Capítulo 6

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-Lou, debo irme a cenar, ya es tarde –dijo Harry, mirando su reloj.

-Eres adictivo Hazz, no quiero que te vayas –Louis hizo una cara triste que provocó una risita tonta por parte del rizado.

-Volveré luego, te lo prometo –le miró con ternura en sus ojos.

-De acuerdo… pero no tardes –le pidió el oji-azul con cara de cachorrito mojado.

-No lo haré. Por cierto, tampoco podré quedarme hasta tarde, mi amiga se queda a dormir –le explicó.

-Bueno… supongo que tendremos todo el fin de semana para hablar, así que dejo que te vayas ya. Tampoco quiero que mueras de hambre.

-Por cierto Lou… antes, cuando me he puesto a llorar… ¿recuerdas como me llamaste? –me sonrojé tímidamente y él esbozó una sonrisa coqueta.

-Pensé que no te habías dado cuenta, “mi Hazza” –sonrió repitiendo el nuevo apodo del oji-verde.

-¿Por qué me has llamad-…? –de repente el teléfono de la casa de Louis comenzó a sonar, y éste se sobresaltó.

-Vaya… Bueno… mi Hazza… te dejo, que estoy solo en casa y están llamando por teléfono. Ve a cenar, corre. Aprovecha que te dejo respirar, que luego volverás a ser mío.

Ser suyo. Esas ideas volvían loco a Harry, hacían que millones de mariposas revolotearan dentro de su estómago, provocando que se pusiera de los nervios.

-Claro, luego hablamos Lou –se despidió.

-Adiós Hazz –y la videollamada se dio por finalizada.

El joven bajó las escaleras para luego dirigirse a su cocina, donde su madre terminaba de cocinar una deliciosa sopa y bistecs de carne.

-Qué bien que huele –le aduló Harry, apoyándose en el marco de la puerta de la cocina.

-Gracias, cielo –dijo su madre levantando la vista de la comida- ¿Te encuentras bien?

-Sí mamá, tranquila –le sonreí calmadamente- Imaginaba que las chicas estarían aquí, ¿siguen en el cuarto de Gemma?

-Eso creo, ves a mirar.

Harry asintió y volvió a dirigirse rumbo escaleras arriba. Cuando llegó al último escalón escuchó una de las carcajadas melódicas de Perrie procedente de detrás de la puerta cerrada de la habitación de su hermana.

-¿Gems, Perrie? –murmuré.

Dejé de escuchar sus risas y la puerta se abrió, dejando ver a una rubia algo molesta.

-Qué…

-Lo siento Pezza –me disculpé-. Ya se lo he contado todo a Louis… toda la verdad.

Sus ojos azulados se volvieron tristes y comprensivos.

-Te he… te hemos escuchado llorar –confesó algo avergonzada.

Harry frunció los labios y luego soltó un suspiro, Gemma se acercó a él y le dio un pequeño abrazo, al que Perrie se añadió en pocos instantes.

-¡Chicos, la cena! –nos llamó mi madre.

-¡Ya vamos! –dijimos los tres a coro.

-¡El último es un huevo podrido! –salí corriendo entre risas y las chicas me imitaron.

-Estaba buenísimo mamá –la alagué, dejando los platos en el lavavajillas.

East Of Heaven ~ Larry StylinsonWhere stories live. Discover now