Capítulo 38: Hanbin

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—Pero está bien —dije— tenemos todo lo que necesitas aquí en la nave. No tienes que preocuparte por las ropas ni por nada.

Jiwoong me golpea en el brazo.

—¿Qué?

ZhangHao abraza su animal de peluche y recoge el cuaderno, los lápices, el libro y la fotografía que seleccionó de los baúles de sus padres. —Ya terminé aquí —dice con una voz vacía.

Jiwoong me ayuda a cargar de nuevo los baúles en el armario. Él me sigue lanzando esas miradas y moviendo sus cejas hacia ZhangHao, pero no tengo ni idea de qué significa.

Click. Zas. Ruido sordo.

ZhangHao deja caer el peluche y los libros, los lápices repiquetean en el suelo y la fotografía se desliza hacia abajo. —Conozco ese sonido —él respira y sale, corriendo por el pasillo hacia las filas de cuerpos congelados.

—¡ZhangHao espera! —lo llama Jiwoong, pero yo sólo corro detrás de él. Hao patina alrededor de la fila de los números sesentas.

—¡Dense prisa! —grita.

Doy vuelta a la esquina. Una niebla se está levantando de una caja de vidrio ubicada en el centro del pasillo.

—¿Tú hiciste esto? —pregunto, incluso si ya sé la respuesta.

—¡Claro que no! —ZhangHao dice, su voz está rasposa, como si estuviera tratando de decirlo todo de una sola vez—. ¿Se va a despertar como yo?

Miro la caja, hay una mujer dentro, más alta y pesada que ZhangHao, con un cabello oscuro y rizado y una piel más oscura que la mía. La luz en la parte superior de la caja parpadea roja. Miro a la caja eléctrica negra. El interruptor fue bajado.

Llevo mi dedo a mi botón wi-com. —Com link: Doc. ¡Ahora!

—¿Qué pasa? —la voz de Doc llena mi wi-com.

—¡Doc! ¡Ha habido otro! ¡Hay otra caja aquí afuera! ¡Ven rápido!

—Espera, ¿qué?

—Abajo, en el Nivel de Criogenización. Una de los otros congelados. Fue sacada. ¡La luz está roja!

—Estaré ahí enseguida.

Doc desconecta el link. Espero que esté cerca. Si está en el Hospital, estará aquí en minutos, si está en La Ciudad o en el Nivel de Carga, tardará más.

—¿Que está pasando? —pregunta Jiwoong.

—Alguien le hizo a esta mujer lo que me hicieron a mí —ZhangHao dice—. Alguien simplemente me desconectó, me dejó aquí para morir.

—¿Así que ella se despertará? —pregunta Jiwoong.

—No lo sé. Creo que si subimos de nuevo el interruptor, y la ponemos de nuevo dentro pero no sé. Tengo miedo de arruinarlo. Parece tan simple, pero…

—No dejes que se despierte —ZhangHao dice suavemente—. Es horrible estar congelado, pero es mejor que estar despierto solo.

Mi corazón se sacudió. Él sigue pensando que está solo.

—¿Hanbin? —una voz llama.

—¡Aquí! —le respondo— Número —miro a la puerta abierta—. ¡Número 63!

Doc corre por el pasillo. Hace a un lado a Jiwoong mientras se inclina sobre la caja. Limpia la niebla que hace borroso al vidrio. —No ha estado fuera mucho tiempo —dice Doc—. Casi no está descongelada.

—Eso es bueno, ¿verdad? ¿Verdad? —Los dedos de ZhangHao presionan a través de la caja de vidrio, como si estuviera tratando de atravesar el hielo y sostener la mano de la mujer.

—Bueno —dice Doc. Él me choca. Doy un paso hacia atrás. Doc se inclina sobre el vidrio, mirando la caja eléctrica. Conecta un disquete a un cable en la caja y lee los números que saltan en la pantalla. Gruñe, pero no puedo decir si es un gruñido bueno o un gruñido malo. Golpea unos números más en el disquete, luego lo desconecta antes de subir el interruptor. La luz cambia del rojo al verde.

Doc empuja la caja de vidrio dentro de la cámara de criogenización. Cierra la puerta y tira el pestillo hacia abajo. Un rastro de frío se arremolina a nuestro alrededor, es la única evidencia de que la Número 63 estuvo afuera

—Ella está bien —dice Doc—. La encontraron a tiempo.

—¿Chicos? —llama Jiwoong. Miro detrás de mí, sorprendido. Jiwoong caminó por el pasillo, alejándose de nosotros, en el otro lado, fuera de la vista.

—¿Cómo supieron que ella estaba aquí? —Doc pregunta.

—Lo escuché —ZhangHao dice.

La cara de Doc se arruga en concentración.

—Eso significa que quien sea que hizo esto, estaba aquí abajo mientras ustedes también lo estaban. De todos modos, ¿por qué estaban aquí?

—Quería mostrarle a ZhangHao los baúles de sus padres —dije antes de que ZhangHao pudiera mencionar que íbamos a mirar a sus padres. De alguna forma, creo que admitir que íbamos a meternos con las cámaras de criogenización no
era algo bueno en este momento.

—¿Uh  chicos? —Jiwoong llama desde dos filas más atrás.

—No me gusta esto —dice Doc—. Quien sea que estuvo aquí abajo cuando ustedes también lo estaban debió haber sabido que ustedes estaban aquí, debió haber sabido que escucharían lo que estaba pasando. Además de ustedes tres, ¿vino alguien más?

ZhangHao y yo nos miramos.

—No que yo sepa —dice.

—Yo tampoco.

—¡Chicos! —grita Jiwoong.

—¡¿Qué?! –grito de vuelta.

—Vengan a la fila de los veintes. ¡Ahora!

Doc empieza a caminar, pero ZhangHao y yo nos damos cuenta: corremos. La urgencia en la voz de Jiwoong no era falsa. Algo está mal. Cuando damos vuelta a la esquina, es evidente sobre qué estaba gritando Jiwoong.

Otra caja yace en el centro del pasillo. Pero esta se ha derretido. Y el hombre dentro de ella ya está muerto.

A través del universo - Haobin ¹Where stories live. Discover now