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   No escuché mas nada después, solamente pensé en mis palabras sobre que mataría a la persona que hizo esto, ¿como fue capaz? Lo peor es que su intención era esa, ¡Dios! ¿Por qué tanto odio? 

  Pasé unos días más esperando la recuperación de Lauren, aún estaba inconsciente, mis noches eran frías y silenciosas en esa habitación del hospital, a veces venía Ally acompañarme, y Chris cuando tenía un tiempo libre también se sentaba conmigo, una de esas noches, él se acercó ofreciéndome una taza de café.

—Esto ya pasará... —Jugando un poco con mi bebida y cabizbaja, respiré profundo.

—Lo sé, estamos viviendo el proceso de esta situación. —Tomó un poco de su café.

—Sé que es muy pronto o tal vez he esperado lo suficiente, pero ella es mi hermana y tu hermano tiene que pagar —Levanté mi mirada y lo miré.

—Esto pasará lo acabas de decir, y si va a pagar, pero quiero que primero Lauren despierte, ¿bien? Solo.. Que despierte... No sé si logras entenderme, pero ahorita lo menos que quiero es agobiarme con dos cosas tan grandes a la vez. —Colocó su brazo a mi alrededor, envolviéndome en un pequeño abrazo.

—¿La amas verdad? —Sonreí un poco, ya que en ese momento se me vino la sonrisa de Lauren a mi mente.

—Tu hermana es la persona que puede dejarme sin palabras con tan solo verme, se volvió todo para mí, por eso me casé con ella, porque sabía que quería verla al despertar cada mañana y darle un beso de buenas noches todos los días. —Me di cuenta que me extendí siendo una tonta enamorada —Lo siento no fue mi intenc... —Me interrumpió.

—Tranquila, es bueno que mi hermana este en buenas manos, todas esas palabras que dijiste suenan a felicidad, espero algún día encontrar algo así.  

—Lo es, puedo jurártelo... —Estuve apoyada a su pecho un rato, cuando su localizador sonó.

—Lo siento Mila, me necesitan en emergencias —Asentí con una media sonrisa y se marchó.

[...]

   Fui a darme un baño rápido a casa y regresé. Ese sonido de la maquina que marcaba sus signos vitales me tenía un tanto estresada, sus heridas no se veían mucho, los cirujanos hicieron un gran trabajo, no sabía que decir, solo la miraba y sostenía cuidadosamente su mano, que por lo menos sintiera que yo estaba allí.

  Salí y busqué al doctor Santos, el encargado del caso de mi esposa, cuando lo encontré mi pregunta fue sencilla.

—Doctor, ¿por qué no despierta? —Respiró.

—Hola a ti también —No me importó disculparme —No es fácil, creo que el doctor Jauregui te lo ha mencionado, se sometió a muchas operaciones.. Estuvo en terapia intensiva por cinco días —Metí mis manos en los bolsillos de mi chaqueta y me detuve.

—Lo entiendo, toca esperar y tener fe, ¿imagino? —Asintió. —Me lo imaginé bien, sabía que esas eras sus siguientes palabras.. 

—Lo siento mucho... —Retuve mis lagrimas.

—No me diga eso ahorita, ni me lo vaya a decir si ella llega a... —No pude continuar hablando, regresé con Lauren.

[...]

   Se cumplían cuatro meses, Lauren seguía en coma, y yo seguía siendo la misma,  sé que no era ni la primera ni la ultima que pasaba por algo así. pero, ¿cuanto tiempo más llevaría?

[...]

   Estaba sentada escuchando música con mis ojos cerrados cuando alguien me quitó uno de mis audífonos, cuando abrí mis ojos vi a la ultima persona que pensaba ver en este momento.

—¿Shawn? ¿Qué haces aquí? —Levantó sus manos ligeramente.

—¡No vine a pelear! Solo vine a traerte esto... —Me entregó una carpeta, mientras la abría me decía a lo que se refería. —A tu hermano le dieron quince años de cárcel. —Lo detuve.

—Espera, ¿tu sabías algo? —Asintió avergonzado.

—El planeaba quemar tu academia, pero por mala suerte Lauren estaba allí,  yo me negué a apoyarlo en su estúpido plan, mi vida tiene cosas mas importantes, que hundirme en la cárcel.

—¿Tu vida? —Sonrió genuino.

—Dentro de poco seré papá, y no quiero perdérmelo por nada del mundo. —Me alegré al verlo tan feliz.

—Me contenta por ti —Sonreímos mutuamente. 

—Entonces, volviendo al tema por el que vine, tu hermano ya está en la cárcel, yo fui quien lo acusó, Lauren no es de mis personas favoritas, pero tampoco puedo ser tan inhumano. —Le di un abrazo el cual me respondió.

—Gracias. —Antes de marcharse.

—Por cierto, ten —Extendió unas llaves —Es tu casa, bueno, es su casa. —Las tomé —Disculpa por todo Camila.

—No te preocupes. —Siguió su camino a la salida. —Miré de nuevo la carpeta, todo en esta vida se paga y todo a su tiempo, pensé. De repente se acercó un Chris acelerado detrás de mi. —¿Qué pasa?

—Es Lauren... 

*****


Mi hogar es Contigo | CAMRENWo Geschichten leben. Entdecke jetzt