-Lou, debo irme a cenar, ya es tarde –dijo Harry, mirando su reloj.
-Eres adictivo Hazz, no quiero que te vayas –Louis hizo una cara triste que provocó una risita tonta por parte del rizado.
-Volveré luego, te lo prometo –le miró con ternura en sus ojos.
-De acuerdo… pero no tardes –le pidió el oji-azul con cara de cachorrito mojado.
-No lo haré. Por cierto, tampoco podré quedarme hasta tarde, mi amiga se queda a dormir –le explicó.
-Bueno… supongo que tendremos todo el fin de semana para hablar, así que dejo que te vayas ya. Tampoco quiero que mueras de hambre.
-Por cierto Lou… antes, cuando me he puesto a llorar… ¿recuerdas como me llamaste? –me sonrojé tímidamente y él esbozó una sonrisa coqueta.
-Pensé que no te habías dado cuenta, “mi Hazza” –sonrió repitiendo el nuevo apodo del oji-verde.
-¿Por qué me has llamad-…? –de repente el teléfono de la casa de Louis comenzó a sonar, y éste se sobresaltó.
-Vaya… Bueno… mi Hazza… te dejo, que estoy solo en casa y están llamando por teléfono. Ve a cenar, corre. Aprovecha que te dejo respirar, que luego volverás a ser mío.
Ser suyo. Esas ideas volvían loco a Harry, hacían que millones de mariposas revolotearan dentro de su estómago, provocando que se pusiera de los nervios.
-Claro, luego hablamos Lou –se despidió.
-Adiós Hazz –y la videollamada se dio por finalizada.
El joven bajó las escaleras para luego dirigirse a su cocina, donde su madre terminaba de cocinar una deliciosa sopa y bistecs de carne.
-Qué bien que huele –le aduló Harry, apoyándose en el marco de la puerta de la cocina.
-Gracias, cielo –dijo su madre levantando la vista de la comida- ¿Te encuentras bien?
-Sí mamá, tranquila –le sonreí calmadamente- Imaginaba que las chicas estarían aquí, ¿siguen en el cuarto de Gemma?
-Eso creo, ves a mirar.
Harry asintió y volvió a dirigirse rumbo escaleras arriba. Cuando llegó al último escalón escuchó una de las carcajadas melódicas de Perrie procedente de detrás de la puerta cerrada de la habitación de su hermana.
-¿Gems, Perrie? –murmuré.
Dejé de escuchar sus risas y la puerta se abrió, dejando ver a una rubia algo molesta.
-Qué…
-Lo siento Pezza –me disculpé-. Ya se lo he contado todo a Louis… toda la verdad.
Sus ojos azulados se volvieron tristes y comprensivos.
-Te he… te hemos escuchado llorar –confesó algo avergonzada.
Harry frunció los labios y luego soltó un suspiro, Gemma se acercó a él y le dio un pequeño abrazo, al que Perrie se añadió en pocos instantes.
-¡Chicos, la cena! –nos llamó mi madre.
-¡Ya vamos! –dijimos los tres a coro.
-¡El último es un huevo podrido! –salí corriendo entre risas y las chicas me imitaron.
-Estaba buenísimo mamá –la alagué, dejando los platos en el lavavajillas.
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East Of Heaven ~ Larry Stylinson
RomanceHarry es un adolescente víctima de bullying, todos sus compañeros lo maltratan y lo insultan por ser homosexual. Él, como todos los chicos de su edad, se pasa las tardes jugando a videojuegos, cuando un día uno de los jugadores le envía un mensaje p...