Las llamas de la desesperación

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Era un nuevo día en la ciudad de Kuoh y en este momento me encontraba caminando junto a Rin.

Nuestro objetivo era la casa de mis padres, ahora que Rin se había convertido oficialmente en mi novia no había motivos para no contarle lo sucedido a mis padres.

Ella parecía estar más feliz de lo usual.

Siempre fue una chica extremadamente alegre, desde nuestra infancia hasta ahora, pero ahora parece haber alcanzado la felicidad absoluta.

Me hace muy feliz verla así.

Después de hablar un poco con Irina llegamos a la casa de mis padres y llamamos a la puerta.

- ¿Si...? ¡Ise, y también Irina-chan! -

- ¿Que pasa cariño? -

- Hola papá, mamá -

- Buenos días... Otou... San, O... Oka-san -

- ¿Hm? -

Irina se puso algo nerviosa, antes ella había llamado a mis padres como "Otou-san y Oka-san", ella simplemente cumplía con la petición de ambos que le pidieron ser llamados de esa forma.

- ¿Podemos entrar? -

- ¡Ah! Claro pasen los dos -

Con esas palabras de mi padre todos nos dirigimos dentro de la casa, hace un tiempo que esté ya no es mi hogar a diario, actualmente vivo en la casa de la familia de Irina, esta fue remodelada y dejada a nuestro cuidado, por los entrenamientos tuvimos que vivir en Inglaterra. Hace tiempo que no estamos en este lugar como se debe, la última vez lo visitamos, pero no fue durante mucho tiempo.

Entramos y mi madre se dispuso a preparar té, Irina inmediatamente acudió en su ayuda y ambas comenzaron a prepararlo.

Mientras tanto mi padre y yo nos sentamos frente al otro en la pequeña sala de estar.

Solo estábamos siendo separados por una mesita de centro.

Nuestras miradas se cruzaron y no pudimos alejar nuestra mirada de los ojos del otro.

Mi padre esbozó una sonrisa llena de paz.

- La última vez no pude apreciarlo bien, pero has crecido demasiado... Mi pequeño hijo -

- Bueno, ahora no estoy seguro de ser pequeño -

- Quizás ya seas casi un adulto, pero aún eres pequeño en espíritu, aún hay muchas cosas que puedes probar en tu vida, tienes un gran camino por delante... Y parece que ya has dado un paso muy grande -

¿El... ?

- Cierto -

- Nos sorprendió su visita, ¿Se irán hoy cierto? -

- Ah, así es -

- Creímos que no les daría tiempo de venir a vernos -

- No diga eso Oka-san, quisimos venir antes pero teníamos algunos pendientes -

Irina y mi madre pusieron una taza de té frente a mi padre y una más frente a mi, mi madre posicionó una taza más frente al pequeño sofá que estaba a un lado de ellos, era para Irina.

Irina le dió una taza de té a mi madre también, aunque tomó la tuya y la posicionó a un lado de la mía y se sentó a mi lado.

Mi madre se descolocó un poco.

- Otou-san, Oka-san... Este, hay algo de lo que queremos hablarles -

- Claro hijo, ¿De que se trata? - respondió mi madre.

Highschool DxD (Dragón Divino) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora