Extra II | Un año más

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Tu corazón contra mi pecho,
Tus labios presionados contra mi cuello.
Estoy cayendo por tus ojos,
Pero ellos no me conocen todavía.
***


ASIER


Nai se estremece cuando deposito un beso sobre su hombro. Es sábado por la mañana, nuestro día de descanso, y ella sigue sumida en un profundo sueño.

La luz que entra por la ventana ilumina sus rasgos y el juego de luces y sombras hace maravillas con sus facciones. Cuento las pálidas pecas sobre su rostro y las uno con mi dedo, formando figuras en mi mente.

—Puedo sentir tu mirada —musita adormilada sin abrir los ojos.

Yo sonrío y sigo con mi diversión durante un rato más, hasta que decide que es suficiente juego y se gira quedando de espaldas a mí. Siempre duerme con una camiseta de tiras, lo que deja al descubierto sus hombros, y por lo tanto tengo más pecas para contar, con las cuales divertirme.

Es como uno de esos juegos para niños en donde tienes que unir los puntos para formar alguna figura; o como el universo con su infinidad de estrellas titilando. Paso las yemas de mis dedos en un ligero toque que hace su piel estallar con escalofríos.

Beso su hombro una, dos, tres veces, entonces me acerco más a su cuerpo para rodear su cintura con mi brazo y pegar su figura a mi pecho.

No quiero despertarla aún. Luce tranquila y cómoda, no como los pasados días. Sé que ha estado estresada porque los exámenes finales fueron esta semana y Nai no durmió bien por estudiar o hacer los trabajos que tenía pendientes. Entre su exigente jefa y su abarrotado horario, no ha podido descansar y relajarse lo suficiente. Pero es su cumpleaños y quiero que la pase de maravilla. Es por eso que le tengo preparada una sorpresa.

Acerco mi boca a su oído mientras trazos círculos en la piel expuesta de su vientre y aspiro su dulce aroma.

—Despierta, bonita. Es hora de que te levantes —susurro.

Un gimoteo de protesta me hace reír y un ligero codazo en mis costillas me calla al instante.

—Una hora más —pide. No puedo evitar carcajearme por su demanda.

—Vaya que eres exigente. Te concedo quince minutos, después de eso volveré y quiero verte despierta o te atendrás a las consecuencias. ¿Entendido?

—Que sean veinte.

—Vale, veinte. Ni más ni menos.

Escucho su asentimiento y presiono un beso en su cuello antes de levantarme de la cama y entrar al baño. Me doy una ducha rápida y después salgo para preparar el desayuno.

Tostadas francesas. Nada muy complicado.

Mientras el aroma llena el ambiente, pienso en lo que le espera a Nai este día. Conociéndola ni siquiera ha de recordar que día es hoy. Ha estado tan concentrada en pasar las pruebas y mantener su trabajo que no es consciente ni del día en el que vive.

Solo tres años más, entonces seremos libres de esto. Saldremos de la universidad y viviremos la vida real.

Sonrío al darme cuenta de lo rápido que pasa el tiempo. Más de un año de relación, casi uno viviendo juntos... y, aunque hemos tenido nuestros días difíciles, no cambiaría ni un segundo del tiempo que he pasado a su lado.

El sonido de arrastre de unos pies sobre el suelo me indica que la bella durmiente ha despertado. Miro por encima de mi hombro y me doy cuenta de que efectivamente Nai ha vuelto a la vida.

Amor de libro [ADL #1] -PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO ✔Where stories live. Discover now