© La hija de Shinohara (1ª Temporada Terminada) Juuzou Suzuya

Capítulo 11

Una luz blanca me obligó a abrir los ojos de golpe. Me siento mareada y cansada. Miro todo a mi alrededor, es una habitación espaciosa con paredes y baldosas blancas. Unos metros más adelante hay unas mesas llenas de objetos punzantes manchados de sangre. Al fondo puedo distinguir a un persona atada a una silla, está de espaldas a mi y su cabeza cabizbaja no me deja ver su cabellera.

- Vaya ya despertaste -habla alguien por un megáfono - Ya tenemos pareja completa dice burlón.
- ¿Pareja? -pregunto con dificultad.
- No sabes quien es la persona que está atada, vaya...

De repente una puerta, invisible a la vista, se abre. Y de ahí sale el ghoul con máscara abstracta. Este lo que hace es acercar a la persona atada hacia mí pero aún espaldas impidiendo verle bien. Cuando el ghoul para, se hace a un lado y gira la silla para dejarme ver algo horrible.

- Su-Suzuya -digo con voz temblorosa apunto de llorar.

El albino tenía cortes por todos los brazos y piernas, estaba muy maltratado. El ghoul al ver mi reacción comenzó a reírse a carcajadas.

- ¡Maldito! ¡Te mataré! -grité.
- Algo irónico ya que tú estás atada y yo no -dijo con media sonrisa -¿quieres que lo despierte?

Le cogió del pelo para que mirara al frente justo donde estaba yo.

- Ya verás que divertido va a ser esto.

El ghoul cogió de su bolsillo una jeringa con un líquido raro y se lo inyectó a Suzuya.
Tan rápido como lo hizo Juuzou abrió los ojos.

- Así mejor ¿no crees? -dice el ghoul yendo a una de las mesas.
- ¿Sa-Saeko?

Intenté decir algo pero el aspecto maltratado de Suzuya provocaba un malestar en mí. Las lágrimas recorrían mi rostro mientras Suzuya intentaba calmarme.

- Saeko no te preocupes no siento el dolor -murmura.
- Eso no es posible. -digo con dificultad.
- Sí que lo es. Mi infancia no era jugar a la pelota, no fue jugar con coches. Mi infancia fueron las torturas. Y gracias a eso ya no siento el dolor.
- No tenía ni idea -sollocé
- Mírame Saeko, todo irá bien.
- No lo tengas tan seguro joven investigador -dice el ghoul acercándose a mi con cuchillos -¿qué pasaría si le hago daño a tu amiguita?.
- Ni se te ocurra hijo de...
- Ah ah ah eso no es una respuesta -dice y me corta la mejilla.
- ¡Saeko! -grita.

Suzuya hace lo posible por desatarse pero no puede. Yo cierro los ojos con fuerza pero no grito, no me ha dolido tanto como ha Suzuya verme así.

- ¡No la toques imbécil! -dice a todo pulmón.
- Eso tampoco es una respuesta.

Esta vez me corta el brazo. El dolor recorre todo mi cuerpo como un escalofríos y me muerdo el labio inferior para reprimir un grito.

- Te prometo que cuando salga de aquí te mataré hijo de perra -dice furioso.

El ghoul se le acerca dándome la espalda.

- Te crees que estás en condiciones de amenazar.

Dicho esto le clava el cuchillo en el hombro, yo grito al ver la sangre manchando su camisa sucia. Suzuya le mira sin muestra de dolor.

- Vaya, no muestras dolor cuando te hago daño pero cuando se lo hago a ella sí, interesante.

Se da media vuelta y me mira con malicia.

- ¡Torturame a mí no a ella! -dice aun luchando por escapar.
- No, es más divertido que grites y llores por ella.

El ghoul coge mi brazo y empieza cortando el alterar del codo. El corte había sido tan doloroso que no pude evitar gritar de dolor. Suzuya me mira con ojos llorosos llenos de pena y rabia de no poder hacer nada para impedir mi sufrimiento.

Después de un largo tiempo el ghoul para.

- ¿Te ha gustado como he dejado a tu amiga?

Suzuya le fulmina con la mirada.

- Eso pensaba. Bueno basta ya de jugar con vosotros ahora llega la hora de morir.