-¿Me amas?-
-mas que a nadie-
-¿Con toda tu vida?-
-con toda mi vida-
-¿Dejarías todo por mi?-
-umm ..si??-
-¿Realmente esto está bien?...-
-.......-
-no ...-
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créditos a quien corresponda las imágenes usadas
Advertencia ⚠️: Esta historia contiene temas relacionados con el uso de drogas y situaciones que pueden ser inapropiadas o perturbadoras para algunos lectores. El uso de drogas ilegales es peligroso y puede tener consecuencias graves para la salud física y mental. No se recomienda ni se glorifica el consumo de sustancias ilegales. Si usted o alguien que conoce está luchando con el abuso de sustancias, busque ayuda profesional inmediatamente. Por favor, lea con precaución y responsabilidad.
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La luz de la luna se filtraba a través de las cortinas de la ventana, proyectando sombras danzantes en las paredes de la habitación. Era una noche tranquila, solo el susurro del viento rompía el silencio. Él estaba ahí, sentado en el borde de la cama, su mirada perdida en un punto indefinido en la distancia. Spreen, como siempre, parecía estar en otro mundo.
Había algo en su forma de estar, en su postura relajada y sus ojos entrecerrados, que sugería que no estaba completamente presente. Sus dedos jugaban con un mechón de su cabello, mientras su mente vagaba por caminos invisibles. Parecía estar atrapado en un trance, una especie de ensueño inducido por la música que llenaba suavemente el aire.
Habías estado observándolo en silencio, fascinada por su aura de misterio. Habías escuchado sobre sus escapadas nocturnas, sobre cómo se perdía en esos videos musicales alucinantes que parecían llevarlo a otra dimensión. Y ahora, estabas a punto de ser testigo de uno de esos momentos.
Te acercaste con cautela, tus pasos amortiguados por la alfombra. Cuando llegaste a su lado, él giró la cabeza lentamente para mirarte. Sus ojos, normalmente llenos de vida y energía, ahora parecían vidriosos y ausentes. Aun así, había algo magnético en su mirada, algo que te atraía irremediablemente hacia él.
-¿Estás bien? -preguntaste suavemente, tu voz apenas un susurro.
Él no respondió de inmediato. En lugar de eso, alargó la mano y tomó la tuya, sus dedos entrelazándose con los tuyos. Luego, sin decir una palabra, te guió hacia la cama y te hizo sentar a su lado. Encendió su laptop y puso uno de esos videos que tanto le gustaban, los colores vibrantes y las formas hipnóticas llenaron la pantalla.
Spreen sacó una pequeña bolsa de su bolsillo y la abrió con cuidado. Dentro había un polvo fino y blanco, que tomó con delicadeza y preparó en dos líneas sobre la mesa de noche. Te ofreció una de las líneas con una mirada que mezclaba emoción y compasión, sabiendo que compartían algo más que solo un momento.
-¿Confiás en mí? -susurró, su voz sonando distante pero cargada de una promesa silenciosa.
Asentiste lentamente, sintiendo cómo la adrenalina se mezclaba con la anticipación. Te inclinaste hacia adelante y aspiraste la línea, el polvo quemando ligeramente mientras entraba en tu sistema. Spreen hizo lo mismo, sus movimientos lentos y meticulosos.
La música, que hasta entonces había sido solo un telón de fondo, de repente cobró vida. Los colores en la pantalla parecieron estallar en un caleidoscopio de formas y luces, envolviéndote en una ola de sensaciones. Sentiste como si tu mente se hubiera expandido, como si cada pensamiento y emoción estuviera amplificado.
Spreen se inclinó hacia vos, sus labios encontrando los tuyos en un beso suave y lento. Había una dulzura y una ternura en ese gesto que te hizo olvidar todo lo demás. Mientras el video continuaba, el mundo exterior se desvaneció. Solo existían ustedes dos, perdidos en esa conexión íntima y profunda.
Te diste cuenta de que, aunque Spreen estaba distraído y perdido en su propio mundo, había un lazo que los unía, algo más fuerte que cualquier droga o alucinación. Esa noche, bajo la luz de la luna y el resplandor de la pantalla, encontraste una nueva forma de estar cerca de él. Y mientras te sumergías en ese universo de colores y sonidos, supiste que no había lugar en el que prefirieras estar.
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