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Confusión, temor, frustración. Eso es lo que Yannick sentía. No sabía dónde estaba, porque el lugar donde se encontraba era completamente blanco. Sin suelo. Sin paredes. Sin cielo. Sin tierra. Sentía su cuerpo flotar, porque no estaba parado sobre nada sólido. Era una sensación extraña, tan extraña, que incluso le causaba temor. ¡Y el temor que sintió cuando se observó a sí mismo, y descubrió que no era el mismo niño de tres años al que asesinaron instantes atrás! ¡Ese fue temor verdadero!

Él era el único en ese sitio, o eso era lo que él creía, porque no veía a nadie más allí. Sin embargo, sentía la necesidad de hablar, de preguntar dónde se encontraba. Por lo que lo hizo.

¿Dónde estoy? pregunta, en un hilo de voz.

Se sintió completamente estúpido después de articular aquellas dos palabras, porque estaba solo. O eso es lo que él creía.

Estás en el purgatorio le responde el eco de una voz, cuyo sexo era imposible de identificar.

Con un leve escalofrío recorrer su columna vertebral, volvió a preguntar:

¿En el purgatorio?

En el purgatorio afirma . Normalmente, las personas se dirigen al Reino de los Cielos, o al Infierno, pero tú aún no puedes dirigirte a ninguno, porque tu destino ha sido alterado explica aquella armoniosa voz.

Un pequeño temor recorre el cuerpo de Yannick, al creer que jamás podrá ir al Reino de los Cielos.

¿Qué? ¿Estaré aquí por siempre?se atreve a preguntar.

El ser superior ríe ante la ocurrencia del humano.

Nadie está aquí por siempre, Yannick aclara , solamente que a ti se te asignará una misión en el mundo de los vivos, y al cumplirla, podrás dirigirte al sitio que te corresponde.

¿Cuál es mi misión?cuestiona, inseguro.

Custodiar que el destino de Judith Lewinsky, de ser asesinada por su padre, se cumpla.

Un temblor se apodera del cuerpo de Yannick, al oír que su misión es ayudar a acabar con la vida de una inocente. Él no quiere hacerlo. No quiere que nadie experimenté lo que él experimentó.

¿Y qué sucede si no consigo cumplir con mi misión?

Tú quedarás dando vueltas en la tierra por la eternidad, mientras ella vendrá al purgatorio, donde le asignaré también una tarea que cumplir en el mundo de los vivos.

Yannick no tardó en llegar a la conclusión de que quiere ser un ángel de Dios, en lugar de ser un alma indefinida, que permanecerá eternamente en la tierra.

«¡Puje, señora, puje!»

Llegó la hora.

«¡Falta poco, señora, siga pujando!»

¿Nos reencontraremos?pregunta, deseando, si saber por qué, que la respuesta sea "sí".

Lo haremos asegura.

Y, después de articular aquella frase, una brillante luz enceguece a Yannick, mientras el llanto de un bebé resuena en sus oídos.

 Y, después de articular aquella frase, una brillante luz enceguece a Yannick, mientras el llanto de un bebé resuena en sus oídos

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Ángel de mis pesadillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora