Luego de los eventos de Ocarina of Time y Majora's Mask, Link ahora es un joven adulto que ha vivido los últimos 10 años tratando de seguir con su vida aunque los recuerdos de su pasado y lo que vivió sean demasiado pesados para él. Su nueva aventur...
Recuerda esa canción que alguna vez ella te enseñó.
Recítala, y abre el paso a las profundidades del océano...
Solo así la reencontrarás
una vez más.
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Me hundí en lo más profundo junto a aquella entidad oscura. El agua en algún momento terminó y caímos en lo que parecía ser el subsuelo del templo, había un canal de agua con varios remolinos en su paso, nosotros estábamos sobre una plataforma rocosa, él aún seguía sosteniéndome, apretándome contra él, empecé a moverme para zafarme, se rio burlescamente y me soltó.
—¿Qué? ¿No te gusto? —Preguntó con una sonrisa pícara y lleno de ironía. —Pensé que te agradaban los abrazos, ya que siempre me estás buscando para eso.
—¿Q-quién eres? —Pregunté tratando de sonar amenazante, pero aún sentía mucho miedo. —¿P-por qué te pareces a Link?
—¿Eh? ¿No es clara la respuesta? —Respondió aún burlándose de mí. —Yo soy Link.
—¿Q-qué...? No.. no lo eres. —Dije tratando de engañarme. —Yo lo acabo de ver... no tiene sentido.
me tomó del mentón y levantó mi cara, sus ojos rojos brillaban intensamente.
—No eres particularmente inteligente. —Comentó con una sonrisa. —Pero está bien, no es tu culpa que ese Link viviera reprimiéndome.
—¿R-reprimiéndote? —Ignoré que me había llamado estúpida.
Soltó mi cara y se apartó.
—Yo soy Link, así como ese otro también es Link, somos la misma persona, solo que yo me mantengo... en las sombras. —Se rio un poco. —Me "obligo a mí mismo" a esconderme. ¿Recuerdas esa voz en tu cabeza? ¡Era yo, susurrándote al oído! Solo que no podías verme, no hasta ahora.
—Tú... no puedes ser Link... eres... distinto.
—Si él hablara, te diría que no somos la misma persona, que está maldito y yo soy la consecuencia de esa maldición. Es solo que es tan cobarde, tan caprichoso, tan infantil... —La sonrisa de "Link" se fue borrando poco a poco, la ira crecía en su rostro al llamarse a "sí mismo" cosas tan feas. — ...Es tan llorón que no quiere admitir que... ¡Yo también soy él! ¡Su parte oscura!
—... No... —Dije. —No te creo, no puedes ser él.
—¿En serio? Hagamos esto. —El enojo se borró de su rostro y otra vez apareció esa sonrisa tétrica. —Te daré la posibilidad de preguntar tres cosas sobre Link, ¡lo que quieras! Aprovecha, pues odio hablar de mí mismo.
