Luego de los eventos de Ocarina of Time y Majora's Mask, Link ahora es un joven adulto que ha vivido los últimos 10 años tratando de seguir con su vida aunque los recuerdos de su pasado y lo que vivió sean demasiado pesados para él. Su nueva aventur...
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El viaje fue normal, sin ninguna novedad, pero parecía que iba a acabar pronto: un río se interponía en nuestro camino, era el que venía del Dominio Zora.
Epona no podía cruzarlo, o más bien no quería, tuvimos que bajarnos y dejarla cerca de la orilla.
—¿Y ahora qué hacemos? —Pregunté en voz alta.
Link no lo pensó mucho, agarró su bolso y lo lanzó a la otra orilla y luego se tiró él mismo al río, nadando hacia el otro lado, toda su ropa estaba mojada ahora y se movía con cierta dificultad. Cuando llegó a tierra firme, me hizo una seña con la mano para que fuera hacia él.
No me gustaba la idea de que mi ropa se mojase y luego sea difícil caminar o incluso poder enfermarme, pero no había otra opción, los zora son muy reservados así que no había ningún puente o forma sencilla de llegar a ellos.
Lentamente me sumergí en el agua y comencé a nadar, el río no era ancho aunque la corriente era algo fuerte, requería mucha fuerza y habilidad para no ser arrastrado, la ropa no ayudaba. Link extendió su mano para agarrarme y llevarme hacia él, la tomé y me ayudó a salir.
Sentía frío, todo mi cuerpo estaba mojado y había una leve brisa esa mañana, temblaba y me tiritaban los dientes, Link parecía estar como si nada, mas se le notaba una leve preocupación en su rostro.
Buscó en su bolso y sacó mi túnica de fuego, no tenía otra ropa. Me la dio y me señaló un árbol para que me cambiara, él se quedó mirando hacia el lado contrario.
Fui detrás del árbol, dejé mis cosas y rápidamente me saqué la camisa y me puse la túnica. Me quité las botas y les vacié el agua que tenían dentro, también me saqué el pantalón y lo escurrí para volvérmelo a poner junto a las botas. Claramente aún no estaba seca pero ya no sentía tanto frío, agarré mi camisa mojada y fui nuevamente adonde Link, solamente para avergonzarme.
Vi su espalda llena de cicatrices, él no me escuchó, estaba escurriendo su túnica blanca y su polera negra, sin pensarlo me cubrí la cara con mis manos y me alejé, volví al árbol y me quedé ahí, sentada bajo él. Mi cara estaba ardiendo de la vergüenza por haber visto algo que no debí.
Su espalda era un poco ancha y bien formada, no había mucho que decir al respecto, salvo ese pequeño detalle: cubierto de heridas, me preguntaba si el resto de su cuerpo se veía igual, así de dañado y maltratado.
"¿Quiénes... le hicieron cosas tan horribles?" Pensé decaída.
De pronto, mi visión se puso borrosa y oscura, como si algo estuviera frente a mí impidiéndome ver. Otra vez, algo parecía sonar en mi oído pero retumbaba en mi cabeza, como si no fuera mío.
"¿Y? ¿Qué te parece? Una triste y fea vista, ¿No es así?"
Ese momento fue interrumpido por Link, quien estaba frente a mí tratando de llamar mi atención chasqueando sus dedos. Mi visión volvió a la normalidad, él estaba agachado, mirándome un poco confundido.
