1. Mi mejor amigo ✓

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Me despierto con el ruido de la lluvia en mi ventana. Salgo de la cama y miro el reloj. Son las 4 de la madrugada y a las 8 entro al instituto. Me vuelvo a tumbar pero no consigo dormirme así que cojo mi móvil y llamo a Jace. Quizás está dormido pero... no tengo ninguna duda de que contestará mi llamada.

Marco su número y pulso el botón de llamar.

Un tono, dos tonos, tres tonos, cuatro tonos...

—Hola pequeña.

—Hola Jace...

—¿Pasa algo?

—No puedo dormir y me apetecía hablar contigo...

—¿Por qué no puedes dormir?

—No sé, el ruido de la lluvia me ha despertado.

—A mí me ha despertado tu llamada—dice riéndose.

—Lo siento, pero quería hablar con alguien.

—Me alegro de que me escogieras a mí.

—¿A quién iba a llamar sino? Eres mi mejor amigo y sinceramente con lo marmota que es Lara seguro que aunque la llame 20 veces no va a contestar.

—Y tú eres mi mejor amiga, ya lo sabes.

—Ajam... Lo sé.

Jace bosteza y me doy cuenta de que quizás he sido un poco injusta al despertarle solo porque no podía dormir.

Si quieres ya nos vemos mañana, se te nota cansado.

—Es que me he dormido hace 2 horas.

—Yo más o menos igual... Anoche tardé en dormirme.

—¿Por qué no puedes dormir bien?

—Por nada, la verdad es que no me pasa mucho. Normalmente duermo bien...

—¿Kate?

—¿Qué?

—¿Pasa algo?

—Umm... no, ¿por?

—¿Kate?

—No pasa nada Jace...

Pasan unos segundos de total silencio y miro el móvil para ver si es que se ha cortado la llamada.

—¿Hola...?

—¡Hola!—escucho un gran grito que viene del jardín...

¿Pero qué...?

Me levanto de la cama y me acerco a la ventana. La abro y al momento veo que Jace está comenzando a trepar por mi casa para llegar a mi habitación.

Corto la llamada y dejo el móvil en la mesa. Me doy la vuelta y me apresuro a abrazarle.

—¿Qué haces aquí? Como se enteren mis padres me van a matar...—susurro.

—Te echaba de menos.

—Estábamos hablando por teléfono.

—Echaba de menos verte—aah... eso ya es otra cosa.

«Jace es mi mejor amigo desde que tengo 5 años. Es mi vecino de al lado. Vivimos en Madrid, en un barrio "lujoso" de pequeñas casas. Yo vivo en el número 42 y él en el 43. Vamos al mismo instituto pero no al mismo curso porque él tiene 2 años más que yo. A mis padres nunca les ha gustado que me juntara con él pero la verdad es que me da igual... Nuestra amistad empezó un día de verano. Yo siempre he sido una niña traviesa y cuando tenía 5 años salí de casa sin el permiso de mi madre porque me enfadé con ella ya que había olvidado comprarme una muñeca al salir del trabajo. Abrí la verja que separa mi casa de las otras, me senté en el bordillo de la carretera y comencé a jugar con los cordones de mis zapatos. Cuando llevaba unos minutos sentada 3 niñas mayores que yo pasaron por mi lado y se sentaron junto a mí. Una a mi derecha y las otras dos a mi izquierda.

*Flashback*

—¿Cómo te llamas?—preguntó una de ellas con una sonrisa.

—Kate.

—Ponte de pie, Kate. Queremos enseñarte una cosa.

Me levanté y la más alta me dijo:

—Eres una niña fea y tonta, vamos a darte tu merecido por hablar con extraños.

Me cogieron de un brazo y me pusieron en el centro de la carretera. Yo me puse a llorar, tenía miedo de que pasara algún coche.

Las niñas me rodearon mientras cantaban canciones de miedo y me gritaban que me callara y que dejara de llorar. Poco después una de ellas me cogió de los pies y otra de los brazos. La tercera solo observaba. Me balancearon y cuando me iban a soltar apareció un niño de unos 7 años con un palo en la mano.

—Dejarla en paz. ¡Ahora!—gritó el niño.

Las niñas me soltaron y salieron corriendo asustadas. Yo sonreí aliviada aunque seguí llorando unos minutos más.

El niño tiró el palo a un lado de la calle y me sentó de nuevo en el bordillo.

—¿Cómo te llamas?—me preguntó.

—No... debo... decir-le... mi nom-bre a extra-ños...

—Yo no soy un extraño... Te acabo de salvar y somos vecinos.

—Bu...bueno te lo di-ré... me llamo Kate. ¿Y tú?

—Jace. Me llamo Jace

Estuvimos un rato hablando y jugando hasta que escuché un grito.

—¡KATE!

—Es mi mamá—le dije a mi nuevo amigo.

Me cogió en brazos y mientras me metía en casa yo me despedía de Jace con la mano, él hizo lo mismo y me guiñó un ojo. Al día siguiente volví a salir de casa a escondidas, me senté en el bordillo y esperé. Jace llegó segundos después y así hicimos durante muchos años. Yo salía y le esperaba sentada en el bordillo, después él llegaba y jugábamos.

*Fin del flashback*

Cuando tenía 10 años y él 12, un niño me dio una patada en la espinilla y Jace le pegó. Me dijo que nunca iba a dejar que me hicieran daño y desde entonces siento que a su lado estoy protegida. Mi madre me ha castigado sin verle muchas veces pero yo siempre me escapaba por la ventana. Un día cuando tenía 14 años me encerraron en mi habitación por haber llegado a las 11 de la noche. Me dijeron que Jace era una mala influencia y que me prohibían juntarme con él. Ese día lloré mucho hasta que recibí un mensaje en mi móvil. "Abre la ventana". Abrí la ventana y Jace entró en mi habitación. Ese es nuestro pequeño secreto. Si mi madre no me deja verle, él viene y se cuela en mi habitación. Nuestra relación se complicó mucho cuando le vi en el instituto con una chica. Me cabreé muchísimo y sinceramente me puse celosa. Aquel día me di cuenta de que Jace me gustaba.

Una vez un chico me pidió salir y le dije que al día siguiente le daría una respuesta. Cuando llegué a casa llamé a Jace corriendo y le dije que iba a tener mi primer novio. El reaccionó muy mal y me dijo que hiciera lo que quisiera. Después de eso estuvo un día entero sin hablarme. Al día siguiente le dije al chico que me pidió salir que no, y no le di ninguna explicación. La verdad es que me sentí muy mal ya que en el fondo ese chico me gustaba. Ese mismo día llamé a Jace por teléfono y le dije que había rechazado al chico. Él volvió a estar como siempre y en ese momento me di cuenta de que quizás sentía algo por mí. Ahora tengo 16 años y él 18. Nunca hemos tenido ninguna conversación sobre lo que sentimos y como ahora no tiene novia, creo que es el momento de que hablemos»

Es simple, le amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora