Capítulos Once

30.4K 1.9K 76
                                    


Drake miró con atención mi rostro, esperando una respuesta de mi parte, una que no estaba preparada para responder.

—Drake, no creo que sea lo correcto en estos momentos. —Mire nuestras manos unidas.

—¿Por qué no? —Preguntó confundido.

— Hace dos días mi madre se reconcilió conmigo, no quiero que volvamos a discutir tan pronto, cosa que pasara si me voy contigo sin avisar. —Sonreí — Además me gustaría que fueras claro con tus sentimientos por mí.

— Pensé que ya habían quedado claros

—Si, pero quiero saber si solo extrañas la costumbre de verme en tu casa o si en realidad te gustó —Drake me miró con desconcierto.

— ¿Crees que hubiera venido a buscarte hasta aquí, rogándote para que vuelvas conmigo sólo por una costumbre? —Levanto una ceja. Sonreí al darme cuenta que él tenía razón.

— Es cierto —Mordí mi labio inferior con delicadeza — es que aún me parece increíble que de un día para el otro, luego de rechazar mis besos, te des cuenta que me quieres.

—La realidad es que, lo supe desde aquella noche que dormimos juntos por la orden de mi tío, no sabes las ganas que me tenía por abrazarte toda la noche —Se ruborizó.

—Entonces me gustaría saber la razón de tus rechazos cada vez que te daba un beso —Reclamé.

— Te pido perdón por todo eso —Pidió arrepentido — pero las cosas ente nosotros han pasado tan pronto que temía que no fueras la mujer que yo conocía y terminarás por herirme.

—Drake —Lo abracé.

—¿Entonces si vendrás conmigo? — Preguntó esperanzado.

—Me gustaría pero, ya te explique la situación

—Al menos quédate conmigo este fin de semana —Hizo un puchero con esos gruesos labios.

—¿Estarás conmigo ese tiempo? —Pregunté ante su idea.

—Sí, lo prometo. —Sonrió. Asentí como respuesta— Ve por tu cosas

Subí las escaleras con rapidez para tomar un bolso de tamaño mediano y allí adentro metí las prendas de ropa necesarias para quedarme con Drake un fin de semana.

—Déjame llevarlo por ti —Ofreció Drake, tomando el bolso de mis manos cuando apareció en mi habitación.

—Gracias, aunque podía con eso

— De todas formas prefiero hacerlo —Observó con curiosidad mi habitación. —¿Por qué tienes fotos de chicos semidesnudos en tu pared?

—Bueno, los hombres no son los únicos que pueden tener personas semidesnudas en su pared —Solté una risa por su expresión.

— ¿Y es necesario que tu tengas?—Caminó hasta un póster e intento sacarlo de la pared — Lo sacaré por ti,  no te preocupes

— No lo hagas —Lo apunte con mis dedo — es de mi cantante favorito,

—¿Cantante? —Murmuró— no lo conocía

—Tal vez porque pasas mucho tiempo en tu oficina. —Tomé su mano para que ambos saliéramos de la habitación —Es mejor que nos vayamos antes de que las chismosas de las vecinas no vean

[***]

Me sentía feliz del recibimiento que obtuve en la casa de Drake, de parte de los trabajadores. Después de saludar a todos proseguí a subir las escaleras como me lo había indicado Drake para ir a las habitaciones.

Mi esposo gruñón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora