Capítulo 11

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    —Aproximadamente en el año 1840, Darwin realizó un experimento en donde sembró semillas de avena, y...

    Cerré mis ojos y poco a poco fui recostándome en el pupitre.

    —Summer, no te duermas.

    Los abrí otra vez y parpadeé, incorporándome de golpe, creyendo que era la profesora. Pero no, por suerte solo era Abby.

    —Mierda, pensé que eras la profesora —murmuré.

    —¿Por qué no prestas atención? —me regañó como siempre—. Este tema es muy interesante.

    Reí por lo bajo.

    —Si fuera interesante, no estaría la mitad de la clase esforzándose por no caer en los brazos de Morfeo.

    Bufó y me miró desconcertada. A Abby le encanta la Biología, y piensa que nosotras somos unas malditas desagradecidas por no apreciarla. Pero, ¿quién apreciaría saber sobre las "hormonas vegetales"? Exacto.

    —El examen es en una semana, y este tema va incluido en él —dijo, observando sus apuntes.

    Sí, señores, Abby Lander toma apuntes. Para todo.

    —Ya tengo una maestra. —Encogí los hombros.

    — ¿Ah, sí? —Enarcó las cejas, intrigada—. ¿Y quién es?

    Sonreí ampliamente.

    —Abigail Lander.

    Puso los ojos en blanco y no me contestó. Tras 40 minutos, el timbre resonó, y todos salieron como almas que lleva el diablo. Guardé el libro de Biología, que ni siquiera estaba abierto, y salí junto a Abby.

    —Todos estuvieron hablando de ti —comentó, fingiendo indiferencia.

    —¡Le dije a Dan que no enseñase la maldita foto! Estúpido y feo monstruo... —siseé, pensando en mil maneras de ahorcar a mi hermano.

    —Ehmm... ¿De qué foto hablas?

    —Una donde... Espera, ¿de qué hablas tú?

    —Sobre tu cambio de imagen —musitó a lo bajo.

    —Oh.

    Abby sonrió, divertida.

    —Así que esas fotos...

    —Ni lo menciones...

    —¿Summer?

    Me di la vuelta, y me encontré con dos ojos bastantes conocidos que me miraban detenidamente. Bufé:

    —No, soy Autumn.

    Tanner continuó con la boca abierta y los ojos abiertos de par en par, sin inmutarse con el intento de chiste que di.

    —¿Pero qué...? —Me miró de arriba abajo, y negó su cabeza.

    Dirigió su mirada a Abby y la señaló con un dedo índice de manera acusatoria.

    —Tú.

    —¿Yo qué? —Lo miró, sorprendida.

    —Estúpida chica fresita, tú arruinaste a mi amiga —escupió Tanner, fulminándola con la mirada.

    La cara de Abby podría competir con la de un asesino en serie.

    —Escúchame, niño —empezó con calma, o eso creí—, me vuelves a llamar fresita...

First kiss (FK #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora