~•••§preen•••~. one-shots

6~•mi razón•~[§preen]✓

Categoría: §treamer

Nombre: Ivan Raul Buhajeruk

País: Argentina 🇦🇷

Edad: 23

Estatura: 1,80

Advertencia ⚠️: Este one-shot contiene temas sensibles relacionados con el suicidio. Si vos o alguien que conocés está luchando con pensamientos suicidas, por favor buscá ayuda. Hay recursos disponibles y personas dispuestas a escuchar y apoyar. En México, podés llamar a la Línea de la Vida al 800-911-2000. En Argentina, comunicate con el Centro de Asistencia al Suicida al 135 (línea gratuita). En España, podés llamar al Teléfono de la Esperanza al 717 003 717. No estás solo/a; hay esperanza y ayuda disponible.

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Habías llegado al límite. Todo parecía sombrío y sin salida. Tu vida, una vez llena de risas y sueños, ahora estaba plagada de dolor y desilusión. Cada día era una lucha constante, una batalla que ya no tenías fuerzas para pelear. La idea de terminar con todo te parecía la única salida viable.

Solías fingir una fina sonrisa ante todos, pero llegó un punto de quiebre donde siquiera pudiste reconocer las intenciones de los demás, con miedo a ser dañada de nuevo

Esa noche, después de días de planificación, decidiste que era el momento. Te sentaste en la terraza de tu edificio, el lugar donde habías encontrado refugio en momentos de soledad. Miraste hacia abajo, hacia la calle vacía,meneabas los pies mientras tarareabas una suave melodía, respiraste hondo, tus pensamientos inundaban tu mente. Justo cuando pensabas que nadie te notaría, recibiste un mensaje. Era Iván, tu mejor amigo, alguien con quien compartías tanto, pero con quien habías mantenido en secreto tu dolor.

"¿Estás bien?" decía el mensaje. Ignorarlo sería fácil, pero algo en vos te hizo responder.

"No." Respondiste mientras tus manos temblaban en un ataque de pánico

En cuestión de minutos, el sonido de un motor se acercaba. Sabías que era él. Siempre sabía cuándo necesitabas ayuda, incluso cuando no se lo decías. Iván llegó corriendo, con el rostro lleno de preocupación y miedo. Se acercó a vos lentamente, sus ojos reflejando una mezcla de desesperación y cariño.

—¿Qué estás haciendo, boluda? —preguntó, su voz temblando.se apresuró a dónde estabas

—No puedo más, Iván —murmuraste, con lágrimas en los ojos—. Todo es demasiado.

Iván se arrodilló a tu lado, tomándote las manos con firmeza.mienyras te miraba fijamente a los ojos

—Por favor, no hagas esto. Te necesito. Todos te necesitamos.

—No lo entendés. Nadie entiende —dijiste, intentando soltar tus manos, pero él no te dejaba.

—Entiendo más de lo que creés. He estado ahí, he sentido ese vacío. Pero prometo que hay una salida, y no es esta.

Sus palabras perforaron tu corazón como una daga. Siempre habías pensado que Iván era invencible, siempre tan fuerte y seguro de sí mismo. Pero ahora, viendo su vulnerabilidad, te diste cuenta de que incluso los más fuertes tienen sus momentos de debilidad.

—¿Cómo lo hiciste? —preguntaste, con la voz rota.

—Porque tenía a alguien, a ti, Y ahora, vos también tenés a alguien. Me tenés a mí. —Iván te miró a los ojos, susurrando—. No estás sola. Dejame ayudarte.

El peso de sus palabras hizo que las lágrimas corrieran libremente por tu rostro. Te aferraste a él, sintiendo su calor, su fuerza. Poco a poco, el abismo que sentías comenzó a cerrarse.

—No sé si puedo, Iván. Estoy tan rota. Decía entre débiles murmuros y gimoteos

—No estás rota, sos fuerte. Más fuerte de lo que creés. Y voy a estar acá, a tu lado, cada paso del camino.

Iván te abrazó con fuerza, su corazón latiendo contra el tuyo. Era un ancla en medio de la tormenta, una razón para aferrarte a la vida.

Pasaron horas antes de que te convenciera de alejarte del borde. Te llevó a su auto, asegurándose de que estuvieras a salvo. Condujo en silencio, su mano sujetando la tuya con firmeza.

Llegaron a su departamento, un lugar familiar y seguro. Te preparó una taza de té, y se sentó a tu lado en el sofá. No dijo nada, solo te sostuvo, permitiéndote llorar hasta que no te quedaran más lágrimas.

—Gracias —susurraste finalmente, con la voz apagada.

—No me agradezcas. Solo quiero que estés bien. Prometeme que me vas a decir si volvés a sentirte así.

—Lo prometo.

Iván te miró, con los ojos llenos de una mezcla de tristeza y esperanza. Lentamente, se inclinó y te besó en la frente.

—Te quiero. No lo olvides nunca.

Tu corazón se aceleró ante sus palabras. No sabías si lo decía en el sentido romántico, pero en ese momento, no importaba. Solo saber que alguien te quería, que alguien se preocupaba lo suficiente para salvarte, era suficiente.

Con el tiempo, las cosas comenzaron a mejorar. Iván se aseguró de que asistieras a terapia, te acompañó en los momentos más difíciles y celebró cada pequeño logro. Poco a poco, comenzaste a ver la luz al final del túnel.

Pero había noches en las que el dolor volvía, en las que sentías el peso de todo lo que habías pasado. Iván estaba siempre ahí, recordándote tu fortaleza, asegurándote que no estabas sola.

Una noche, mientras veían una película en el sofá, te inclinaste y lo besaste. Fue un beso lleno de promesas, de futuros compartidos y de un amor que había nacido en medio de la oscuridad.

—Te amo, Iván —murmuraste contra sus labios.

—Y yo a vos, más de lo que puedo expresar —respondió, abrazándote con fuerza.

En ese momento, supiste que habías encontrado tu razón para vivir. Y con Iván a tu lado, el futuro parecía brillante y lleno de esperanza.

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Se que quizás sea un poco aburrido, solo que quería expresar de una manera un sentir que tuve hace un tiempo, pase por esto, y es horrible, quería intentar saberlo pero no tuve el apoyo suficiente, hasta que una persona llego a iluminar mi vida

Solo para decir que no está solo, si es que no tienes a alguien con quien hablar estare más que dispuesto al escucharte, no estás solo, te queremos, hay personas que darían lo que sea por ti, eres especial 🫶🫶