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   Pasaron unas semanas, ya estaba con Lauren en casa, algunas cosas no se le daban muy bien aun pero, coloqué todo mi cariño para apoyarla, algunas noches eran difíciles, tenia pesadillas que la hacían despertar muy agitada.

 —¿Estas bien? —Le dije mientras prendía la luz de la mesita de noche.

—Si, lo siento, sé que no es lindo despertar así —Le di un beso en la mejilla y sostuve su cara en mis manos.

—Óyeme bien, estoy aquí para tí, no me iré a ninguna parte —Se negaba a mirarme, la forcé un poco. —Hey, mírame, no te disculpes, parte de esto sé que es por mi culpa, al final de todo si tienes razón. 

—¡No digas eso! —Me miró con sus ojos algo cristalizados, hacia que ese verde esmeralda resaltara aún mas.

—Entonces no actúes así, déjame traerte algo de agua...

      Lauren 

    Podría apostar mi vida en jurar amar a Camila por siempre y la ganaría, pero no podía seguir haciéndole esto, si, ella era mi esposa pero no quería que su vida la dedicara a mi, alguien quien no puede hacer las cosas bien, pero sabía que ella no me lo permitiría. 

—Aquí tienes —Me entregó el agua y se subió de nuevo a la cama.

—No tengo sueño, voy a ir a la sala, no quiero molestarte, puedes seguir durmiendo —Sujetó mi mano antes de levantarme.

—Sabes que puedo ir acompañarte, no me importa —Suspiré un poco.

—Yo estoy bien, descansa, recuerda que mañana tienes que ir al seguro por la cuestión de la academia. —Se arregló un poco el cabello.

—Con respecto a eso... —Me asusté un poco.

—¿Que pasa? —Respiró hondo.

—Yo ya tengo un trabajo —Me alteré un poco.

—Camila no me digas que volviste a conseguir trabajo en un hospital porque... —Me interrumpió.

—No, no es en un hospital —Quiso reír, yo seguía seria. —Estoy dando clases en una academia igual, no es mía pero me gusta donde estoy y me siento cómoda, algunos niños de la academia anterior llegaron allá y les doy clases, así que por eso no te preocupes, además no quiero volver allí.

—No sé, no estoy convencida, solo quiero lo mejor para ti, y a veces me lo haces demasiado difícil. —Se sentó a mi lado.

—Lo sé y estoy feliz donde estoy, tenlo por seguro, sé que quieres ir a la sala, pero que tal si me haces compañía aquí un rato, ¿puedes? —No pude negarme a su pedido y acaricié su cabello hasta yo quedarme dormida abrazándola.

  Sabía que Camila era mi único hogar y adonde yo fuera ella iba a ir conmigo. 

[...]

      Camila 

    Me gustaba verla en las mañanas irse al trabajo, ya no trabajaba tanto en casa, decía que si lo hacía iba a morir lentamente, me parecía bien, pero algo en mi quería que las cosas volvieran a ser como antes, me gusta el apartamento donde hemos vivido, y no me falta nada, pero con la casa anterior tenia un valor sentimental, es donde la conocí, donde todo comenzó, cursi pero importante.

  Decidí ir a nuestra antigua casa y hacerle una remodelación,  le daría una sorpresa, con todo incluido para empezar de cero.

  Pasé unas semanas arreglando todo, muchas cosas me delataba con mis actitudes extrañas y llamadas desconocidas, sé que Lauren ya estaba molesta por tanto misterio, esperaba que todo valiera la pena.

[...]

      Lauren 

  Camila actuaba extraño y eso me preocupaba, había pensado en alejarme de ella un tiempo, a lo mejor no estaba cómoda con toda esta situación, pero después no lo hice por cumplir con todo lo que demanda un matrimonio, en las buenas y en las malas, bueno algo así, no entendía, ya mis pesadillas se habían ido, no del todo, pero ya no eran tan frecuentes, gracias a las terapias que empecé a ir. 

  Salí del trabajo algo cansada, iba camino a casa solo pensando en mi cama, fueron demasiados planos juntos en un día,  Ally me ha ayudado mucho, creo que aun me falta algunas cosas para adaptarme por completo me refiero de estar en la construcción todo el día y no estar en la comodidad de mi apartamento, bueno así yo lo había decidido, en el camino recibí una llamada de Camila, la coloqué en alta voz y respondí.

—¡Camz! —Escuché una pequeña risa.

—¡Hace tiempo no escuchaba eso! 

—¡Es cierto! Disculpa por descuidar tu apodo —Las dos reímos.

—¿Donde estas? 

—Camino a casa, ¿por qué? ¿Necesitas que te vaya a buscar alguna parte?

—Si, no, bueno si..

—¿Camila que pasa? —Volvía con su misterio.

—Necesito que vengas a nuestra casa.

—Bueno para allá voy.

—No, a nuestra casa, a nuestra verdadera casa.

—Ya sé a que te refieres, ¿que haces allí? 

—No preguntes y solo ven. 

—Vale, voy para allá.

   Al llegar a donde conocí a Camila, estaba allí en la puerta con su gran sonrisa, me bajé del auto y me acerqué a ella.

—Bien, ya estoy aquí, ¿Que es?

—Quiero mostrarte algo —Me llevó consigo dentro de la casa, la cual estaba cien por ciento remodelada, pude sentir una buena vibra y mucha felicidad. —¿Te gusta? —Escuche después de unos minutos.

—¡Me encanta! —Dije con una sonrisa, no era mentira me encantaba el lugar y todo lo que había hecho.

—¿Que te parece si empezamos de nuevo? —Me extrañé ante su comentario.

—¿A que te refieres? Pensé que estábamos bien. 

—Lo estamos... Pero me refiero con un nuevo comienzo, aquí —Señaló todo el lugar.

—No sé, digo, yo quiero pero, ¿estas segura? —Se acercó a mi y tomó mi mano, colocándola en su vientre, haciendo una gran sonrisa.

—Estoy segura. 

*****


Mi hogar es Contigo | CAMRENWhere stories live. Discover now