One Piece: ¡Soy un Luffy diferente! Pt 1 (1-200)

Capítulo 106 - Crocus-San.

[Tamaño del Capítulo: 2720 Palabras.]

POV Tercera Persona

Comienzo de la grandline.

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El silencio envolvió la escena, interrumpida solo por el suave balanceo de las olas y el lejano murmullo del viento. Laboon, noqueado, flotó en la superficie del agua con una "X" en sus ojos.

De repente, un sonido inesperado atravesó la atmósfera tranquila: el crujido de la apertura de una puerta resonó como una nota disonante, capturando la atención de los espectadores. Nojiko, el primero en notar la perturbación, señaló hacia el sonido, sus ojos se centraron en una abertura peculiar en el lado de la colosal ballena.

¡"Hey, Luffy! ¡Hay una puerta que se abre en el lado de la ballena! Cómo es eso posible?" exclamó Nojiko, llamando la atención de los demás sobre la escena inusual. La mirada de la tripulación giró en la dirección indicada, revelando no solo una puerta sino una verdadera sorpresa que emergía de las profundidades de la ballena, comenzando con una extraña sombra que cobraba colores.

Una isla flotante, o más bien, un barco peculiar, se reveló, deslizándose fuera de su cuerpo como si emergiera de un pasaje secreto. La escena adquirió un aura surrealista, vinculada a la presencia de un anciano a bordo y dos figuras humanas atadas a los pies de la nave observando el espectáculo en desarrollo. La Perla Negra estaba cerca del faro en este momento, después de la batalla entre el capitán pirata y la ballena, mientras se acercaba la isla con los ancianos y el dúo atado. El viejo Crocus, navegando por su peculiar isla móvil, se acercó lentamente a la tripulación. En la cubierta, todos los Sombreros de Paja observaron con curiosidad, reflexionando sobre cómo alguien podría emerger del interior de una ballena, un ser claramente vivo.

A medida que se acercaba la isla móvil, los detalles se hicieron más claros. Crocus, el hombre con ojos intensos y una cara marcada por rastros de sangre, los miró con firmeza. Las dos figuras atadas a los pies de la nave, una coronada y la otra con el pelo azul, mostraron signos de lesión mientras yacían inconscientes. La distancia entre los buques disminuyó, y Crocus se detuvo a unos 30 metros de la nave de los Sombreros de Paja, examinando a toda la tripulación, con su mirada particularmente fija en Luffy en este momento, mostrando una mirada de sorpresa, reconociendo el sombrero de paja que no había visto en mucho tiempo. Su mirada transmitía una mezcla de reconocimiento y confusión en la comprensión de lo que estaba sucediendo.

Unos momentos antes, Crocus estaba inmerso en su actividad pacífica de pesca de calamares dentro de él, en el escenario que había creado para relajarse mientras cuidaba a la ballena. Pero su momento de relajación se interrumpió abruptamente cuando notó que la colosal ballena fue golpeada por un tremendo golpe, lo que le hizo temblar. Aunque inicialmente podría atribuir el impacto a la locura habitual de Laboon al insistir en golpear la Línea Roja, sabía que esta vez era diferente. Sus gritos de dolor y sorpresa confirmaron directamente esta intuición.

¡"Qué está pasando?! Quién está haciendo esto?" Crocus gritó, pero su única respuesta fueron los sonidos y gritos de ira y tristeza de Laboon. A medida que el caos se desarrollaba afuera, Crocus podía sentir la intensidad de una lucha con él. Después de todo, había estado en el barco del rey de los piratas; incluso como médico, podía reconocer una feroz batalla simplemente por los sonidos producidos fuera de Laboon y sus lamentos. Inicialmente creía que podrían ser esos dos tontos los que lo habían estado molestando durante semanas, pero también sabía que no tenían la capacidad de causar lo que sentía.

Las continuas ráfagas y la agitación de Laboon sacudieron violentamente su pequeño bote con cada intercambio de golpes afuera, causándole varias lesiones cuando fue arrojado de lado a lado. En medio de este caos, aparecieron esos dos tontos que inicialmente sospechaba, cayendo de una de las entradas de Laboon cerca de su bote. Estaban visiblemente heridos y lamentables, con la cabeza sangrando, ya que cayeron inconscientes cuando finalmente aparecieron ante el viejo médico.