Andrew
Ahora que todo me estaba yendo bien, me podría volver a sentir vacío. Estaba raro en esta semana, no podía estar cómodo teniendo en el mismo gimnasio a unas de las personas qué.. qué odio. No sé si le odio pero le tengo rabia. No sé qué sentir pero seguía sintiendo miedo.
Estaba recién duchado esperando qué esta gente se fuera para irme junto a Meredith de el gimnasio ya que nadie sabía lo nuestro.
Pasaba la mano por mi nuca, mirándome al espejo, cuando una voz poco soportable entraba al vestuario.
—Mis chamacos cogiendo fuerzas para mañana eh.—Hablaba con ese acento latino, incapaz de olvidarse a cualquiera y los demás de el vestuario le hablaban entre risas.— Qué suerte tenéis cabrones, la rubia está para darle bien duro, ¿Alguien se la folla?—
—No, es nuestra enfermera y además es estrecha.—Decía uno de ello mientras los demás se reían.— ¿Que tramas Reyes?—
—A lo mejor tengo una chance con la chamaquita.—
—Es mucha tia para ti Reyes, no lo intentes.—Decía otro mientras se burlaba de Reyes y volvían a reírse.—
—Eso es al revés muchacho, si yo soy todo un bombón.—
—El chaval tiene razón Reyes.—Dije metiéndome en la conversación y me giraba despacio, me apoyaba en el lavabo mirándole.—Es mucha tia para ti.—
—Uh, ¿Éstas celoson papi?—
—Deja de hablar de esa puta manera y no me toques la polla.—
—Perdona usted Andrew, no te recordaba con tan mal genio.—
—Por qué antes era un niñato y ahora no.—
—Claro, por eso algunas prefieren hombres como yo y no a niñatos como tú.—
—¿Tú hombre? Juraría que eras marica.—
—Ay, ay, ay..—Miraba como se acercaba a mí y se ponía frente mía. Su cara se acercaba a la mía.—La rubita te dirá lo marica que soy en la cama.—
Le pegue un puñetazo en la cara, y daba pasos hacía atrás tocando su rostro. Empezaba a pegarnos mutuamente pero todos los qué estaban dentro nos separaba. Miraba como él imbécil de Reyes escupía sangre.
—Este es el que se tira a la rubia.—Me señalaba Reyes mientras ponía la mano en su boca y todos se me quedaban mirando.—
—Que te jodan Reyes.—Dije intentando quitarme de los que me agarraban y echaban a Reyes de el vestuario, separándome de él.—
Cuando echaron a Reyes me soltaron y todos me miraban sabiendo la verdad. Ya todos sabían qué estaba con Meredith, y sinceramente, me daba igual. Me daba más rabia como él hablaba de esa manera, de mi chica.
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Un Golpe Duro.
RomanceUna futura enfermera llamada Meredith de 22 años.. está harta de trabajar de bar en bar para pagarse sus estudios. Ya qué también quería poner en práctica su carrera tendría que buscarse un trabajo que pudiera hacerlo. ¿Dónde podrían herirse? En un...
