Soy un juguete del destino

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Tom bebía acompañando a Robert y Chris en la cubierta del barco. Los tres hombres estaban sentados en sillas de playa con smokins y vasos del whisky mas caro en la mano de cada uno. Todos estaban con aire melancólico. El novio por haber renunciado a su soltería, Chris por no tener a nadie y Tom por amar a Milufer y que ya no fuera libre de tenerla.

—Soy un juguete del destino — suspiro Tom

— ¿Por que lo dices?— lo miro extrañado Robert

— Por haber sido un idiota, pero ya esta hecho, en fin mi único consuelo es que Mili ya no esta con Evans— dijo el hombre de ojos azules volviendo a beber de su vaso.

—Si no esta con Evans, es tu oportunidad de llevartela lejos, fugate con ella yo no creo que la arpia de tu esposa tenga lo que dice que tiene, yo creo que es un truco y nada mas y no me quieres escuchar — se quejo hemsworth

—Chris ya te lo dije Lili si esta enferma... — comenzó a replicar Tom

—No lo esta — La voz de Mili interrumpió a los tres hombres quienes la miraron sorprendidos.

Tom la miro de arriba abajo llevaba un vestido negro corto, con un escote de infarto, se había soltado el cabello el cual le caía en ondas definidas por su espalda, llevaba un maquillaje suave pero que remarcaba aun mas el hecho de que ya no era una niña, sino una mujer hermosa y fuerte.

—¿Que has dicho?— inquirió Tom.

El hecho de que Mili estuviera ahí delante de el ya le llenaba de alegría.

—¿Podemos hablar a solas?— pidió ella

—Si, claro— se incorporo caminando hacia ella. Un nerviosismo creciente se apodero de el.

—Ah Chris, ¿puedes hacerme un favor?—

El aludido miro con cara de sorprendido pero asintió al tiempo que volvía a beber del vaso de whisky

—Si ves a mi hermana o a Evans, diles que me viste en la fiesta y que me viste apuntándome en los botes que desembarcaran en la isla—

—-¿Hay algún problema con tu adorable hermana o el desabrido de tu ex novio? — ironizo Robert

—Si, justo en este momento deben andar buscándome y no quiero que me encuentren así que por favor les pido, les suplico que digan esa mentira por mi — puntualizo la chica.

—Si lo que quieres es que ustedes puedan hablar sin ser molestados, tomen esto — Robert le entrego una tarjeta de acceso a Mili quien la observo boquiabierta, le aterraba la idea de estar con Tom a solas en una habitación, pero ¿que mas daba?, si lo que tenia que decirle era mas importante que cualquier otra cosa.

—Gracias— musito volviendo a adoptar el papel de la mujer fuerte que había decidido ser ahora.

Caminaron en silencio de regreso a los aposentos, pero ahora en el ala este donde se encontraban las suits mas lujosas y apartadas de todas. Los pasillos eran mas largos y las puertas eran separadas por distancias de varios metros entre si, el olor a jazmin y sandalo inundaba el corredor.

Mili encontró el numero 13, puso la tarjeta de acceso en la ranura la cual dio la luz verde, Tom se le adelanto empujando levemente la puerta para que pasara. El silencio era incomodo casi se podían oír sus corazones latiendo desenfrenadamente contra las paredes del pecho. Tom cerro la puerta tras de si esperando a que Mili hablara, pero como esta no lo hacia decidió romper con la tensión.

Avanzo por la habitación la cual era un departamento completo, constaba de un hermoso living color negro de cuero, una alfombra roja que cubría gran parte de la sala, cocina americana , televisor equipo de musica, entre otras muchas cosas que le daban un ambiente cálido y acogedor.

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