Trece

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La sangre me hierve. Ni siquiera tengo la suficiente voluntad como para responder el mensaje con un insulto, un emoji o cualquier otra cosa que se me ocurra. Ni siquiera soy capaz de pensar correctamente. Nunca pensé que llegaría el día en el que el verdadero Kenny saliera a la luz, si es que el que me estaba mostrando a través de sus mensajes era el verdadero o sólo otra de sus malditas máscaras. No lo sabré, y no es como si me interesase saber si las tiene o no.

Los mensajes de Courtey han sido malditamente constantes. Tanto que estoy planteándome la idea de bloquearla. Sus mensajes van desde "¿A dónde te llevó?" "¿qué están comiendo?" "¿se está portando como un caballero?" "¿te ha dicho algo de mí?" hasta los de sin sentido como "¡haz que se atragante con la gaseosa y grábalo para youtube!".

Debo replantearme y hablar seriamente conmigo misma antes de escoger a mis amigos. Esto definitivamente no es una mejor amiga normal.

Cuando son las siete de la tarde, que básicamente se han pasado en charlas, risas, comida y silencios incómodos y no incómodos, ambos nos encontramos caminando hacia mi casa, de nuevo. Debo preguntarle por Courtey, porque se lo prometí, y porque quiero saber por qué una persona como él decidió pedir su teléfono y, de paso, el mío. Así que trato de sacar el tema antes de que entremos en el vecindario siquiera.

-Hey, ¿puedo hacerte una pregunta?

-Ya la hiciste.

-No eres gracioso.

Él me da una sonrisa sin mostrar los dientes mientra al mismo tiempo niega con la cabeza. De hecho, lo que digo es la completa verdad. Desde el restaurante ha tratado de decir chistes que al final resultan conmigo diciéndole que ni siquiera lo intente. Los comentarios van de la misma manera, y aunque todos son malos, malísimos, me causa gracia que siga intentándolo.

-¿Por qué le pediste el número de teléfono a Court?

Él me da una mirada rápida antes de volver a mirar al frente. Medio levanta los hombros, como si no fuera la gran cosa. Bueno, noticia de último minuto, para Courtney sí fue la gran cosa.

Para ti también lo fue, mentirosa, embustera, falseta...

buENO YA.

- No lo sé... Fue bastante interesante ver que se emocionaba tanto al verme, y cantaba mis canciones con tanta emoción...

-Bueno, ves fans todos los días, y todas se comportan así.

-No has dejado que termine -medio se ríe-. Tal vez lo que me llevó a hacerlo eras tú.

Me detengo abruptamente. Joder, él no puede decir eso como si nada, por Dios. No. ¿Qué le pasa? ¡Parece como si mi corazón fuese a estellar! ¡Estellar no, estallar! Ya ni siquiera puedo pensar correctamente. Esto necesita parar.

- Luces como si un fantasma estuviera viéndote, ¿estás bien?

-¿Por qué yo?

-Ah, con que era eso...

No, no me digas, ¿enserio? ¡¿EN SERIO?! Ya estoy divagando de nuevo...

- Bueno, no es normal que en uno de tus conciertos haya alguien que no cante tus canciones ni se emocione como quizás ya todos lo hacen -levanta los hombros, de nuevo. Bueno, me he dado cuenta de que ha levantado los hombros muchas veces-. Fue como curiosidad o algo así. Me diste curiosidad y quise, no sé, conocerte. Me pregunté el por qué la carencia de emoción, ya sabes...

- Estás diciendo palabras complicadas, qué miedo.

Ambos estallamos en carcajadas.

- ¿No te emocionó que pidiera el número de Courtney? ¿El tuyo?

Pruébalo ; Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora