Capítulo 8

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"Jessey"

Sus labios son suaves y precisos pero tuve que agacharme un poco más ya que ella era mucho más bajita que yo, nuestros labios se movían con calma, sus manos rodearon mi cuello con dificultad y yo reí provocando que ella se alejará.

—  ¿De que te ríes? — dijo fingiendo estar molesta.

—Eres demasiado pequeña, no me alcanzas — la abracé por la cintura. No sé porqué, pero se sentía bien.

— No, tu eres demasiado alto, eres tú el problema — me retó y la miré boquiabierto.

— ¿Yo? — me hice el ofendido — que mala eres conmigo.

— Eres un sentido — rió y me abrazó — creo que ya debería entrar, aunque dudo que haya alguien en casa — se alejó de mi para sacar sus llaves.

— No te vayas aún — la atraje a mi de nuevo — unos minutos más — pedí y volvió a reír.

— Hace unos días no me querías ni ver y ahora me pides que me quede — negó riendo — eres raro —.

— Sí, sí — intente parecer no muy incómodo por su comentario.

— Espera — se alejó de mi de nuevo, caminó hasta la reja de su casa y maldijo — Diablos, le pusieron candado y para el no tengo llave — se acercó a mi de nuevo.

— ¿Ya les llamaste? — le pregunté sacando un cigarrillo de mi bolsillo.

— Como millones de veces y nadie contesta, creo que tendré que esperar aquí afuera incluso hasta dormir —dijo y la miré alarmado.

— Nada de eso, tú vienes a dormir a mi casa — busqué mi encendedor pero no lo encontré — Maldita sea — su mirada se posó en mi confundida.

— ¿Qué pasa? —.

— Mi encendedor, lo perdí — guardé mi cigarrillo — ¡Joder! — maldije.

—Oye, tranquilo viejo — bromeó y la miré mal — ya, no te enojes, igual y el fumar te hace mal —  me sonrió.

— Y crees que eso me importa — dije incrédulo incrédulo.

— Eh...pues sí — respondió dudosa.

— Pues estas muy equivocada — una ráfaga de frío viento nos golpeó, ella comenzó a a temblar abrazándose a sí misma.

— ¿Tienes frío? — le pregunté y me dio una mirada obvia. Me saqué la chaqueta y se la di- pontela y vámonos, puede que nos pegué una gripe o algo —  ordené y me subí a mi motocicleta.

— No puedo ir contigo — me susurró.

— No te pregunte si puedes o no, vas a venir conmigo si o si — dije ya molestó. Esta niña acababa con mi paciencia muy fácil.

— Mis padres se pueden preocupar  — dijo angustiada.

— Se van a preocupar más si te quedas aquí afuera, al igual que yo — solté de repente y me observó sorprendida para después sonreír.

— ¿Lo dices en serio? — se acercó a mi.

— Eh... — dejé salir una tos falsa —pues algo, sí — fije mi vista al frente —  vamos, sube ya —.

— Está bien — subió con dificultad.

Al arrancar a toda velocidad sus manos se posaron en mi abdomen así que  sonreí sin querer, no tardamos más de quince minutos cuando ya estábamos en casa.

Abrí el gran portón eléctrico así cerrándose tras nosotros, estacioné mi motocicleta y bajé seguido de Juliette quien veía mi casa con asombro.

— ¿Está....es...tu casa? —  preguntó sorprendida.

— Sí —  abrí la puerta — adelante  pasa y procura no caerte — me hice a un lado.

— Tu casa es muy linda, espero y tus padres no se molesten porque me quede aquí — sus mejillas se sonrojaron.

— No te preocupes no hay nadie en casa, mi madre a salido de viaje y mi padre no vive con nosotros — dije como si nada.

—Lo siento — susurro — ¿Quién es ella? — señaló a la pequeña de la foto en las escaleras.

— Es mi hermana menor Sam y mi madre — sonreí.

— Son muy lindas ambas — me sonrió — se parecen, aunque tu hermana tiene ojos verdes y el cabello más claro que el tuyo, supongo que se parece a tu papá, ¿no? —.

— Así es —  asentí — ven, te diré dónde puedes descansar — subí las escaleras con ella pisandome los talones.

Nos dirigimos a la habitación de invitados pero al entrar no había nada, al parecer mamá sigue remodelando.

— Habrá un ligero cambio de planes —  dije y nos dirigí a mi habitación, abrí la puerta y ella la observó boquiabierta — dormiras en mí cama —.

— Ah no — negó rápidamente —  yo no, eso no — tartamudeó nerviosa.

— Tranquila, no vamos a dormir juntos — reí tontamente — tú dormiras en la cama y yo en el sofá, es cómodo — sonreí.

— Gracias, Jessey —susurró y camino hacía mí cama y hizo las sábanas de lado.

— ¿Vas a dormir así? ¿En serio? — negué con la cabeza.

— Pues si, ¿tiene algo de malo? — se miró de arriba a abajo.

— No vas a dormir cómoda, te prestaré algo — abrí el armario y saqué una playera blanca y un short deportivo —  toma, el baño está por allá — lo señale.

— Gracias — susurró y camino al baño. Esta chica es tan tímida.

"Juliette"

Me despojé de mi ropa y me coloqué  lo que me dio Jessey, me daba un poco de pena el quedarme en su casa y además me avergüenzo de las cosas tontas que digo, soy una torpe.

Me hice un moño alto en el cabello y salí para toparme con un Jessey sólo en bóxer viendo la televisión, trague saliva y caminé a toda prisa hasta la cama. Tampoco es que este muy cómoda con mi atuendo.

Me acosté y cerré los ojos intentando dormir pero no pude, minutos después la televisión se apagó. Estaba aburrida así que...

— ¿Jessey? —susurré.

— ¿Mmhm?— contestó.

— ¿Estás dormido?— que estúpida pregunta. Me di un golpe mentalmente.

— Si —.

— ¿Puedo hacerte una pregunta? —.

— Ya la hiciste — contestó bostezando.

— No, otra más —.

— Ya que —  bostezo de nuevo — dime —.

— ¿Por qué comenzaste a fumar? — pregunté curiosa pued es algo común en mi, todo me da curiosidad.

— Por varias razones en particular, mis padres se divorciaron cuando yo tenía dieciséis  y fue difícil para mi asimilarlo, esa fue una de las razones y otra fue...— se detuvo — por otra cosa pero no quiero hablar sobre ello ahora —.

— Oh ya veo —  susurré — gracias por todo Jessey —.

— No es nada Juliette —.

— Buenas noches, Jess —.

— Buenas noches, Julie —.

*Editado*

My Bad Boy (Editando)Where stories live. Discover now