T/n x Yandere One-shots Male Reader 4, Ahora Es Personal

Amiga Con Derechos Yandere

Chavos, chavalones, chavalos, ya se la saben, empieza la semana con doble capitulo aunque esta vez si me tarde, ya que las ideas de la historia de las quintillizas y los one-shots se me cruzan y quedo confundido.

Pero bueno, menos bla, bla, bla y empecemos con esta porquería.

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Usualmente a la hora de salida del trabajo no me espera nada, solo un gato que no me ama y cuatro paredes.

A decir verdad, es una mierda vivir como un adulto, es mucha más  responsabilidad de lo que me esperaba, pero no importa, no hay nadie que me esperé en casa, hace mucho tiempo dejé de tener citas, mi última novia me dejó porque no tenía tiempo para ella.

Es tan estresante trabajar de lunes a lunes, en resumen, trabajar es una porquería, vivir es una porquería y eso pensaba hasta que esta chica vino y me dió una propuesta bastante sorprendente pero en mi, encendió mi vida de nuevo.

—¿Quieres tener sexo?—Dijo la chica sin ningúna traba.

—¿Eh? ¿Ésto es alguna broma o algo así? No deberías forzarte a hacer ésto, puede ser mu— Antes de que siguieras hablando la chica te interrumpe.

—Solo respóndeme si o no, no necesito un sermón y solo quiero una respuesta rápida.

—Sí —respondiste, aún sin procesar del todo lo que estaba ocurriendo.

Ella no dijo nada más, solo asintió con la cabeza y te tomó de la mano, guiándote hacia la salida del edificio donde ambos trabajaban, sentías una mezcla de incredulidad y excitación, algo que no habías experimentado en mucho tiempo, tu vida había sido una rutina monótona, y ahora, de repente, esta chica que apenas conocías estaba cambiando todo.

El camino hacia su apartamento fue silencioso, pero no incómodo, no había necesidad de palabras, como si ambos supieran lo que vendría después, al llegar, ella abrió la puerta y te hizo pasar primero, no era un lugar ostentoso, pero estaba ordenado, con muebles simples y colores neutros, no había fotos en las paredes, ni plantas, solo lo esencial.

Ella se giró hacia ti, y sin decir una palabra más, comenzó a desabrocharse la blusa, tú la seguiste, como si estuvieras en un trance, lo que siguió fue intenso, casi frenético, como si ambos estuvieran tratando de deshacerse de una energía acumulada que necesitaba liberarse, no hubo ternura, ni palabras dulces, solo una conexión física que parecía suficiente en ese momento.

Cuando todo terminó, ella se levantó y se dirigió al baño sin mirar atrás, te quedaste en la cama, sintiendo la realidad volver poco a poco, sabías que esto no era más que un encuentro casual, algo que probablemente nunca se repetiría, pero en ese momento, te sentiste más vivo de lo que te habías sentido en años.

Ella volvió, con una camiseta y pantalones cortos puestos, y se sentó a tu lado en la cama, mirándote con una expresión que no podías leer del todo.

—No tienes que quedarte —dijo finalmente, su voz era neutral, como si estuviera hablando del clima.

—¿Quieres que me vaya? —preguntaste, no del todo seguro de cómo interpretar su tono.

—No me importa —respondió, encogiéndose de hombros—. Puedes quedarte si quieres, pero no esperes nada de mí.

Sus palabras te sorprendieron, pero al mismo tiempo, te relajaron, no había expectativas, no había compromiso, solo un entendimiento tácito de que esto era lo que ambos necesitaban en ese momento, decidiste quedarte, al menos por esa noche, porque, después de todo, no había nadie esperándote en casa.