Cuando llego a mi habitación no consigo retener las lágrimas y me permito desahogarme. No entiendo nada, absolutamente nada. No lo entiendo a él y no me entiendo a mí. ¿Cómo he podido dejar que me besara? ¡Joder! Me ha dejado horas encerrada en su coche y en vez de huir en cuanto ha abierto la puerta... Le he besado.
Tendría que haber insistido más ayer, es que por dios, ¡me quedé dormida! Estaba cansada, pero no es excusa. Supongo que lo mejor para mí es no volver a verle. Me desequilibra por completo y cuando me habla no pienso con claridad. Admito que tengo sentimientos por él y que por esa razón no me esforcé más por salir del coche y preferí dejarlo estar. Sin embargo, no puedo estar con una persona que debate cada una de mis palabras y que no cree nada de lo que le digo.
Voy al baño a lavarme la cara y trato de tranquilizarme. Son las 5 de la mañana y aquí estoy, llorando como una subnormal por un imbécil al que conozco de hace apenas unas semanas... Bueno, lo cierto es que le conocí el fin de semana pasado... Madre mía, soy patética. Parece que lo que le dije a su familia de que había venido hace dos semanas he terminado por creérmelo.
Media hora después ya estoy más relajada así que me tumbo un rato con la esperanza de poder dormir un poco. Cuatro horas después, me despierto y decido ir a la cafetería a desayunar algo. Vuelvo a la habitación y me arreglo. No puedo quedarme encerrada todo el día y tengo cosas que hacer, como por ejemplo buscar un trabajo. Necesito algo de dinero, con la beca y el dinero que me manda mi madre solo me da para hacer lo básico.
Un par de horas después desisto. He entrado a prácticamente todas las tiendas, restaurantes y cafeterías del centro y no he conseguido nada. Cuando vuelvo a mi habitación Sophie ya ha llegado, y no está sola.
—¡Hola Zoe! ¿Qué tal? Él es Tyson, un amigo. Tyson, ella es Zoe, mi compañera de habitación y bueno, también es mi amiga—dice riéndose.
—Encantada de conocerte.
Es alto, delgado y tiene los brazos completamente tatuados. Tiene el pelo rubio y varios piercings. A decir verdad, es bastante atractivo.
—He venido solo a cambiarme de ropa y ahora vamos a ir al cine ¿te quieres venir?—me pregunta Sophie.
—Pues... Cómo habéis visto, acabo de llegar y necesito darme una ducha. He tenido un día agotador.
—¿Y eso?
—He ido al centro comercial a buscar trabajo pero no he tenido suerte.
—Vaya, bueno... Seguro que tarde o temprano encontrarás algo.
—Eso espero.
—¿Entonces no quieres venirte con nosotros?
—No, tranquila. Estoy bien aquí.
—Luego vamos a ir a una fiesta que celebra la fraternidad de un amigo de Tyson... ¿Tampoco quieres venir a eso?
—Fiesta... Suena bien. Me apunto.
—¡Genial! Te pasamos a buscar a las 10 ¿vale?
—¡Vale!—digo entusiasmada.
—Nos vemos luego—se despide Sophie.
—Chao Zoe.
—Adiós chicos.
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Mi futuro y él
Teen FictionZoe es una chica de 18 años que a pesar de tener todo su futuro planificado toma una decisión que cambia su vida por completo. Es entonces cuando conoce a Ethan, un chico frío, celoso y posesivo que está convencido de que amar es solo una debilidad...