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Capítulo 34

Camila's POV

El primer día de instituto estaba siendo algo abrumador. Todo el mundo parecía conocerme, pero yo no conocía a nadie. Todos me decían que era muy tímida, y la verdad es que sí, lo era. Sólo quería estar con Ally, Normani y Dinah, tenía miedo de perderme por los pasillos y encontrarme con algunos de los de último año que siempre intentaban intimidar.

En los pasillos, todos murmuraban pero yo no sabía por qué, aunque mis amigas decían que era porque casi me muero y que muchos creyeron eso, por eso al verme allí todos estaban algo sorprendidos. Me incomodaba aquello, sólo quería ir a clase y olvidarme de la gente.

De camino a la cafetería, los pasillos estaban vacíos, debía ser porque yo había salido algo después de clase.

-Hey. –Escuché a mi espalda, y rápidamente me di la vuelta, apretando el agarre de la mochila.

Era un chico bastante alto, de pelo moreno y los ojos marrones oscuros, con una camiseta negra que apretaba los músculos de sus brazos.

-Hola. –Dije sonriendo de forma inocente.

-Así que has vuelto. Se te echaba de menos. –No sabía qué responder, así que me encogí de hombros como respuesta. -¿No me recuerdas? –Negué un poco caminando a su lado hacia la cafetería. –Soy Shawn.

-Yo Camila. –Dije sonriendo, y él soltó una suave risa.

-Ya, ya sé quién eres. Oye, ¿tienes algo que hacer esta tarde? –Me quedé pensando un momento, y quizás, sería bueno hacer amigos que no fuesen mis tres amigas inseparables.

-No, creo que no. –Me paré delante de la puerta de la cafetería, sonriendo de forma tímida.

-Genial, paso a recogerte a tu casa.

-¿Sabes dónde está mi casa...? –Musité con los ojos entrecerrados, y él se echó a reír. –Claro, claro que lo sabes... -Agaché la cabeza y él estiró la mano para darme una caricia en la mejilla.

-Te veo esta tarde. –Asentí con una sonrisa, viéndolo irse de camino a los baños.

-Hola, Camila. –Escuché la voz de un chico a mis espaldas, castaño, más bajito, pero en mi rostro vio que no lo reconocía. –Soy Brad.

-Ah, hola. –Sonreí algo afable, jugando con el borde de mi camiseta algo nerviosa.

-Me alegro de verte de vuelta. –El chico se metió las manos en los bolsillos, y se acercó a mí en silencio. –Oye... Quería invitarte a tomar algo, quizás mañana. ¿Qué te parece?

-Claro, claro... -No quería desagradar a nadie, y aquél chico sólo me estaba invitando a tomar algo, además, yo quería hacer amigos.

-Fantástico, quedamos en la puerta de The Fisher. –No tenía ni idea de dónde estaba eso, pero ya le preguntaría a mis amigas. –Te veo mañana, Cami. –Esa era la forma más rara en la que me habían llamado.

-Hasta mañana. –El chico salió corriendo por las escaleras, y justo cuando fui a abrir la puerta de la cafetería, escuché otra voz.

-Camila. -¿Todos los chicos de aquél instituto eran morenos? Aunque este... Tenía un piercing en la nariz. -¿No me recuerdas?

-No. –Murmuré negando, y él esbozó una sonrisa acercándose a mí.

-Soy Austin. –Me extendió la mano y la estreché con una sonrisa. –Solíamos quedar, éramos buenos amigos.