Relatos de chicas obsesionadas contigo T/n y otras no tanto, pero todas comparten algo, ¡Su amor por ti! ¡Lee y disfruta de la mejor super compilación de One-shots para lectores masculinos de la década!
El cielo del planeta Lirial estaba cubierto de nubes oscuras cuando Ahsoka Tano aterrizó su nave en una zona desolada cerca de un asentamiento. Había seguido rumores sobre un Jedi sobreviviente en este lugar, pero nunca imaginó que sería alguien tan importante para ella.
La cantina donde lo había localizado estaba abarrotada de alienígenas y contrabandistas. Ahsoka entró con cautela, su capa cubriéndole el rostro. Sus ojos recorrieron el lugar hasta que lo vio. T/n estaba en una mesa al fondo, hablando con un grupo de mercenarios. Su cabello más largo, las cicatrices en su rostro y su postura rígida eran prueba de los años difíciles que había vivido, pero seguía siendo él.
Ahsoka sintió que el corazón se le detenía. Por un momento, olvidó todo: la guerra, la caza de los inquisidores, el peso de sus propios pecados. Solo existía T/n.
Ella se acercó lentamente, esquivando mesas y evitando miradas curiosas. Al llegar a su lado, habló con voz suave pero firme: -¿T/n?
Él levantó la vista, sorprendido. Sus ojos se encontraron, y la sorpresa dio paso a un reconocimiento cargado de emoción. -¿Ahsoka? ¿Eres tú?
Ella sonrió levemente y asintió. -Soy yo.
T/n se levantó de golpe, dejando caer la silla detrás de él. -¡No lo puedo creer! Pensé que... pensaba que habías...
-Que estaba muerta, lo sé -completó ella, con un tono melancólico.
Él la miró fijamente, tratando de procesar su presencia. Finalmente, dio un paso adelante y la abrazó. -Te he extrañado tanto, Ahsoka.
El abrazo duró más de lo que cualquiera de los dos había planeado, pero ninguno quiso romperlo. Cuando finalmente se separaron, T/n miró a su alrededor y dijo: -No es seguro hablar aquí. Ven conmigo.
En el refugio de T/n, una pequeña cabaña oculta en un bosque cercano, el ambiente era más relajado. Él encendió una lámpara de aceite y le ofreció un asiento a Ahsoka. -¿Cómo me encontraste? -preguntó mientras servía dos tazas de té.
-He estado siguiendo rumores. Hablan de un Jedi que ha ayudado a comunidades enteras a liberarse del control imperial. Sabía que tenía que ser alguien como tú.
T/n se rió suavemente, pero su expresión se volvió sombría. -No sé si todavía puedo considerarme un Jedi, Ahsoka. No terminé mi entrenamiento. Y después de lo que pasó con la Orden...