Capitulo 6

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Intento volver por donde he venido, pero como mi gran sentido de la orientación lo perdí hace mucho tiempo, lo único que consigo es perderme aun mas, miro lo hora en el teléfono y marcan las diez y media, lo desbloqueo y busco entre mis contactos a alguien para llamar y que me recoja, pero poco a poco voy descartando a todos, mis padres en la comida esa, que no se puede considerar comida ya que empieza a las dos, hasta cerca de las cinco no les sirven la comida, después de otras dos horas, terminan todos de comer, entonces un listo propone ir a visitar algo, todos aceptan, ya que es gratis, que gorrones, y luego ya cerca de las onces otro propone ir a tomarse algo, mis padres pocas veces aceptan, pero cuando lo hacen se quedan en un hotel, ya que toman alcohol y no pueden conducir.
Mis amigos con coche, todos en la fiesta de uno de los más mayores, por lo que habrá alcohol, eso significa que no podrán venir por mí, sigo buscando a alguien para llamar, cuando me encuentro con un nombre, Marko, me he enterado que tiene una moto, por lo que podría venir por mí, no creo que haya salido de fiesta, es más, no creo que haya salido de su casa, pero si lo llamo tendría mi orgullo bajo tierra, intento buscar a otro, pero solo hay un posible, y vuelvo a maldecir mentalmente a Koji, tragándome todo el orgullo lo llamo y después de dos toques se oye su voz
-¿Quién es?- pregunta y por atrás se oye un murmullo y gente, si al parecer sí que tiene amigos
-Soy Ryota- digo y me interrumpe antes de que le dijese todo lo que previamente me había preparado
-Un poco tarde para hacer el trabajo ¿No?- dice con un tono de burla y algo de verdad, como si se creyese que a esta hora le llamo para hacer el trabajo
-¿Puedes venir a por mí?- pregunto con un tono no demasiado osco, ya que de verdad necesito el transporte
-¿Dónde estás?- me pregunta después de un rato de silencio, ahora yo no se oye el murmullo de antes .
Miro la calle en la esquina y se la digo, después de un "Ahora voy" cuelgo y me sorprendo a mi mismo sonriendo, no ha puesto resistencia alguna, eso quiere decir, que, o se aburre mucho donde estuviera, o por mínimo que sea, le importo, después de unos diez minutos esperando en la esquina veo una moto viniendo hacia mí, al llegar se quita el casco y deja ver sus preciosos ojos verdes, me maldigo mentalmente por pensar eso. Me acerco y miro detenidamente la moto, y no es una scooter o una moto a medias, esta es una moto que te queda sin aliento es toda negra con algunos detalles en metal, tiene el asiento muy grande y de cuero, el tubo de escape largo y de metal en un lado de la moto y luego las ruedas, que son enormes y con unas llantas muy discretas, vamos, una moto de un total malote y es la primera vez que me subiría a una y da bastante miedo. No hemos dicho ni una palabra mientras yo observaba con detalle su moto y él me observaba a mi
-Te faltan las gafas de sol, para completar el roll de chico malo- digo después de un rato y de que Marko se hubiera bajado de la moto y apoyado en esta
-Es que ponérsela sin sol quedarían mal ¿No crees?- me pregunta dándome una media sonrisa, enseñándome sus preciosos dientes blanco - ¿Te piensas montar en algún momento?- me pregunta levantándose y acercándose a mí, se acerca mucho, casi sin tener mi espacio personal intento pronunciar alguna palabra, pero no soy capaz, me intento convencer a mi mismo que es por cualquier otra razón que no sea porque la cercanía de Marko me pone nervioso, después de volver a quedarse mirándome se agacha quedándose a mi altura, me mira, sonríe acercándose aun mas a mí, se tiene que dar cuenta de lo nervioso que me tiene porque se acerca un poco más, por imposible que parezca, casi rozamos nuestros labios y cierro los ojos, cuando noto algo en mi cabeza
-Solo tengo un casco, quédatelo tú, por si acaso- dice sonriendo y dándose la vuelta para dirigirse a la moto yo le fulmino la espalda y lo odio, de verdad que lo hago, lo hago por hacerme sentir esto, por no besarme, y sobre todo lo odio por no poder odiarlo.
Se monta en la moto y espera a que yo me monte detrás, pero me quedo quito, sin mover ni un solo dedo
-¿No te piensas montar?- me pregunta sonriendo yo me acerco y le digo algo bajo, por la vergüenza y agradezco tener el casco, para que no se viera mi sonrojo -Nunca antes me he montado en una- me mira sorprendido y se vuelve a bajar, me ayuda a montarme y su solo tacto sobre mi mano me hace estremecerme, después de que estoy subido, se vuelve a subir y me dice que me agarre a él si no me quiero caer, le digo mi dirección y partimos.

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