First kiss (FK #1)

Capítulo 6

    «Primer punto: Hablar con Cash.

    Refuerzos: Hilary Dawson (experta en chicos).

    Localización: Biblioteca pública.

    Informe: El sujeto, Cash, está donde siempre, apilando libros con su carrito. El refuerzo Beta (Hilary) y yo estamos ubicados en la sección "Distopía". Lo que vamos a hacer es que el refuerzo Beta se esconda en un lugar donde pueda escuchar la conversación del sujeto y mía. Mientras, yo tendré que hablar con el sujeto, tal y como el refuerzo Beta me enseñó.

    Primer punto del plan: Socializar».

    —Deja ya de escribir y ve —susurró Hilary a mi lado.

    Suspiré, dejando la libreta en mi bolso. Di un paso hacia Cash, pero rápidamente regresé a mi posición inicial.

    —¿Me repites las lecciones?

    Hilary resopló, frustrada. Esta era la quinta vez que se lo preguntaba.

    —A, no titubear; B, contacto visual constante; C, pensar antes de hablar; y D, no hables de tu hámster muerto —repitió, con voz monótona.

    —Bueno, ya. —Cuadré los hombros—. Estoy lista.

    Caminé hacia allí, pero volví a acobardarme y regresé.

    —Hilary, no puedo —lloriqueé.

    —Sí, sí puedes. —Me agarró de los brazos, dándome un empujón que me llevó directa al carrito de Cash.

    Todos los libros volaron, junto a mi pobre ego herido. Caí de rodillas y chillé cuando unos cuantos libros de tapa dura cayeron en mi cabeza.

    «Gran entrada, Summer».

    —Oh, no...

    Levanté la vista al oír esa voz. Cash estaba mirando el desorden con los ojos abiertos de par en par.

    —Lo siento... Yo... Lo siento...—titubeé, rompiendo la regla A.

    Sin dejarlo contestar, rompí la regla B; y, sin mirarlo, recogí los libros para luego apilarlos en el carrito.

    —Deja, ya lo hago yo —dijo Cash, poniéndose de rodillas a mi lado.

    — ¡No! —grité, sobresaltándolo—. Yo lo hago.

    Agarré los libros y los puse por orden, uno por uno a la velocidad de la luz. Pero como yo soy, Summer "mala suerte" Hamilton, le di un codazo al estante de mi lado y varios libros cayeron en mi cabeza... otra vez. Volví a chillar y me cubrí la cabeza con las manos.

    «Torpe por naturaleza», me dijo mi subconsciente con suficiencia.

    Cuando acabaron de caer todos, saqué las manos y miré el desorden con una mueca.

    «¿Tenías que empujarme, Hilary?»

    —Jo-der —murmuró Cash a mi lado.

    Me puse de pie y, apresuradamente, volví a agarrar los libros y empecé a colocarlos en una estantería cualquiera.

    —Lo lamento tanto, es que... yo no... No... Hilary me... y yo...—balbuceé mientras me volvía a arrodillar para recoger los demás libros.

    Unas manos me retuvieron por las muñecas. Levanté la mirada para encontrarme con unos ojos verdes que me observaban a la vez. Paré de moverme al instante, y me quedé hipnotizada por el extraordinario color.