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Los ojos de Judith pican, mientras unos sentimientos de tristeza e impotencia, se desarrollan en su interior, amenazando con acabar por completo con ella. Se siente estúpida. Completamente estúpida.

—¿En serio creíste que no sabía de ti? —cuestiona Ryan, en un tono burlón —, ¡No existe nadie que no sepa de La Demente! —se ríe.

Las carcajadas de los demás adolescentes que rodean a la chica y el chico, resuenan en los oídos de Judith, provocando que el sentimiento de odio hacia sí misma, aumente, hasta tal punto de dejar su fracasado plan de "adolescente común y corriente" de lado, para observar en todas direcciones, en busca de Yannick. Lo encuentra parado a su lado, con su mirada fija sobre ella.

—¡Cuidado, la harás enfadar y enviará a una entidad a asesinarte! —grita una voz femenina entre la multitud de estudiantes, burlándose.

—Podría hacerlo si quiero —declara Judith, con un nudo en la garganta —. Pero él no es un asesino.

Entonces, las risas burlonas que habían cesado durante un instante, regresan, mezcladas entre comentarios destructivos por parte de varias personas, tan malvadas, que no sienten ningún tipo de culpa al hacer sentir como una basura a otra persona.

Judith aprieta sus parpados con fuerza, obligándose a sí misma a retener los inmensos impulsos que siente de llorar de angustia, rabia y decepción.

«—No llores. No debes llorar —susurra Yannick en su oído, sujetando su mano—. Solo les darás otro motivo para burlarse»

Una lágrima escapa del ojo derecho de Judith, resbalando por su mejilla. Solo una. Pero fue suficiente para que Ryan notara que causó un efecto negativo en ella, y se lo hiciera saber a los demás estudiantes, gritando: "¡La Demente está llorando. Está llorando!"

Yannick suelta la mano de Judith.

«—Sí que eres idiota —dice, con notable enojo en su tono de voz.»

Judith muerde su labio al oír el comentario de Yannick, mientras más lágrimas se deslizan por sus mejillas. Para evitar que la vieran llorar, ella lleva sus manos a sus ojos, ocultando su rostro, para luego comenzar a correr, empujando a varios adolescentes durante la acción.

La joven corre durante varios minutos, lejos de la secundaria a la que asiste, con un único deseo en mente: encontrar un sitio donde poder desahogarse y lamentarse. Después de otro lapso de tiempo corriendo sin parar, la chica se detiene, permitiéndole a su cuerpo caer al suelo, debajo de un árbol, apoyando su espalda contra el tronco del mismo. Se da la libertad de llorar todas las lágrimas que no lloró en el pasado.

«—No les tomes importancia; solo son un montón de imbéciles sin nada bueno que ofrecer, con un pase directo al infierno.»

—¡Todo esto es tu culpa! ¡Si tu no hubieras entrado a mi vida, no sería rechazada por cada persona que conozco, tampoco sería odiada por mis propios padres! ¡Todo esto es tu culpa y la del idiota que te asesinó! —grita la chica, sintiendo una sensación de liberación al dejar escapar todas las palabras que acumuló en su interior durante años.

Al oír los gritos de Judith, una expresión de culpabilidad se apodera del rostro de Yannick. Pero no es una barrera para que la muchacha continúe diciéndole todo lo que siempre le quiso decir, golpeándolo con la verdad; la verdad que tan mal lo hace sentir.

«—Yo tampoco quiero estar aquí arruinando tu vida, Judith, pero tengo una misión —explica, en un susurro —. Es una misión que no quiero cumplir, y entenderías mi posición si supieras cuál es, pero lamentablemente no tengo permitido decir cuál es mi deuda aquí. Pero, si crees en el destino, sabrás que el tuyo ya está escrito —un poco más calmada, Judith asiente ante la última oración del espíritu, confirmándole que cree en el destino —. Bueno, mi deber es ayudar al que el tuyo se cumpla.»

Judith procesa, durante un minuto, todo lo que Yannick le dijo, llegando a una conclusión que para ella resulta coherente. 

Está loca.

—¡Tú no existes. Eres producto de mi imaginación! —grita la muchacha, totalmente convencida de sus palabras — . ¡Yo estoy demente! ¡Vivo en una fantasía creada por mi propia mente para atormentarme!

«—No estás demente, simplemente tienes la capacidad de ver más allá de la realidad.»

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Ángel de mis pesadillasWhere stories live. Discover now