Cosa Nostra

Capitulo 7

Todo el trayecto hasta mi casa me aferro a Marko como si la vida me fuera en ello.
Quizás la vida sí que me iba en ello, iba a una velocidad desmesurada como si el límite de velocidad no estuviera para él, y en ese momento me doy cuenta de que me da miedo la combinación de Marko con una moto, por la noche, saltándose el límite de velocidad y yo detrás de él, agarrándome a su camiseta negra, lo bastante ajustada para poder ver que tiene un torso trabajado. Lo peor de todo es que le hacía gracia que yo estuviera atemorizado porque en cada curva aceleraba obligándome a presionarme, aun mas a su cuerpo y tiene que amar la adrenalina que le eso le produce, pero a mí solo me producía arcadas, por otra parte, no lo he odiado del todo, mirando el lado bueno de la situación, encuentro algunas cosas que están bien, por ejemplo, he tocado a Marko, bueno su chaqueta y su camiseta, pero es nuestro primer contacto, ha sido como un abrazo, y no se ni si quiera porque pienso en lo genial que ha sido ese casi abrazo, no me importa. Otra de las cosas, es que he descubierto que lo mío no son las motos, o sea no me molestan, me gustan la gente con moto, menos Marko, Marko no me gusta, por mucho toque de malote que esta le dé, no tiene mi aprecio, no se lo merece.
Cuando aparca en frente de mi casa no soy capaz de bajar, por mucho que desee tocar suelo firme, me siento incapaz de bajar de esta gran moto sin hocicar, por lo que opto a que Marko se baje y me ayude, pero eso no ocurre, ¿Cómo iba a ser tan fácil? Es Marko, todo tiene que ser así, y mira que casi no lo conozco.
-Ya sé que amas estar así de agarrado a mí, pero creo que deberías bajar- dice, sacándome de mis pensamientos y me doy cuenta que lo estoy abrazando con fuerza y tengo me mejilla apoyada en su espalda, y aun que no le veo la cara sé que tiene una sonrisa de suficiencia, una sonrisa muy típica de él.
-No voy a poder bajar yo solo- digo con la voz muy baja de la vergüenza que me da admitirlo
-Es verdad, perdona no me acordaba que eras un enanito- dice bajándose de la moto y poniendo el cabestrillo para que se sostenga por lo que ahora está más baja, me tiende la mano para que se la agarre
-Vete a la mierda.- digo bajándome con algo de dificultad, pasando olímpicamente de su mano, cuando ya estoy en el suelo me quito el casco y se lo doy golpeándole con algo de fuerza en el pecho, me giro dramáticamente y me dirijo a la puerta de mi casa, cuando voy a girar la llave para poder entrar, noto que Marko está detrás de mí, me giro para enfrentarlo
-¿Quieres algo?- digo con un tono bastante borde, pero sinceramente se lo merece ¿Quién se cree que es como para llamarme enano?
-Cuando alguien hace un favor a una persona lo mínimo que hay que hacer es dar las gracias ¿Dónde están tus modales?- me pregunta pasando por alto mi tono, que egocéntrico es le pensaba dar las gracias, incluso pensaba invitarle a entrar a tomar algo y todas esos planes se fueron a la mierda en cuanto me llamo enano, ahora ya no merece nada de mí y debería estar agradecido que solo le castigue con mi indiferencia y no vaya a mas.
-No voy a agradecerte nada, por llamarme enano- digo muy serio, pero sonríe muy ampliamente, como si hubiera dicho algo gracioso.
-Pareces un niño chico, no te lo temes a mal, estaba bromeando, tampoco había tanta distancia entre el suelo y la moto- dice
-Perdona que no haya querido hocicar contra el suelo, ya que he conseguido llegar vivo, no quería seguir tentando a la suerte- parece que le molesta mi comentario, porque se hace el ofendido
-¿Estas cuestionando mi forma de conducir?- me pregunta cruzándose de brazos
-¿Tienes si quiera carnet?- pregunto imitando su anterior acción y me cruzo de brazos
-Uno tiene contactos-dice sonriendo de nuevo
-Pues que sepas que el límite de velocidad es para todos y no de adorno- digo dándome de nuevo la vuelta y después de incontables intentos consigo abrir la puerta y para entonces Marko sigue en la misma posición de antes y sin ninguna intención de cambiarla.