Capítulo 39.

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Andrew

Su cuerpo desnudo encima mía. Sus labios contra los míos. Se apartaba despacio mientras colocaba su pelo ondulado hacia un lado y se me quedaba mirando. Se quitaba de encima mío dejando escapar un jadeo y se tumbaba a mi lado. Miraba al techo respirando con intensidad. Me había acostado con Holly. Totalmente una locura pero lo hice. Ella se movía en la cama tapándose con la sábana de esa cama de motel. Y escuchaba su risa pícara.

-¿Te sientes mejor? ¿Fuera de dudas?-Preguntó con doble intención, se reía por lo bajo, y se me quedaba mirando.-

Echaba un suspiro. No me apetecía contestarle. Simplemente quedarme en esa cama. Sin moverme. Tampoco quería mirarla. Ni cambiar de posición de postura. Pero Holly se me quedaba mirando. Me sentía incómodo. Qué ironía. Acostarme con ella después de siete años no me ha sido incómodo. Pero ahora que me miré, si.

-No ha estado mal, has mejorado mucho en la cama.-

Debería tomármelo como un halago pero yo no lo hacía. Me sentia cansado. Cansado de sus palabras. De sus risas. De sus sonrisas. De sus miradas. Sólo una cosa me mantenía en la misma cama que ella. Me ponía de lado colocando mejor mi cabeza en la almohada y la miraba. Ambos estábamos de lados. Holly apoyaba su mano en su cabeza y el codo en la almohada. Se me quedaba mirando, en espera de una respuesta. Pero yo no le iba a responder eso. Quería que ella me respondiera. A mi curiosidad.

-¿Por qué eres de esta manera?-Pregunté totalmente curioso con el ceño frucido y mordía mi labio, ansioso a lo que ella respondería.-

-Yo también tuve dieciséis una vez.-Contesto penetrando sus ojos mieles a mis ojos más profundamente, su rostro parecía seria, al igual qué sus palabras.- Salí con alguien y me enamoré de él, estuve cinco años de relación hasta qué un día, me entere que me hacía los cuernos y le dejé.-Su tono de voz iba bajando con tristeza, pero a la vez seria.-

-¿Que sentiste entonces por mí?-Preguntaba dejando mis ojos entre cerrados, y miraba su rostro, siendo indiferente.-

-Yo nunca te quise.-Decía naturalmente y suspiraba.- Pena que te tuvo que tocar a ti, que tuvieras que sufrir por qué no eres un mal tío.-Dijo sintiéndose culpable, y nuevamente alargaba el suspiró.-

-Pena que me tuvo que tocar a mí.-Dije asintiendo irónicamente mientras la miré con rencor, eso me hizo sentir rabia, pero me controlaba.-

-Quería hacerle lo mismo a alguien que me hicieron a mí, quería saber lo que uno puede sentir siendo dañado, y que yo lo viera.-

Alzaba mis cejas colocando una mano debajo de la almohada. Se me quedaba mirando con neutralidad y de repente volvía a sonreír de lado. Se me acercaba poniendo una mano en mi pecho y me cambiaba de posición e dejando me otra vez tumbado boca arriba. Ella acariciaba mi pecho y se inclinaba a mis labios.

-Ya qué es nuestra última noche, podemos aprovechar.-Susurraba en mi boca sin parar de sonreír, daba un mordisco en el labio de abajo.-

Dejaba qué hiciera lo qué quisiera. Estiraba mi labio hasta soltarlo y se me quedaba mirando, a ver qué iba hacer yo. Simplemente, pestañeaba varias veces quedándome indiferente y aclaraba mi garganta, luego comenzaba a sonreír y colocaba mi mano en su pelo ondulado que tapaba su rostro.

-Das pena.-Dije siendo sarcástico al igual que mi sonrisa.- Mucha pena.-

-¿Perdona?-Holly se reía pensando que era una broma, y con el ceño fruncido.-

-Te has puesto al nivel de tu ex novio y has decidido dañar solo por qué fuiste herida.-Puse pucheros de manera burlona y luego me reía irónico.- Pobre niñita, no soportaba el dolor.-

Un Golpe Duro.Where stories live. Discover now