetería de Don Toño.

El joven se sorprendió al ver que habían hecho una fiesta para él y todos sus amigos, y compañeros, estaban ahí.

Como había mostrado mejoría, no hubo necesidad del uso de la silla de ruedas pues Pato insistía en usar unas muletas.

Los jóvenes se acercaron uno a uno para darle sus buenos deseos, y Óscar le dio un corto beso en los labios demostrando su ahora relación.

—Se le ve mucho mejor —Dijo Sergio antes de probar una cucharada del pastel —Y finalmente Óscar pudo acercarse a él de la manera que quería.

—Todos están muy felices —Señaló Max para después tomar su mano —Cómo me gustaría poder resolver todo lo que está pendiente.

El pelinegro sabía muy bien a lo que se refería, era un tema muy complicado para ambos.

La muerte del padre de Max había cerrado un capítulo de la vida de ambos jóvenes, pero también el de otras personas.

Con Jos fuera del mapa, ahora era imposible relacionar a Lando y Daniel con el ataque a Sergio.

Ninguno de los dos delataria al otro, y ambos se habían mantenido alejados tanto de los Eagles como de los Lions

Max no se sentiría en paz hasta que esos dos pagaran por lo que hicieron.

Y si bien Sergio tenía los mismos deseos, prefería que su novio no se metiera más en problemas o se atormentara con el tema.

—He entendido que la vida no es justa —Comenzó el pelinegro —Y quiero creer que tal vez ellos puedan reflexionar sobre lo que hicieron, son jóvenes tontos manipulados por un hombre malvado —Se detuvo por un instante viendo la reacción de su novio ante la descripción de su padre —No vale la pena desgastarse en un tema que no tiene solución.

𝕷𝖆 𝖋𝖑𝖊𝖈𝖍𝖆 𝖉𝖊 𝖈𝖚𝖕𝖎𝖉𝖔~ᶜʰᵉˢᵗᵃᵖᵖᵉⁿWhere stories live. Discover now