Caso 2: El banquero ciego. Capítulo 9: Muros vacíos

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Los tres llegaron al museo, preguntando por Soo Lin Yao, un chico joven salió a atender a los tres.

- Agente Smith- le enseña su placa de Scotland Yard-. Necesitamos saber si conocía a Soo Lin Yao.

- Si- contesto el chico algo triste.

- ¿Cuándo fue la última vez que la viste? - pregunto Sherlock.

- Hace tres días. Aquí en el museo- dijo el chico-. Esta mañana me dijeron que renunció. Se fue, sin terminarlo.

- ¿Qué es lo último que hizo la última tarde? - pregunto Sherlock.

El chico hizo una seña para que lo siguieran, pasaron por varios lados hasta llegar a la bodega del museo. El chico entro y prendió las luces de la bodega.

- Ella les hace presentaciones a los turistas. Una cerámica de té. Debió de recoger todo y debió haberlo colocado aquí- dijo señalando una de las puertas de los almacenes.

El chico se acercó para abrir una puerta de las bodegas. Alline y John se quedaron cerca del chico, pero Sherlock se acercó para ver que habían pintado los números en una de las estatuas. Los tres voltearon en donde se encontraba Sherlock, dejando a Alline impresionada. Los tres terminaron con el chico y salieron del museo en la noche.

- Debemos hallar a Soo Lin Yao- dijo Sherlock mientras bajaban las escaleras de la entrada.

- Si está viva- dijo John.

- ¡Sherlock! - escucharon la voz de alguien.

- Mira quien es- dijo la pelirroja.

- Halle algo- dijo el grafitero del otro día.

El chico se fue, mientras John lo veía enojado, la chica los siguió hasta un costado de una estación del metro. Pasaron por un puente que estaba al costado de la estación.

- El martes debes decir que el bolso es tuyo- le dijo la indirecta al chico.

- Olvídate de tu cita en el tribunal- lo regaño Sherlock.

- ¡Sherlock! - le dijo enojada Alline.

Los tres siguieron caminando por las calles de Londres. Hasta que llegaron a un parque de skate, vieron a una chica en bicicleta haciendo marometas. Pasaron a lado de varios chicos que andaba en patinetas.

- El mejor lugar para ocultar un árbol es en el bosque- dijo Sherlock después de un largo rato.

- La gente pasaría sin notarlo y no podría descifrar el mensaje- dijo la chica al ver que todos lados estaban llenos de grafiti.

- Ahí- señalo el chico en una de las paredes-. Lo vi hace rato.

- Estuvieron aquí- dijo Sherlock acercándose a una de las columnas-. ¿Es la misma pintura?

- Sí- dijo el chico convencido.

- John, para descifrar esto necesito más evidencias- le ordeno Sherlock.

Sherlock compro tres lámparas para cada uno, empezaron a ver por diferentes calles que estaban cerca. Alline empezó a caminar por una calle un poco insegura, pasaron unos minutos hasta que escuchó unos pasos se dio la vuelta, dando un pequeño grito al darse cuenta que era John que hablaba por el teléfono.

- Responde- dice John cuando ve a Sherlock-. He estado llamándote. Lo halle.

John guio a Alline y a Sherlock al muro donde encontró el grafiti, corrieron por las vías hasta que John le enseño el muro, pero estaba completamente vacío. Alline miro a John por segundos.

- Le pintaron encima- dijo John, Alline y Sherlock trataron de encontrar a alguien más-. No lo entiendo. Estaba aquí. Hace diez minutos la pared estaba llena de símbolos.

- Alguien no quiso que los viéramos- contesto Sherlock.

- Sherlock, ¿qué haces? - le preguntó Alline al ver que se acercaba a John.

- Concéntrate- dijo Sherlock ignorando a la chica-. Cierra los ojos.

- ¿Por qué? ¿Qué estás haciendo? - pregunto John.

- Maximiza tu memoria visual- le dice mientras empiezan a dar vueltas-. Ten una imagen de lo que viste.

- Sí- le contesto John

- ¿Puedes recordarlo?

- Sí.

- ¿El patrón?

- Sí.

- ¿Cuánto recuerdas? - la chica se empezó a reír al ver la escena.

- Descuida- empezó a decir John de forma desesperada.

- La memoria visual humana sólo tiene 62% de exactitud.

- Descuida. Lo tengo todo.

- ¿De veras? - John aventó a Sherlock desesperadamente.

- Sí, si me permites buscar en el bolsillo. Tomé una foto.

John saco su celular para buscar la foto, se lo enseño a Sherlock y a Alline, los dos se vieron asombrados por los números chinos, en la misma pared pues estaba completamente limpia.

El sociópata y yoWhere stories live. Discover now