Otra vez tú

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A la mañana siguiente vino Cassie a mi casa. Habíamos quedado para ir de compras. Ella es mi mejor amiga desde que tengo 3 años. Nos conocimos en la guardería y desde entonces no nos hemos separado. Siempre hemos ido a los mismos colegios pero el año que viene ella irá a la Universidad. Yo no iré, probablemente, no estaré aquí si no encuentran un donante compatible conmigo. Cassie piensa que  iré a la Universidad de Arquitectura. Ese ha sido mi sueño desde que era pequeña. Sobretodo me encanta la arquitectura asiática y mi sueño sería poder ir algún día a Asia y recorrer todos lo templos y santuarios.  

- Hola Cassie, pasa. Enseguida termino y nos vamos.- le dije a mi amiga mientras la invitaba a pasar al salón.

- A que no sabes que. Han abierto una tienda en el centro de cosmética natural. Tenemos que ir y probarlo todo. Necesitamos una piel perfecta para la fiesta del sábado.

- Podemos pasarnos ahora si quieres.- dije cogiendo el bolso y haciéndole un gesto para indicarle que ya había terminado.

- Perfecto - respondió con una sonrisa enorme en la cara.

Cassie es una chica muy impulsiva. Le encanta vivir cada segundo al límite y no le importa lo que la gente piense de ella. La admiro porque yo siempre pienso qué pensará la gente de mi si hago algo que no está bien visto pero que realmente me gustaría hacer. Siempre he sido muy cuidadosa con lo que hago porque no quiero preocupar a mi madre.

Llegamos hasta la tienda de cosméticos y compramos un montón de mascarillas y cremas para la piel. Después, continuamos con nuestro plan inicial de mirar ropa para la fiesta. Cassie se compró un vestido rojo corto que dejaba poco a la imaginación y yo uno blanco, un poco más discreto. Para finalizar nuestra sesión de chicas, fuimos a una heladería que habían abierto hace poco a tomarnos un helado. Nos sentamos en una mesa al lado de la ventana y cogimos la carta. Era enorme, tenía un montón de cafés, helados, batidos y cosas diferentes para comer. 

-¿Qué queréis tomar chicas?

Esa voz me aceleró el corazón. Miré hacia arriba y allí estaba, el chico de ojos azules, moreno, alto y con un cuerpo de escándalo, mi vecino Nathan. Con una sonrisa perfecta miró a Cassie y luego a mi.

- Espera, tú eres mi nueva vecina verdad.  Eras... - dijo mientras levantaba un poco la ceja derecha. Claro que no sabía mi nombre porque ayer me quedé tonta mirándolo hasta que mi madre trajo la caja de herramientas y ni se me pasó por la cabeza presentarme cuando él se presentó.

Una patada por debajo de la mesa me sacó de mi "estado de tontura".

-Anne, me llamo Anne. - dije y un calor se apoderó de mi cara. Bajé la mirada rápidamente a la carta mientras Cassie lo repasaba con la mirada y luego me miraba a mi con curiosidad.

-Anne, bonito nombre.

- Yo soy Cassie, su mejor amiga. No sabía que tenía un vecino nuevo. No me lo había contado. Se me hace raro porque tú no pasas desapercibido. - dijo mientras le guiñaba un ojo.

- Yo tomaré un helado de chocolate negro con chips y Cassie... -dije sin pensar. Lo único que quería era dejar de pasar vergüenza. 

- ¿Qué me recomiendas? -me cortó Cassie mientras se tocaba el pelo y no paraba de mirarlo.

- Puedes tomarte un helado de capuchino con caramelo. Está muy rico.

- Entonces... quiero ese.

- Muy bien, enseguida os lo traigo.

Cassie no paraba de mirarlo de arriba abajo mientras se iba.

- ¿Cómo no me habías dicho que tenias a Mister Mundo de vecino? 

- Se mudaron ayer, no había tenido tiempo.

- Vaya con el vecino, está como un tren. Que pena que yo esté con Alex sino...Pero tú estás libre ¿te gusta?- me dijo Cassie con los ojos como platos y muy emocionada.

- No está mal.

- No está mal..., por dios Anne está como un tren, es un bombón, no lo ves.- dijo muy emocionada, casi histérica. - Vamos repite conmigo: "mi vecino es un bombón".

-No voy a decir eso Cass.- dije mientras me ruborizaba.

-Vamos, sólo una vez- dijo  poniéndome ojitos suplicantes. Sabe que cuando me pone esa cara no me puedo negar.

Tras una breve pausa  para hacer que me lo pensaba dije:

- Está bien... Mi vecino es un bombón. 

- No así no, ponle más entusiasmo.

Respire profundo y con voz salvaje dije:

- Mi vecino es un bombón y está para comérselo.

- Aquí os traigo los helados chicas. No os preocupéis invita la casa. Espero que os gusten.

Al oír esa voz se me paró el corazón. <Oh Dios... Espero que no haya escuchado eso último que dije, espero que no haya escuchado la conversación> pensé y me metí una cucharada de helado en la boca para ver si se me bajaba el calor que me abrasaba la cara mientras le dirigía una mirada asesina a mi amiga que parecía estar divirtiéndose bastante. 

De que terminamos el helado Cassie se marchó a buscar a su novio Alex y yo me fui para casa. La verdad no me encontraba muy bien porque el helado no es bueno para mi salud.

- ¿Quieres que te lleve?- una bicicleta se paró a mi lado. Era mi vecino otra vez.-¿Vas a casa verdad?

-Si pero... pero prefiero ir dando un paseo.

-¿Estas segura? No me cuesta nada.

- Si, no te preocupes.

- Bueno como quieras. Nos vemos. - dijo mientras se alejaba.

-Adiós. - dije mientras lo veía irse. La verdad me hubiera gustado ir con él pero no quiero encariñarme con nadie, ni que me guste nadie porque va a ser difícil cuando se enteren de mi enfermedad. Lo mejor para mi ahora es alejarme de este chico.




Más allá de las estrellasWhere stories live. Discover now