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          Lauren

    Pasaron unos meses después que le hice ese desaire a Camila. No podía dejar que ella siguiera jugando conmigo, venir aquí con su cara de no ha pasado nada, como si no se estuviera a punto de casar, ¿qué me hacía falta? Obviamente si, sus miradas en la mañana, su manera de preparar el café y hacerme sentir bien, su olor, su forma de bailar y su pasión al hacerlo, ¡Sus besos! ¡Dios mío sus besos! Su control sobre mi boca cuando me besaba era un vaivén del que jamás quería salir, pero ya no podía seguir así, tenía que conformarme con el poco tiempo que compartí con ella, me enamoré y lo seguía estando, cuando mi plan solo era saber de dónde había salido esta chica. pero, lo correcto era eso, dejar a Camila ir. Un toque a la puerta me sacó de mis agitados y precipitados pensamientos.

—¿Chris? —Fue lo que dije al ver a mi hermano con unas maletas en mi puerta.

—Lauren, sé que tendrás muchas preguntas, pero no tengo otro lugar a... —Lo interrumpí dándole un abrazo, tenía años sin verlo, empecé a llorar.

—¡Claro que sí! ¿Cómo es que estás aquí? ¡Ven pasa!

—No te imaginas cuanta pena me da venir a pedirte, ¿cómo lo diría? ¿asilo? —Nos sentamos.

—No quiero pedirte explicaciones, porque de todas maneras te vas a quedar conmigo ¿ok? No me incomoda —Me interrumpió.

—Papá me botó por ser como tú —Me extrañé con su comentario.

—¿Como yo? ¿como así? —Respiró y una lágrima corrió por su mejilla.

—Soy gay Lauren —Antes de decir algo le di otro abrazo, que se diera cuenta de que no me importaba y que supiera que contaba conmigo.

—Papá es un idiota, lo hemos sabido desde siempre, claro que puedes vivir conmigo el tiempo que necesites —Le sequé algunas lagrimas.

—No estaría tanto aquí, solo sería un lugar para guardar mis cosas, sabes que en el hospital es donde vivo —Mi hermano era médico traumatólogo, se graduó un año después que yo lo hice, luego de un tiempo no nos volvimos a ver, hoy me preguntaba el porqué.

—¿Tranquilo, bien? Necesitaba un compañero a pesar de todo —Le mostré cuál sería su cuarto.

   Pasamos toda la tarde hablando, le conté lo que me había pasado, al igual que el me contó cómo se enamoró de unos de sus colegas.

—Así que Camila Cabello es la chica que te tiene enamorada. —Me eché hacia atrás en el sofá.

—Pues si pero se va a casar por obligación, todo por su carrera, aunque no sé que planea, en realidad fue muy tonto dejarnos por algo así, ella dejándose manipular de esa manera, por algo que pudimos haber manejado. —Tomó un poco de su vino.

—¡Entonces es una idiota! —Reí un poco.

—Tal vez, pero tal vez lo sea yo, al no luchar por ella. —Me sirvió una copa y me la cedió.

—Hermanita si esta vida no se tratará de luchar, entonces, ¿para qué estamos aquí? Si nos derrota una simple palabra, amor. —Me tomé de un solo impulso mi copa.

—Tienes razón, pero es mejor estar fuera de juego, no quiero enredarme con un idiota, como lo es su novio.

—¿Y hace cuanto no la ves? —Volví a servirme otra copa.

—Hace meses, ya se debió haber casado. —Colocó su brazo a mi alrededor y me recosté en su pecho.

[...]

        Camila

   Salí del estudio temprano, tenía que caminar a casa, nuevamente mi carro se había averiado, ya estaba cansada de ello, no me gustaba caminar sola, porque eso daba paso y tiempo para pensar en Lauren y en su actitud de hace meses. 

    Crucé la calle para agarrar el bus que me dejaba cerca de casa, sin darme cuenta, un imbécil me tropezó con su bicicleta, ¿que podía ser mas tonto que alguien me atropellara de esta manera? Me di un fuerte golpe en las rodillas que se me formaron unos raspones, el chico fue amable disculpándose y exagerado llevándome al hospital para después salir corriendo, sabía que tanta amabilidad era sospechosa. Estaba en la sala de emergencia esperando que alguien me atendiera, no pensé que me dolería tanto, esperaba que todo estuviese bien. Al pequeño espacio entró un doctor apuesto, con cabello dorado y una hermosa sonrisa, agarró mi ficha médica, pero al verla, lo noté sorprendido y me miró rápidamente.

—¿Camila? ¿Camila Cabello? —Asentí.

—Si esa soy yo —Extendí mi mano, él la estrechó diciendo su nombre, pero estuvo muy pensativo y nervioso.

—Chris Jau..Morgado, Chris Morgado —Sonreímos —Ahora, a ver esas heridas. —Me hicieron unas radiografías, luego de eso me curó, colocando algunos vendajes, fue extremadamente amable conmigo, nunca me había sentido tan atendida en un hospital. Me mandó una receta médica, dándome otra cita.

—¿Eso es todo? —Pregunté.

—Si, no hubo daño mayor, solo que las heridas cicatricen correctamente. —Empezó anotar algunas cosas en el informe.

—Es que soy bailarina y tengo una presentación muy importante en una semana exactamente y no es por nada, pero soy la protagonista. —Dije eso ultimo alardeando un poco, después me di cuenta que fue demasiado para alguien que no conozco.  

—Tendrás que tomar un reposo de tres días, para no arriesgarnos con nada. —Le hice un saludo militar, dándole a entender que seguiría todo al pie de la letra.

        Lauren

    Estaba en casa viendo algunos planos, cuando llegó Chris con una sonrisa de oreja a oreja, alcé una ceja interrogante mirándolo.

—¿Te dijeron que si? o ¿Ya te propusieron matrimonio? —Me dio un ligero golpe, pero aun con su sonrisa —¿Me vas a decir que te pasa?

—¡Adivina a quién atendí hoy! —Bajé mi mirada, y llevé de nuevo mi atención a los planos.

—¿No sé? ¿Al presidente? —Volvió a golpearme.

—¡A Camila! —Subí mi cabeza y lo miré sorprendida.

—¿Seguro que era Camila? —Fue a la nevera haciéndose el creído.

—Si hay otra Karla Camila Cabello Estrabao, que cumple años el tres de marzo y cree ser muy graciosa, y si, tal vez la haya pero sería una gran coincidencia —Me levante exaltada y lo giré.

—¡Por Dios! ¿Ella está bien? —Tomó agua e hizo muecas con su boca, burlándose de mí.

—Si está bien, solo tenía unos raspones, ya que un ciclista no la vio y la atropelló, pero todo está en orden. —Me quedó mirando.

—¿Qué? ¿Qué pasa? —Colocó el vaso en la mesa, quitándose su chaqueta y yéndose al cuarto.

—Aún no tiene anillo de casada, solo digo...

*****

Mi hogar es Contigo | CAMRENWhere stories live. Discover now