Cosa Nostra

Capitulo 9

Mi fin de semana se ha reducido a pijama, sofá y tele.
En verdad no tenía ganas de hacer nada y tampoco le he contestado ni los mensajes ni las llamadas de Koji. No se merece que le perdone rápido, aunque al final no estuvo del todo mal la noche, me echó de una "cita" a la que prácticamente me había suplicado a la que fuera.
¿Qué nivel de amistad es ese? Malo, nosotros somos uno, bueno tanto como eso no, pero yo lo quiero como un hermano y pensaba que era reciproco, pero al parecer estaba equivocado, a ver, si yo le suplico para que me acompañe a un sitio, no lo dejo tirado y si eso llegara a suceder, le llevaría a casa, por pura educación.
Mi móvil vuelve a sonar por millonésima vez desde el viernes, rodando los ojos y por inercia miro la pantalla del móvil vez desde el viernes y miro el identificador de llamadas.
Marko me está llamando.
-¿Si?- pregunto cuando cojo el teléfono y me guardo todos los nervios para mí
-Ryota, ¿Quieres quedar hoy para hacer el trabajo?- pregunta desde la otra línea, como saludo
-Umm... claro ¿A qué hora?- pregunta levantándome y mirando la hora del reloj, las seis de un domingo, que pereza.
-Ahora- responde simplemente, casual.
¿Cómo qué ahora? Yo estoy en pijama y todavía no me he duchado, ni nada
-Me tengo que duchar y cambiar, te llamo cuando termine.
-No- dice anres de colgar.
¿Pero quién se ha creído que es para decirme que no y colgarme? A ver no puede decidir a qué hora va a venir a mi casa, ya que es un invitado y no puede colgar sin ni siquiera despedirse, eso es muy borde.
Suena el timbre y refunfuñando por lo nervioso que me pone abro la puerta. Encontrándome cara a cara con él.
Lo único que puedo pensar es, mierda. Mierda porque parezco un indigente y él parece que acaba de salir de una revista de chicos malos con motos. Nos quedamos unos segundos observándonos ya que yo no puedo formar ni siquiera una frase coherente.
-Bonito conjunto- dice sonriendo con alegría, lo fulmino con la mirada.
-¿A ti no te enseñaron los modales? No puedes simplemente presentarte en una casa sin ser invitado- al fin recupero la voz y con mi tono borde le recrimino
-He llamado antes de venir.
-Con los que ha tardado, seguro que ya estabas en la puerta cuando has llamado- digo cruzándome de brazos, en un fallido intento de ocultar lo más posible mi vergonzoso pijama
-Tienes razón, ahora ¿Me dejas pasar?- pregunta ya que le estoy bloqueando
-No debería.
-Pero lo vas a hacer- dice muy seguro de sí mismo
-¿Qué te hace estar tan seguro?.
-Tenemos un trabajo pendiente y otras cosas- dice mirándome directamente a los ojos
-Pasa- cedo, no puedo simplemente dejarlo en la calle ¿Verdad?
Vamos a mi habitación y cojo las cosas necesarias para poder ducharme y estar medio decente, no demasiado ya que he cogido lo primero que he encontrado en el armario, lo peor es cuando tengo que coger la ropa interior, Marko no para de mirarme, yo me pongo colorado, abro un poco el cajón y saco la primera y la hago bola con el resto de la ropa. Marko intenta aguantar la risa, mordiéndose el labio y yo lo fulmino con la mirada, antes de salir completamente de la habitación añado
-Tu solo no toques nada- y aunque estoy casi seguro de que no me va a hacer caso, tengo la necesidad de decírselo.
Después de una ducha rápida y un cepillado de dientes, me visto y me peino mi gran maraña de pelo, entro en mi habitación y encuentro a Marko tirado en mi cama, mirando el techo, no se da cuenta de mi presencia
-¿Estas cómodo?- pregunto cerrando la puerta detrás de mí
-Huele a ti- dice haciendo que mis mejillas vuelvan a tomar un color carmesí.
-¿Tu siempre dices lo que se te pasa por la cabeza?- pregunto sentándome en la silla
-No todo- dice rodando para poder mirándome a la cara, pongo los ojos en blanco,intento convencerlo para empezar el trabajo, ya que si estoy centrado en algo, no puedo pensar en esos ojos verdes, ni en ese pelo negro y ya estoy divagando de nuevo.