Capítulo 21

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La mañana estaba fría, con un poco de llovizna, con niebla y demasiadas nubes que no dejaban entrar el sol. La pequeña ventana sobre la cama de Andy dejaba ver todo, tenía la vista perfecta, no se atraviesan los cables de luz como en la ventana amarilla de mi casa; quizá ese momento, es el escenario perfecto para una mañana romántica, de esos típicos que al despertar lo veías a él seguir durmiendo y te parecía lo mas hermoso e inalcanzable en esta vida, quiza y le robabas uno que otro beso. Pero hacía frío y Andy tenía todo el jodido edredón, no se ve tan feo dormido, solo que tiene la bocota abierta y se le está saliendo la baba.
Yo estaba sudando del frío, apestaba a hospital y a cigarro; tal vez el olor se me pegó de todo el oloroso cuarto de Andy. Sudaba de la desesperación de sacarle el edredón a Andy, quería seguir durmiendo pero con Andy, con todo el edredón, la baba de fuera, y con medio cuerpo sobre mi y el otro medio cuerpo fuera de su cama, era imposible.

La pequeña llovizna se aceleró, a un increíble y ruidoso granizo, despertando a Andy.

—Tienes baba seca— me dijo con media sonrisa y con los ojos entre abiertos.

—Tienes baba en toda tu cara— le respondí sonriendo.

—Poquito, nada más — se empezó a reír y se volteo para dormir más, abrazando el edredón todavía más fuerte.

Yo, me levanté de la cama, me dirigí a la ducha de Andy. Olía a sudor, con el cabello enredado y sucio, lleno de pelusas e hilos de la almohada de Andy. Vi el reloj de la cocina, 5:30 de la tarde, entonces no era de mañana, casi de noche, y yo aún sin comer. Mi teléfono, «El cual yo no había tenido en el hospital» estaba en el comedor, tenía 30 llamada pérdidas de Amanda, 15 de Ryley, 20 mensaje de Olivia, y 20 de Mónica.

No tenía nada de Theo.

Llamé a Liv.

—Hey chica— le dije en cuanto me contestó.

—Señorita, ya me enteré que saliste con el bello de Andy.

— Si..

—¿Te acostaste con él?— dijo directamente.

—Dormí con él, mas no, me acosté con él.

Se hizo un silencio incomodo.

—¿No pasó nada?— preguntó ella.

—No, nada— conteste apenas con voz fuerte.

—¡Que aguada eres!— me gritó — Bien, te dejo ser aburrida— dijo riendo, y colgó.

Esa había sido la conversación mas corta que había tenido con Liv. Fue algo gracioso que durara menos de 30 segundos.

Caminé entre el blanco y lustroso pasillo del departamento de Andy frotándome los brazos para darme un poco de calor, tenía los pies descalzos y el mármol blanco no ayudaba con el frío. Miré a la cocina de Andy esperanzada de que hubiera un poco de comida. Pero no.

La cocina lucía tan vacía como si la acababan de remodelar. Solo en la barra había unos pantalones y calzoncillos doblados con una pequeña nota amarilla pegada.

«Los compré en Walmart. »

Reí bajo y sin quitar la nota, los tomé.
Me dirigí al baño de Andy, lustroso, blanco y espacioso como toda la casa, como todo el edificio. Abrí la llave de la ducha, dejando que se fuera el agua fría y llegara la caliente. Me recargué en la pared fría y cerré los ojos tratando de meditar un rato, descansar lo que no descanse en la noche y tal vez la semanas en las que estaba medio muerta.

Saliendo Con Un Black [Terminada]Where stories live. Discover now