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  Me quedé mirando a Shawn después que me dijera eso, estaba con sus ojos bien abiertos esperando una respuesta de mi parte, solo negué y me salí de la habitación.

  En la mañana siguiente, me paré súper temprano hacer el desayuno, Lauren se levantó también y Shawn seguía dormido.

—Buenos días —Se sirvió su café y se recostó de unos de los muros del lugar.

—Buenos días Camz —¿Camz? No lo había notado, ¿hace cuanto me llama así? —¿Que tal dormiste? Me imagino que pésimo —Cuando iba responder apareció Shawn.

—¡Buenos Dias! —Se acercó y me dio un beso en la mejilla y saludó a Lauren. —¿Que tal roommate? —Lauren hizo una sonrisa fingida.

—Podría estar mejor, pero ya sabes, las cosas no son como uno quiere —Shawn no supo agarrar su indirecta, eso imaginé, yo solo la miré suplicando que no dijera más, serví los platos y Lauren tuvo la intención de irse, pero Shawn la detuvo.

—Hey, ¿a donde vas? Ven a comer aquí con nosotros. —Suspiró, yo también lo hice, no era el momento mas adecuado. —Ven siéntate, así te conozco mejor, puedes ser una asesina en serie y estas esperando el momento exacto para hacerle algo a Camila. —Sonrió y Lauren solo hizo lo que le pidió —La mesa estaba en silencio —¿Y que haces para ganarte la vida? —Preguntó después de unos minutos.

—Soy arquitecta —Hizo un gesto de impresión.

—¡Vaya! No esperaba escuchar algo como eso —Idiota, pensé. —Bueno, yo solo soy un vendedor de artículos deportivos y Camila es bailarina. —Lauren sonrió mirándome dulcemente.

—¡Lo sé! —Yo le devolví la sonrisa.

—Aunque, ¿ya pensaste que harás después que nos casemos? —Lauren levantó sus cejas y dejó caer los cubiertos fuertemente en su plato, solo susurré en voz baja.

—Lauren no lo hagas. —Se tornó a mirar a Shawn.

—Ella me habló algo de eso —Shawn se le adelantó con una sonrisa.

—Perfecto, ¿le vas a dar trabajo? —Vi su cambio de humor al instante.

—No, en realidad ella va a seguir bailando. —Este empezó reír.

—No, no lo hará. —Lauren colocó sus brazos sobre la mesa.

—¿Y quien lo dice? ¿Tu? —Él asintió —Ella no es de tu propiedad.

—¿Que es de la tuya? —Cuando iba responder, él la volvió a interrumpir —Una vez que me case con Camila ni tu ni nadie va decir que debo o no debo hacer con ella —Lauren se levantó exaltada.

—¡Pero ella no es un objeto idiota! —Shawn se colocó a su altura.

—Que imbécil, ¿te gusta mi prometida? —Tuve que intervenir, ya estaban yendo muy lejos con su discusión, antes de que yo pudiera hablar, ella se retiró.

[...]

    Lauren había abandonado la casa, habían pasado tres días que no sabía de ella, la llamaba y nada, Shawn a la semana se marchó y al mes volví a verIa.

   Iba camino del estudio a casa triste, estos días habían sido lo peor, pensé que al Shawn irse volvería a casa pero no fue así, maldita sea, la extrañaba demasiado, ya me sabía sus mañas y costumbres de la mañana, sabía a que hora se iba al trabajo, cuando tenía que hacerlo claro, como le gustaba su café, cual de sus pizzas era su favorita, como probaba cualquier comida, no importaba como se viera si ella no la había probado, la comería.

   Dieron las once de la noche, no tenía sueño, pensando en como fue la manera en que me enamoré de ella, me veía mal, me desconcentraba en mis ensayos, hasta empecé a dormir en su cuarto, me dije a mi misma, Camila, Lauren no ha muerto como para que hagas esto, pero estaba cegada en la manera que la extrañaba, tenía que sentirle cerca.

  Pasaron unas horas, cuando oí la puerta principal abrirse, me asusté, podría ser ella, es la única que tiene llave, bajé con cuidado, revisé, vi la luz de la cocina prendida, me acerqué y la vi, estaba de espaldas, me alegré demasiado, estaba devuelta, pero tenia primero que recibir una explicación.

—¿Lauren? —Se volteó.

—Hola —No dijo nada más.

—¿Donde estuviste? —Se encogió de hombros.

—En casa de Ally, esperando que el idiota se fuera —Me acerqué, me mantenía serena no quería discutir.

—¿Un mes entero? ¿Sin una llamada? —Se alteró un poco, pero respiró y se calmó. —No tuviste que darle la razón e irte así. —Se arregló su cabello, me miró.

—Tal vez tengas razón, pero me fui para que arreglaras las cosas y dejaras todo en claro y te dieras tu puesto, no tengo que esperar a que él se vaya, ésta es mi casa, contigo, él no tiene permitido mandar aquí —Respiró nuevamente —Pero, ¿qué hiciste? ¿te vas a casar? —Hice un gesto desanimada. —No me respondas, ya sé la respuesta, ¡No puedo creerlo!

—Soy una idiota lo sé. —No podía mirarla a los ojos. 

—¿Sabes por qué no quiero que te cases? —Negué.

—Dímelo ya. —Se colocó las manos en la cintura.

—Primero, porque no lo amas —Se quedó callada.

—¿¡Que no hay un segundo!? —Alcé mi voz y me atreví a mirarla directamente a sus ojos. Terminó de acercarse completamente, yo me sentí nerviosa y acorralada, podía sentir su respiración en mi piel, me sujetó fuertemente atrayéndome hacia ella con rudeza y susurró en mis labios.

—Segundo, ya no podría hacer esto. —Me dio un beso en los labios tan apasionado que odié el momento en que se separó de mi para recuperar el aire. —Nos miramos a los ojos y le sonreí.

—Y yo odiaría que no lo hiciera mas. —Volvió a besarme.

*****


Mi hogar es Contigo | CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora