FRANCIA

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Estaba nevando cuando por fin llegue a mi hogar, mis padres me estaban esperando en la puerta cuando llegue, también estaba George sonriendo ampliamente y me sorprendió ver a Maria también.
-Bienvenida Ana- sonrió mi padre y me abrazo te hemos extrañado mucho hija
-Hola papá - sonreí - madre- le di un beso en la mejilla - yo los extrañe más
-Y para mi no hay un abrazo hermanita?- me pregunto George estrechandome fuertemente entre sus brazos
-George!- grite feliz de volver a verlo- mi hermano, me has hecho tanta falta -y tu a mi- sonrió- Ya estamos juntos los tres
-Hola Maria- la abrazo y le doy un beso en la mejilla
-Hola Ana- me dedica una débil sonrisa- me da gusto volver avente
-Dejen respirar a su hermana- dice mi madre- el viaje ha de ver sido agotador, sube a descansar
-Si, mamá
Subo a mi enorme cama tan cómoda como la recordaba,me quedo dormida y despierto en la tarde, en Londres casi siempre está lloviendo así que el sol no sale mucho tiempo, además estaba nevando y podíamos estar más horas del día despiertos
cuando baje mi familia estaba reunida en el comedor bebiendo de una botella de vino con un poco de sangre para saciar la sed.
-Buenos días Ana, siéntate - me dijo mi padre
-Y bien?- pregunté- Ya me dirán por que me mandaron a llamar? Yo no quiero ir a Francia
María bajo la mirada, mis padres se veían molestos y George estaba muy serio
-Debes de hacerlo- dijo mi madre firmemente
-Por que?
-A limpiar nuestro apellido- explicó mi padre
-Nuestro apellido?- pregunté confundida. Acaso mi padre había hecho algo malo?
-Yo no...- comenzó María pero mi madre la miro severamente callando su débil voz
-Tu hermana es llamada La Gran Zorra por todo Francia- explicó mi madre llena de vergüenza
María siempre había sido la favorita de mi madre y ahora estaba tan enojada con ella que no la podía ni mirar, mire a Maria sorprendida, me costaba creer que mi pequeña hermana hermosa rubia y ojos azules era denominada de esa forma. Ella me miró con los ojos llenos de lágrimas pidiéndome compasión.
-Ana. No me mires así - lágrimas de sangre bañaron su bello rostro- dejame explicarte
-Retirate María- le dijo con crueldad mi madre- No quiero ni verte!
María se paró de la mesa y fue a su habitación llorando, yo bebí un poco de mi copa para deshacer el nudo en mi garganta
-Mi tío tenía razon- dijo George- No sean tan duros con ella
-Ana, estas consciente de la deshonra que es para nuestra familia esto?- me pregunto mi papá - ahora tu deber es ir a Francia y tratar de limpiar el nombre de tu hermana
-Si- dije secamente- lo entiendo. Discúlpeme- me levante de la mesa
Salí de la casa y comencé a caminar por el jardín lleno de nieve. Estaba muy molesta con mi hermana; que tonta había sido para permitir tal bajeza, ahora nuestro apellido estaba manchado por su culpa.
Pero tenía razón mi padre yo tenía que reparar sus tonterías. Que pensaría Lord Henry Persy si escuchará que María Bolena es una zorra? Que vergüenza! Pensaría que soy igual que ella.
Cuando entre a mi casa fui al cuarto de Maria, toque la puerta y entre, ella seguía llorando y se veía muy triste.
-Hola Ana- me dijo limpiandise las lágrimas
-Maria- le acaricie su cabello - Que has hecho?
-Oh! Ana- me abrazo y lloro sobre mi hombro- son tan crueles! Mis padres ni siquiera me dejan explicarles las cosas. Has visto como me trato mi mamá? No sabes como me duele su desprecio.
-Tranquila María, solo esta enojada- acaricie su hombro- Que pasó? Por que te han catalogado con ese horrible apodo?
-Yo... Me deje llevar por los vicios dela corte, muchos hombres me pretendían y yo los aceptaba en mi cama, pero ellos me prometían que no dirían nada. Pronto me convertí en una de las amantes favoritas del rey, pero la reina me odia, ella empezó ese rumor yo lo se!
Me sorprendió saber que María era la amante del rey Francisco pero era obvio ella era una de las mujeres más hermosas de Erupa.
-Tranquila María lo importante es que el rey te aprecia, tenemos que ir y acallar los rumores, ya veras que todo se solucionará - le sonreí confiada
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Llegando a Francia me hice amiga de gente importante, todos querían conocer a la hermana Bolena que no estaba metida en líos, la hermosa Ana de la que tanto hablaban en la corte de Austria. Aunque también muchos llegaban a hablarme solo para proponerme cosas infames creyendo que yo era igual que mi hermana pero pronto se dieron cuenta que yo no era así.
En un baile yo estaba dispuesta a poder hablar con el rey y pedirle por el honor de mi hermana.
-El rey Francisco- lo anunciaron cuando entró a la estancia
Él sonrió ampliamente a sus súbitos iba acompañado de barios hombres importantes de la corte,por suerte la reina no acudió. Rápidamente me puse en su camino y me arrodille ante él
-Su majestad- le dije cordialmente
-Pero miren que muchacha tan bella - me levanta y toma mi barbilla mirándome- espezar la noche con esta agradable compañía es de lo mejor. Bailamos mi Lady?
Me conduce al centro del salón y comenzamos a bailar la música suave de los instrumentos
-No la había visto antes en mi corte- dice el rey- Quien es usted bella dama?
-Soy Lady Ana Bolena, su más humilde sierva
-Oh! Otra Bolena- sonrie- Ya decía que tu hermoso rostro me era familiar, dime que te trae a mi corte dulce Ana?
-Vengo a interceder por mi hermana, como usted ya sabe las habladurías no la dejan en paz y debe de saber que esto es muy malo para mi familia
-Lo entiendo Lady Ana- se ríe un poco- Hay los franceses y su ingenio para poner sobrenombres, verás querida Ana yo no tuve nada que ver en esto y claro que entiendo tu preocupación pero... Que estarías dispuesta a hacer por tu dulce hermanita?
Lo miro comprendiendo sus palabras, si me tenía que sacrificar por el bien de mi familia y de mi hermana Que otra cosa podría hacer? -Se lo que es tener a una hermosa Bolena en mi cama, la verdad extraño esos bellos momentos- me dice al oído mientras acaricia mi espalda- dime algo tu y María son igual de zorras?
-Yo si tengo principios su majestad - le digo con una sonrisa fingida - Maria a tomado sus decisiones y aunque a nuestra familia le cause una gran pena está deshonra supongo que tendrá que aprender a vivir con ese pesar, si no hay otra opción tomeme, aunque debe de prometer que María nunca volvera a ser llamada de esa forma cosa que no puede controlar usted. O si mi rey?
-Eres astuta Ana- sonríe complacido- tomaría tu palabra pero la verdad es que no me gustan las morenas, además prefiero a mis mujeres dóciles y tu estas muy lejos de serlo, esta bien, haré lo que pueda por tu hermanita. Fue un gusto Lady Ana- se acercó a mi y me beso en los labios de una forma cruel sangrandome los labios con sus afilados colmillos, se separó de mi y se hecho a reír
El rey cumplió su promesa, nunca más volvieron a llamar así a Maria, aunque claro nadie olvidaría nunca ese humillante sobrenombre pero almenos la había sacado de ese lío.

Sangre Y Amor Real (Ana Bolena Y Enrique VIII)Where stories live. Discover now