Mi futuro y él

11. Un drama

Cuando llego a clase veo que Ethan ya esta sentado en su sitio de siempre. Voy hacia el mío mirándole con una ceja enarcada y resoplo al llegar a su lado. El muy cabrón tiene una sonrisa de oreja a oreja en su cara, ¿por qué coño está tan contento?

—Hola Zoe.

Decido no responder y espero pacientemente a que el profesor llegue pero parece que hoy va a retrasarse.

—¿Podemos hablar?

—No gracias.

—¿Acaso crees que no me muero por follarte?

Abro los ojos como platos y le hago un gesto para que se calle. ¡Estamos en clase rodeados de gente! Mejor voy a centrarme en eso y no en lo que ha dicho porque si no puede darme un paro cardíaco.

—Hablamos en la salida—le digo no muy convencida.

—¡Lamento el retraso!—exclama el profesor entrando en el aula.

En cuanto termina la clase pienso en escabullirme lo más rápido posible pero el profesor nos llama a Ethan a mí. Mierda, se me había olvidado lo de las clases particulares.

—¿Ya habéis hablado qué día le darás la clase?

—Sí, quedamos en vernos los viernes a las 7. De hecho el viernes pasado ya le di la primera clase. De todas formas... No creo que...—comienzo a decir pero Ethan me interrumpe.

—No cree que haya ningún problema si eso es lo que le preocupa. Se nos dio bastante bien.

Estoy muy perdida ahora mismo. ¿En qué momento ha podido pensar que quiero continuar con esas clases?

—Me alegro mucho. Bueno chicos, solo era eso. Nos vemos el próximo día.

Asiento y salimos del pabellón. Tengo que pensar qué cojones voy a hacer con esto...

—Necesito esas clases Zoe.

—No, Ethan. Sabes perfectamente que no las necesitas. Sacarías jodidos dieces si solo prestaras un poquito más de atención en clase.

—Ya, claro. Probemos una clase más, prometo que me portaré bien.

—Deja que lo piense.

—¿Por qué no me miras?—es cierto, he estado mirando hacia otro lado durante toda la conversación.

—No quiero hacerlo.

—Tenemos que hablar.

—Si puedes evitar la palabra follar en el proceso te lo agradecería. Más que nada porque desde luego que eso ya no va a pasar entre nosotros.

—¿Y por qué querías que supiera que eres virgen si no va a pasar?—vaya, esa sí que ha sido buena.

De repente su móvil suena y suspiro aliviada. No quiero tener esta conversación con él.

¿Sí? Voy para allá.

—¿Todo bien?—pregunto sin poder evitarlo.

—Tendremos que dejar nuestra conversación para otro momento. Solo quería disculparme por lo de ayer.

—Pues ya lo has hecho.

—¿Eso es lo único que vas a decir?

—Sí.

—Está bien, supongo que me lo merezco. Ya nos veremos por ahí.

Contengo las ganas de decirle que no importa pero mi orgullo es más fuerte y consigo quedarme en silencio. Me trató fatal, haciéndome creer que solo iba a ser un juguete sexual para él y sin embargo, contra todo pronóstico me pide que hablemos y se disculpa. Ojalá no hubiera dicho aquello y quizás ahora todo sería diferente.