Capítulo 15 - Hermanos

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Al día siguiente, Jason llegó al colegio y se encontró con la mesa de Caitlyn vacía. Generalmente, ella llegaba mucho antes que él. Jason ordenó sus cosas y fue junto a Ryder. Louise estaba hablando con Matthew.

-¿Hoy no viene Caitlyn? –preguntó Ryder haciendo un puchero.

-Parece que no –dijo Jason mientras miraba a Louise y a Matthew hablar -. Ahora la extraño...si Cait estuviera aquí, ella ya habría ido a interrumpir a Mattew.

Ryder rio.

-Es cierto –dijo apenas terminó de reír.

Al fin y al cabo, Caitlyn no llegó ese día. Jason decidió pasar los recesos y el almuerzo con Louise, ya que estaría sola o con Matthew.

Justo en la clase antes de almuerzo, llegó el profesor jefe del curso y dio un anuncio importante.

-Chicos, desde este viernes vamos a tener una nueva compañera –dijo el profesor -, en realidad, ya casi todos la conocen; Iris Heardinger ha regresado.

Todos empezaron a hablar al mismo tiempo. Jason no sabía si estaban contentos o no. Luego, en el almuerzo, todos hablaron sobre Iris.

Jason terminó de comer su almuerzo rápidamente y llevó su postre, el cual era una pera, a la azotea donde se encontraba Louise. Al llegar allí, Jason se acercó sigilosamente y la asustó.

-¡Maldito! Me asustaste... -gritó Louise y luego rio.

-Esta vez sí fue intencional –también rio Jason.

Jason se sentó al lado de Louise. Ella estaba todavía almorzando, estaba comiendo una ensalada de palmitos con lechuga, tomate y un poco de atún.

-¿En serio te gusta estar aquí toda sola almorzando? –preguntó Jason.

-Prefiero estar aquí sola que estar en la cafetería sola. Además, los "populares" del curso no me quieren.

-¿Y yo quién soy, nadie?

-Pero los demás te mirarían raro si te sientas conmigo. Incluso tienen un apodo para mí. Me dicen la recepcionista.

Jason pensaba que Louise no sabía lo del apodo.

-¿Y a mí qué me importa lo que piensen los demás? Y si no te gusta estar con ellos, nos sentamos en otra parte.

-¿En serio harías eso por mí? Que tierno.

Jason terminó de comer su pera y Louise también terminó de almorzar.

-¿Qué vas a hacer en la tarde, Jay? –preguntó ella.

-Nada, voy a descansar un poco.

-¿No quieres venir a mi casa?

Jason se sorprendió y se emocionó. Sin pensarlo dos veces le respondió.

-Claro. Me encantaría.

-Vale. Así no nos aburrimos.

-¡Sí! –respondió Jason.

-¿Sabes? Eres como un hermano para mí. Hace poco que nos conocemos, pero eres muy gentil y educado conmigo. Nunca había tenido a nadie así. Ni siquiera Matthew... -el rostro de Louise se entristeció –tuve mucha suerte que me tocará hacer el trabajo de lenguaje contigo, si no, no nos hubiéramos conocido tanto, seriamos solo compañeros y punto.

Jason se sintió feliz y devastado al mismo tiempo. Louise lo quería mucho, pero como a un hermano. Él hizo todo lo posible para disimular su decepción

-Yo también tuve mucha suerte en conocerte... -Jason estuvo a punto de decirle lo que realmente sentía.

Sonó el timbre. Louise y Jason volvieron al salón.

­* * * * *

Jason y Louise salieron de la escuela juntos. Mientras iban camino a la casa de Louise, él llamó a Caitlyn para saber cómo estaba. Puso el teléfono en alta voz.

-¿Jason? –contestó Caitlyn.

-Hola Cait, ¿cómo estás? –preguntó Jason.

-¡Hola Cait! –saludó Louise

-Estoy bien, hoy no fui porque tenía sueño. Ah, hola Lou.

-¿Descansaste? –preguntó Louise.

-Sí, descanse harto.

-Oye Caitlyn. ¿Quieres venir a mi casa? También viene Jason.

Caitlyn lo pensó por unos segundos. No quería arruinarle su momento a Jason.

-No, Lou. Otro día.

Jason se sintió aliviado.

-Está bien. Tú te lo pierdes.

-Sí, sí. Ya, adiós Jason. Adiós Louise.

-Chao –dijeron Louise y Jason al unísono.

Cuando llegarón a la casa de Louise, Jason recordó algo importantísimo. Louise no sabía que él la había rescatado de la lluvia, pero la madre de esta lo iba a reconocer.

"¿Qué voy a hacer?" se preguntaba Jason. "De todas formas esto iba a pasar tarde o temprano..."

-Hola mamá –dijo Louise cuando Giselle los recibió.

-Hola chicos –respondió la señora Wiegand.

-Este es Jason –presentó Louise a Jason.

-Hola Jason –dijo Giselle mirando fijo a Jason.

-Hola señora.

Giselle Wiegand los hizo pasar y les sirvió el té. Jason tuvo la sensación de que la madre de Louise lo reconoció. Pero por alguna razón, no dijo nada. Conversaron los tres en la mesa mientras comían torta. Jason encontró muy simpática a Giselle y parece que también viceversa.

Al terminar la once, Louise y Jason se fueron a la pieza. Lo primero que Jason notó fue que la cama estaba llena de adorables peluches. El osito que él le regaló estaba en medio de todos, como si fuera el más importante.

Louise le mostró las cosas que tenía en su pieza a Jason. Vieron viejos álbumes de fotos, recuerdos de infancia y le enseñó los nombres de sus peluches.

-Y este osito que me regalaste se llama Jayce, como tú.

-Jayce. Que tierno.

Siguieron hablando por otra hora más. Parecía como que podrían hablar hasta el infinito y los temas nunca se acabarían. De alguna forma, el tema de Matthew surgió.

-Hoy día hablé con Matt –dijo Louise.

-¿Cómo está?

-Parece que mejor. Pero dice que me extraña y que quiere volver conmigo. Dijo que me perdonaba por lo que le hice.

-¿Qué te perdonaba? Si tú no le hiciste nada.

-Exacto. Sinceramente yo ya no quiero volver con él. Solo me presiona y me estresa.

-Entonces díselo –propuso Jason.

-Es que tampoco quiero hacerle más daño.

Jason pensaba que Louise era demasiado buena y gentil con Matthew. No se la merecía.

Ya eran las ocho de la noche. Jason se preparó para irse. Louise lo fue a dejar al portón del condominio. Se despidieron con un beso en la mejilla y Jason se fue.

Al volver Louise a la casa, su mamá le dijo algo que la impactó demasiado.

-Amorcito...estoy casi segura de que fue Jason el que te trajo ese domingo que llovía.

-¿Qué? ¿En serio? –Louise quedó boquiabierta.


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