Capítulo 26 - El hado

64 13 4
                                    


-Todos júntense con sus grupos respectivos, por favor -pidió el profesor de teatro. Se encontraba con su clase trabajando en la actividad de recitar

Paige y Sandra buscaron con desagrado a Caitlyn, ellas no simpatizaban con la chica. Caitlyn tampoco estaba tan feliz de trabajar con ellas.

Mientras tanto, Louise se reunió con Jason e Iris, que estaban sentados juntos. Iris estaba decidida a no dejar a los otros dos solos, no iba ni siquiera a ir al baño.

-Hola, chicos -dijo tímidamente Louise -. Bueno, debemos primero, antes de comenzar a recitar, investigar sobre la trama de la Eneida.

-Sí, el profesor pidió un pequeño informe -respondió Iris -. Yo no sé nada sobre la Eneida, ¿quién la escribió?

Jason y Louise se miraron desconcertados. Ambos sabían quién la había escrito y de qué se trataba. Esta mirada molestó a Iris.

-La escribió Virgilio, un romano. Narra los viajes y batallas de Eneas, hijo de Afrodita, que con su descendencia dará origen a los gemelos Rómulo y Remo, y por consecuencia a la estirpe romana -dijo Jason.

-Fue un encargo de César Augusto. Quería glorificar Roma dándole orígenes míticos -añadió Louise.

Iris quedó sorprendida. Se preguntó por qué Jason y Louise sabían tanto.

-Escribamos eso. Es conciso y fundamental -opinó Iris.

-No podemos. Es muy corto; hay que especificar personajes y definir conceptos importantes -repicó Jason. Louise asintió. Iris sonrió de manera falsa.

-Hay que definir el hado, que juega un papel importante en la poesía de Virgilio -sugirió la chica.

Jason no sabía que era eso, y menos lo sabía Iris.

-¿El hado? -preguntó Jason. Iris estaba convencida de que estaban hablando sobre helado.

-Era algo superior a los dioses. Una especie de destino. Lo que estaba determinado por el hado estaba destinado a ocurrir, ni los dioses lo podían cambiar a su favor. El protagonista Eneas tuvo que abandonar su tierra natal y al amor de su vida por el hado, ya que él estaba destinado a llegar a las costas de Italia, donde se fundaría la ciudad de Roma -explicó Louise con una sonrisa un tanto nostálgica en su rostro.

Jason miró asombrado a Louise. El concepto del hado lo ensimismó, era algo de lo que nunca había escuchado hablar, pero era un tema interesante. Siempre se había preguntado si algo como el destino en verdad existe.

Entretanto, Caitlyn, Paige y Sandra se habían reunido a investigar sobre Romeo y Julieta. Sin embargo, Paige no tenía intenciones de trabajar, ella iba a hablar sobre "asuntos más importantes" con Caitlyn.

-Bien, Caitlyn Upfield -dijo Paige.

-¿Qué? -preguntó Caitlyn de malas.

-Sé que no nos llevamos muy bien, pero quiero hablarte sobre algo importante.

-Habla, entonces.

-Ya todos saben la química que hay entre tus amigos Jason y Louise. Personalmente creo que se ven bien juntos.

-¿A dónde quieres llegar? -la interrumpió Caitlyn.

-El punto es que Iris está intentando separarlos, y me parece muy injusto que una niñata llegue a la escuela a romper parejas -dijo firmemente Paige.

-¿¡Qué!? -exclamó Caitlyn -. ¿Iris queriendo separarlos? No sé de qué hablas, ella quiere separar de una vez por todas a tu amigo Matthew de Louise. Estás mintiendo -la acusó molesta Caitlyn.

-¡Te estoy diciendo la verdad! -se irritó Paige, mirando a Sandra con molestia -. Si no quieres creerme, Caitlyn, no me importa. Ya vas a ver cómo Jason y la recepcionista quedarán separados. Lo único que quiere esa Iris es quedarse con tu amigo.

Caitlyn procesó un momento la información que acababa de recibir. ¿Iris interesada en Jason? No podía ser. Aunque, la verdad es que sí había visto a Iris muy apegada a su amigo, pero sólo pensó que era una simple amistad. Margaret le había dicho que Iris se estaba comportado de modo extraño. Si lo que dice Paige es verdad, todo tendría sentido.

-No llames a Louise recepcionista -amenazó Caitlyn -. Pero, ¿qué es exactamente lo que quieres hacer al respecto?

-Queremos ayudarte a unir a Jason y Louise. No me gusta lo que hace Iris, es simplemente eso -dijo Paige, omitiendo el hecho de que ella quería tener a Matthew. Sandra asintió.

Caitlyn se quedó en silencio, pensando. Paige no era una persona en quién confiar. Decidió mejor dejar la conversación para más tarde; primero debía conversarlo con Margaret.

Todos siguieron trabajando en el proyecto de teatro hasta que sonó el timbre. Los alumnos salieron de la sala para ir a almorzar. Ryder fue a juntarse con Caitlyn y Jason para almorzar. La chica necesitaba conversar con Margaret luego del almuerzo, la acompañaría mientras se toma su típico café.

Iris almorzó con Matthew.

-Es un suplicio estar entre Jason y Louise. Hay una especie de conexión entre esos dos -le reclamó Iris a su "socio".

-Odio a Jason -dijo Matthew -. Hablando de eso, ¿ya te dijo Caitlyn cómo me puedo reconciliar con Louise?

-Sí. Me dijo que lo más fácil era llevarla a un parque y disculparte sinceramente - respondió Iris -. Vamos a trabajar en tu disculpa sincera. Yo te voy a enseñar cómo hablarle a una chica.

-¿Qué insinúas? Yo sí sé hablar con las chicas.

-No seas superbo, amigo. Vamos a perfeccionar tu técnica para hablar con las chicas. ¿Suena mejor si lo digo de ese modo?

-Mucho mejor, gracias -dijo sarcástico Matthew -. De todas formas, conozco el lugar perfecto para hablar con Louise, lo que no sé es cómo la vamos a convencer de que vaya.

-Eso es fácil. Caitlyn está de nuestro lado. ¿Cuál es ese lugar del que hablas? -quiso saber Iris.

-Es una plaza cerca de la casa de los Wiegand -contestó Matt con un brillo en sus ojos. 

¿Destinados?Where stories live. Discover now