Bajo las catacumbas de París la noche de Halloween

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Capítulo dedicado a las víctimas de los atentados de París y todas aquellas que están en situación de conflicto.

Yo y mi amigo Jimmy íbamos a disfrutar de la noche de Halloween más terrorífica de todos los tiempos, el año pasado nos encarguemos de celebrar esta fiesta en Londres en el cementerio de Kensal Green y esta vez según el sorteo que hicimos yo y Jimmy esta vez tocó en las catacumbas de Paris, "Les catacombes".
Al parecer iba a ir más gente, se iba a hacer una especie de fiesta con gente disfrazada, música y alcohol. Esperaba impaciente a que llegaran las dos de la madrugada, era la hora a la que la terrorífica fiesta abría sus puertas de manera ilegal sin contar con la aprobación del ayuntamiento de Paris. Horas antes mis amigos y yo nos dedicábamos a lo típico, liarla, tal vez seamos ya mayorcitos para liarla como lo hacemos pero esto es lo que nos gusta, celebrar el Halloween y otras festividades en las diferentes partes del planeta, el año que viene tocaba Egipto salvaje y el próximo Afganistán enigmático.
Finalmente la hora llego, Jimmy, yo y otros tres chavales que acabábamos de conocer se iban a unir a la fiesta, nos dirigíamos a la ubicación que le enviaron a mi amigo Jimmy por whatsapp, al parecer ahí se encontraba una entrada secreta a las catacumbas, de fácil acceso y seguro. Casi llegando al lugar se podía observar una multitud de gente increíble, unas cien o ciento cincuenta personas en la entrada, dicha entrada era una alcantarilla. Dos fuertes hombres parecían custodiarla y dar el acceso a las catacumbas, mi amigo les enseño una acreditación, era un extraño papel rojo, puede que una simple servilleta con un símbolo negro, el caso era que con esa servilleta entramos yo, Jimmy y los otros tres chavales. Dentro de las catacumbas había un buen ambiente a diferencia que el resto de los días del año, gente bailando y música sonando, las paredes estaban hechas con cráneos y huesos de humanos, por el suelo era fácil pisar cualquier tipo de hueso, es más, era casi imposible no pisar algún despojo.
Empecemos a adentrarnos más y más en el interior de las catacumbas, el ambiente de gente cada vez era menor, pero seguía habiendo cierto número de personas, gente con muy buenos disfraces y algunos hasta con pintas de gilipollas sin remedio, les insulto de esta manera porque mientras íbamos andando yo y mis amigos algunos nos miraban, se paraban y giraban su cuello, todos de la misma tétrica manera, seguíamos adentrándonos y las catacumbas ya no solo era una red de túneles, también había salas, en muchas de estas había gente con grandes túnicas de colores oscuros hablando en algún idioma, posiblemente el idioma inventado, gran idioma.
Mis amigos y yo decidimos incorporarnos a alguna de esas salas, escogimos y entramos ya en una, todo el mundo se encontraba de rodilla murmurando solos, como si rezaran, todos iban con la misma indumentaria, túnica purpura o lila, de distintos tonos con un capirote blanco. Yo y mis amigos por tal de seguir con el cachondeo lo hicimos, todo el mundo se quedó callado y una mujer entro, posiblemente era la chica que mejor disfraz había usado en toda la puta fiesta, su cara pintada de purpura con un montón de arrugas y peluca blanca.
Iba a dar comienzo lo que se suponía que era un ritual de misa negra, todos empezaron a mirarnos y seguramente se debía a que querían tomarse en serio la fiesta y nosotros no teníamos la indumentaria. El tiempo pasaba y ningún gesto nuevo entre la gente, ni un cambio de expresión ni nada, todos seguían exactamente igual. La gente se iba acercando hacia nosotros de rodillas. Jimmy empezó a reírse, la broma parecía haber sido de su agrado, rápidamente alguien se le abalanzo y no conseguí verle la cara pero si pude ver cómo le sacaba los ojos a mi amigo, lo supe, era una broma hasta que mi amigo grito desconsoladamente, ese grito no se podía fingir era imposible de fingir. "Correr, salir de aquí" gritaba mi amigo desconsolado ya sin ojos y todo lleno de sangre, me asuste y nunca había tenido tanto miedo como hoy. Salí de la peligrosa sala, sin saber aun si era una broma o era real y empecé a correr por todas las galerías, la gente con la que me encontraba mientras corría por esos pasillos me gritaban, otros me empujaban y me bufaban, sus caras no eran humanas, se transformaban drásticamente por las de animales o monstruos, a la vez que me bufaban. Llegue a un lugar sin salida, ¿Miedo?, eso es decir poco y también una sensación obvia en tal situación, una densa niebla purpura empezó a inundar el mortífero pasillo por el que había llegado, a lo lejos pude observar a los otros tres chavales que había conocido la misma noche, eran buenas personas, hasta ahora, empezaron a correr hacia a mí de una manera exagerada incluso agresiva y empezaron a golpearme, arañarme, morderme de una manera muy agresiva y veloz.
Todo paro, hasta que llego aquella mujer que creía que tenía un disfraz perfecto, no era un disfraz, más quisiera que hubiese sido un disfraz, se acercó hasta donde estaba tirado y lleno de sangre, llevaba en una de sus manos una copa muy elegante con los ojos de mi amigo Jimmy y gran parte de su sangre. Me agarro muy fuerte y con una de sus manos me saco con una facilidad pasmosa uno de mis ojos, rabié y grité de dolor y pude observar con el que era ya mi único ojo, como ponía el otro que me había sacado en la misma copa. Se marchó ella y todo el mundo dejándome con un dolor insufrible, una densa niebla purpura les oculto y en su lugar apareció una gruesa pared de calaveras que miraban hacia mi o eso parecía y que me impedía salir de ese pasillo sin salida.



Pequeños terroríficos relatos [Parte 1]Where stories live. Discover now