Capitulo Dieciséis

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Desde mi garganta se escapó un quejido al momento que Drake me levantaba de la cama con sus fuertes brazos rodeando mi cuerpo.

—Es hora de ir por los resultados, dormilona. —Su voz se oía cansada, quizás por el hecho de que él se había encargado de guardar los equipajes en el auto mientra yo holgazaneaba.

— ¿Tu tío está enterado sobre este  viaje? — Pregunte mientras ambos subimos a la parte trasera del automóvil que seria conducido por el chofer.

— Se lo informe ayer, él se encargará de la empresa hasta que volvamos. — Sonrió dando leves golpes en mi rodilla. —  ¿Quién diría que solo tenía que renunciar para que dejará de ser tan fastidioso conmigo.?

— Yo solo espero que no tengas por ahí más familia gruñona, suficiente tengo contigo.

— ¡Oye! —Se quejo— Tampoco soy tan malo, si no, no estarías casada conmigo

— Cállate —Solté una pequeña risa.

— Señor Henrie, hemos llegado al hospital. — Anunció el chofer, quién estacionó en el aparcamiento.

— Gracias — Drake abrió la puerta de su lado y me regalo una sonrisa al salir. — Quédate aquí, regreso enseguida con los resultados.

—Con una condición —Lo apunte amenazante.—No sé te ocurra leerlos sin mí

—Me parece bien —Beso mi frente antes de correr adentro del edificio, no paso más de diez minutos cuando nuevamente salio, con el sobre en sus manos.

— ¿Qué te dijeron? —Pregunté una vez que el auto fue puesto en marcha, con Drake ya adentro.

—No mucho, el doctor estaba ocupado
así que no pude conservar con él. ¿Ya podemos leer los resultados?

—No, quiero estar en el hotel cuando lo hagamos, ya sabes, para darle más suspenso al asunto —Guarde el sobre en mi cartera. — Ya verás que solo es una mala alimentación, relájate. 

—No es justo —Murmuró.

— ¿Qué tienes ahí? —Toque cerca de un ojo con mi dedo. Fingí una expresión de horror. — Drake Henrie, ¿Eso es una arruga?

Sus ojos me miraron con asombro, tomó la cartera de mis piernas para buscar adentro, sacó un un espejo para comenzar a mirar con preocupación el lugar que indicado. Me miró con seriedad al cuenta que aquello sólo había sido una broma, fue nevitable no reirme por su reacción.

—No es gracioso, además si me sale una arruga  antes de tiempo, será tu culpa por estresarme tanto —Me dio un empujón con su hombro.

[***]

Mis ojos brillaron al notar la preciosa vista que el hotel mostraba del mar. Habíamos llegado al hotel luego de un agotador viaje, en el cielo podía verse
el crepúsculo debido al horario.

— Es una hermosa vista—Susurró Drame en mi oído, sus brazos rodearon mi cintura mientras que yo recostaba mi cabeza en su hombro.

—Lo es —Murmuré fascinada, en el mar aún habían personas bañándose, otros estaban sentados en la arena o haciendo fogatas, con una música al fondo en un volumen bajo.

—Debemos subir y descansar un poco, no te preocupes que este lugar siempre luce así, además mañana harán una fiesta playera, si deseas podemos unirnos. Tomamos nuestras maletas para luego ingresar en el hotel

—Bienvenido señor Henrie —Lo saludaron en la recepción, no me sorprendió que lo conocieran. —
Su habitación esta lista.

Un hombre se nos acerco para tomar nuestras maletas y subirlas en un carrito de metal, para luego dirigirse hacían unos de los ascensores.

— ¡Drake! —Solté entre risas cuando él me cargo en sus brazos, como lo harían unos recién casados. Tomó la  lleves de la habitación cuando la recepcionista se las entregó. Caminó conmigo en la misma posición hasta aún ascensor. — ¿Por qué me llevas así.

—Es nuestra luna de miel y así es como se debe llevar a una esposa hasta la recamara —Escondí mi cabeza en su cuello, dando un pequeño mordisco en esa zona. El ascensor se detuvo en el quinto piso, salimos de allí para dirigirnos hasta el pasillo derecho y caminar hacia la puerta de mi habitación, dónde se encontraba el botones esperándonos.

Drake con dificultad abrió la puerta procurando no hacerme caer de sus brazos. Una vez cumplido su objetivo me acomodo mejor en sus fuertes brazos antes de que ingresaremos en la habitación, seguido del botones quién dejo nuestras maletas en el piso.

— Gracias —Sonreí. El botones asintió devolviéndome la sonrisa. Drake saco de su bolsillo un billetes y se lo paso al botones, quién sonrió agradecido por su propina antes de sslir de la habitación. Drake me dejó sobre la cama para sentarse conmigo.

—¿Esta listo para ver los resultados?

—Pensé que nunca lo dirías —Suspiró aliviado intentando quitármelo.

—No, no, no, señorito —Rompí un lado del sobre para luego retirar la hoja— Lo leeré yo primero.

Omitiendo toda la información que no necesitaba, fui directo al resultado, dónde me indicaba que la prueba de embarazo era Positiva.

Releí esas palabras unas veinte veces intentando encontrarle el sentido, negué con mi cabeza y volví a meter la hoja en el sobre de mala gana.

—¿Qué ocurre? —Abrí boca sorprendida cuando él arrebato el sobre de mis manos.

—La enfermera debió confundir los resultados porque o es posible lo que dice alli —Intenté convencerme de eso a mi misma, aún cuando sabía que en los resultados decía mi nombre.

¿Cuando había ocurrido todo eso?

No lo comprendían, tampoco era que la idea de estar esperando un hijo de Drake me molestara pero el asunto era que no estaba preparada, tenía veinte años por lo que no me consideraba tan madura como para tener una responsabilidad Cómo aquella.

Había sido descuidada al no haber notado mi falta de periodo, según los resultados ya tenía un mes de embarazo Levante la mirada al recordar que Drake seguía con los resultados en sus manos. Él tenía sus ojos abierto hasta el tope al igual que su boca. Rodé mis brazos en su cuerpo al notar sus ojos cristalizados.

—De verdad lo siento, no lo sabía tampoco y se que es muy apresurado lo que está pasando, que sé tienes tiempo para un bebé ahora pero no podemos hacer nada, solo aceptarlo.

Drake me empujo ligeramente de los hombros para que ambos pudiéramos mirarnos a los ojos. Fruncí mis cejas cuando noté la sonrisa que se formaba en sus labios.

—¡Esto es increíble, no puedo creer que formaremos nuestra propia familia! — Se levantó de la cama, llevándome con él para así, dar vueltas conmigo encima suyo mientras besaba mi rostro.

—Pensé que estarías enojado —Confesé. Impresionada por su reacción que solo demostraba lo increíble hombre que era.

—Para nada, siempre quise formar mi propias familias y hacerlo con una mujer tan especial como lo eres tú, sólo me alegra más.

Mi esposo gruñón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora