Días después de la tensa confrontación en el despacho, la rutina en la mansión había vuelto a la normalidad, aunque con una ligera tensión subyacente entre Samantha y Alexander. La elite continuaba con sus entrenamientos y misiones, mientras que Samantha trataba de gestionar el equipo con firmeza y determinación.Una mañana, mientras la elite se reunía en el comedor para el desayuno, Alexander estaba especialmente reservado. Había pasado los días siguientes reflexionando sobre la confrontación y su relación con Samantha. Samantha, por su parte, había optado por mantener una actitud profesional, aunque no podía evitar recordar los momentos de intensa cercanía con Alexander.
Franco, al notar el ambiente tenso, decidió romper el hielo con su característico sentido del humor.
—¿Quién más se está preguntando si alguna vez dejaremos de tener reuniones matutinas en esta mansión? —dijo Franco con una sonrisa amplia—. Estoy empezando a extrañar el desayuno en la cama, sin toda esta formalidad.
La elite rió y se relajó un poco, aunque la mirada de Samantha se posó brevemente en Alexander, notando su actitud distante.
—¿Alexander, qué tal si participas en la conversación en lugar de hacer cara de funeral? —comentó Samantha, con un tono que, aunque sereno, llevaba un toque de sarcasmo.
Alexander levantó la vista, tratando de ocultar su incomodidad.
—Disculpa, Samantha. Solo estaba pensando en algunos detalles de la próxima misión —respondió, intentando sonar natural.
La conversación continuó, y Samantha decidió abordar el tema con Alexander en privado más tarde. Durante la tarde, encontró un momento adecuado para hablar con él en su despacho.
—Alexander, me gustaría hablar contigo un momento —dijo Samantha, cerrando la puerta tras de sí.
Alexander se giró hacia ella con una expresión neutral.
—Claro, Samantha. ¿De qué quieres hablar?
Samantha se acercó a él con una mirada seria pero también comprensiva.
—He notado que has estado distante estos días. No quiero que eso afecte nuestro trabajo en equipo. —Samantha pausó, buscando las palabras adecuadas—. Quiero que sepamos cómo avanzar sin resentimientos.
Alexander asintió, claramente aliviado de que la conversación fuera sobre su relación profesional.
—Lo siento si he estado distante. Estaba reflexionando sobre lo que ocurrió y quería asegurarme de que todo estuviera bien. No quiero que esto interfiera en nuestro trabajo.
Samantha le ofreció una sonrisa de aprobación.
—Entiendo. Lo importante es que trabajemos juntos y sigamos adelante. Si alguna vez necesitas hablar, sabes que estoy aquí.
Alexander sonrió ligeramente, agradecido por la comprensión de Samantha.
—Gracias, Samantha. Aprecio que lo hayas mencionado.
Con la tensión despejada, ambos se sintieron más aliviados. A partir de ese momento, la comunicación entre ellos mejoró, y la dinámica del equipo también se benefició de este nuevo entendimiento.
Mientras la elite continuaba con sus entrenamientos y misiones, Samantha y Alexander lograron encontrar un equilibrio en su relación, demostrando que, a pesar de las dificultades, podían superar los desafíos y mantener la cohesión necesaria para enfrentar cualquier situación que se presentara.

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L'unico capo
Ficțiune științifico-fantasticăDonde su vida cambiará drásticamente luego de su encuentro con Dimitri