Ángel caído del cielo

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Mili:

Me revolvía en la cama del hospital pensando en mi hermana y Tom cenando juntos. Mi hermana era encantadora simplemente perfecta siempre estaba un paso delante de los demás. Exitosa, de linda figura y ojos cautivantes cualquier hombre que la conocía quedaba prendado de ella.

Ojala a Tom no le cayera tan bien después que ella lo abofeteo. Pero por otro lado no podía olvidar la sonrisa que este le dedico cuando le abrió la puerta.

Los celos, sí, celos me carcomían por dentro.

<< ¿Que estarán conversando?>>

Mi hermana estará desacreditándome, dejándome como una tonta ante él.

<< ¿Que estaría pasando?>>.

Me levante de la cama dirigiéndome al baño. Entre encendiendo la luz para mirar mi ojeroso rostro en el espejo, me lleve una mano a la cara justo al lugar donde Tom me había dado un beso de despedida.

Sonreí.

Cerré mis ojos comenzando a imaginar cómo sería besarle.

— Milufer, ¿dónde estás? — La voz de Lilith me despertó de mis ensoñaciones.

Al fin había vuelto a verme después de haberse ido con Tom casi por dos horas.

— Aquí hermana — respondí saliendo del cuarto de baño y volviendo a meterme en la cama.

Observe su rostro. Tenía una sonrisa permanente como si se la estuviera pasando de maravilla. Se sentó a los pies de mi cama tendiéndome una mano para que yo la tomara. Me extendí tomando su mano y ella hablo emocionada, jamás la había visto de esa forma.

— Mili esto es la mejor tontería que has hecho nunca — dijo sonriendo como una cría picara.

Abrí mis ojos como platos para luego fruncir el ceño, a causa de la rabia creciente que se extendía por mi pecho.

— ¿Debo entender hermana, que haber sido casi violada, atropellada y hospitalizada, es una tontería que yo me busque? — pregunte incrédula soltándole la mano.

Ella pareció darse cuenta de sus palabras porque cerró sus ojos, inspiro aire y comenzó otra vez.

— No hermana cómo crees que voy a pensar eso, es solo que si no te hubiese pasado todo esto, yo no habría conocido a un hombre como ese ni en un millón de años — puntualizo sonriente.

El corazón se me acelero, mi hermana se estaba refiriendo a Tom. Me encogí de hombros sonriendo con pesar, cada palabra que saldría de la boca de mi hermana a continuación era como recibir un puntapié en la herida que tenía en mi costado.

— Bueno Tom es muy amable — dije sonriente recordando sus ojos, aquellos que llegaban a ser irreales de tan azules que eran.

— Él fue muy considerado conmigo y... ¿de que hablaron ustedes?, cuéntame que paso — dije expectante.

Esperando escuchar que había sido una noche aburrida o algo tensa etc., pero mi hermana sonreía con los ojos brillantes.

— hermanita, él es el hombre de mi vida — dijo incorporándose y comenzando a dar vueltas por la habitación al igual que una cría pequeña.

Abrió los brazos dando vueltas, se abrazó a sí misma para luego caer sobre mi cama riendo. Mi cara era de estupefacción absoluta.

— Bueno, fuimos a cenar aquí en el local que está cerca del hospital. Hablamos mucho, él es completamente encantador, viene de Londres tiene treinta años, es ingeniero, le gusta el deporte rugby y tenis, leer a Shakespeare, correr para des estresarse y bailar. Además de viajar al extranjero. Mili es que te mueres de lo inteligente que es además habla francés, español, italiano, entre otros idiomas que ya no me acuerdo, pero es todo lo que siempre quise en mi vida y no voy a dejar que se me escape, él va a ser mío — finalizo su acalorada descripción de Tom con cara de boba.

Mi Alma InsisteWhere stories live. Discover now